INFORMACIÓN ESTADÍSTICA

Desde que Churchill dijera aquello de: las únicas estadísticas en que confío son las que manipulo personalmente; ya nada es seguro y, por el contrario, siempre hay que sospechar y averiguar por qué se hace, desde la cantidad de muertos o heridos en una invasión forzada hasta el extremo, como la de Irak, hasta las que pretenden hacernos creer que sólo los países del "tercer mundo" son los más grandes productores de cocaína, cualquiera sea el orden en que se los acusa, cuando la verdad del negocio es que son los grandes capitalistas, las potencias mundiales, que manejan los negocios más infames en la tierra.
Pero no faltan incautos o hipócritas que se desgarran  las vestiduras cada vez que alguien saca a luz estas estadísticas manipuladas y se olvida, intencionalmente, por ejemplo, de la cuestión Iran-Contras, que descubrió un más que sórdido manejo de las drogas para solventar intervenciones armadas y contra las soberanías de los pueblos. Tal y como, actualmente, se maneja la cuestión de supuestas o reales armas nucleares o atómicas, cuyo uso se quiere monopolizar por los materialistas en contra del planeta.
Por eso hay que tomar con mucha desconfianza esta clase de "ranking" o calificación de "enemigos" cuando el lobo con piel de cordero ha sido plenamente identificado hace tiempo; peor todavía cuando se manipula la información a tal grado que hasta resulta no sólo grosera sino ridícula, como aquella que, ayer nomás, nos daba cuenta de la salida de la coca cola del territorio boliviano, el 21 de diciembre de este año, y como consecuencia no sólo del calendario maya sino de la decisión del gobierno actual, que nos recuerda mucho a las especulaciones filosóficas del Quijote, mientras Sancho acude al alcornoque para beber su vino y, lógicamente, embriagarse.
También ahora existen estas personas de espíritu alcornoqueño que creen en estas estadísticas manipuladas, en la supuesta verdad de la información que distorsionan las transnacionales de los medios o las excusas que se presentan para monopolizar el poder y seguir con el negocio de la guerra, de las drogas, de la explotación del hombre por el hombre.
Estas informaciones más que sembrar certezas, hacen todo lo contrario si utilizamos un mínimo de sentido común.