lunes, 16 de julio de 2012

SOCIEDAD "DERECHISTA"

Como algunas veces ya lo apuntamos, algunas personas se empeñan en declarar a nuestras sociedades "derechistas", no porque tiendan hacia ese punto del espectro de la politiquería sino porque no quieren saber más que de derechos; pero no de deberes.
Por eso es que imponen, a veces con prepotencia, la no discriminación o la igualdad, pese a que, en realidad, estamos hablando de perversiones y no de normalidad. Porque pedir que la policía no entre a cierto territorio o establecer que las movilidades de contrabando e indocumentadas circulen sin restricciones o, peor aún, recurrir a los actos claramente delictivos para "reivindicar" supuestos territorios, autonomías o derechos, no es institucionalidad.
Pero se está dando. A tal punto que lo del cerro Malkku Khota puede sentar un grave precedente que establecería una suerte de antinomia o, lo que es lo mismo, la solicitud del "cono sur" de campesinos cochabambinos que amenazan con acciones de hecho si la policía se hace presente en el lugar para decomisar y sancionar los delitos de contrabando y otras ilegalidades que se producen en la zona. Todo, so pretexto de derechos y de "su territorio".
Con razón hace ya varios años, un amigo dedicado a recorrer el territorio nacional como turista y cronista, a la vez, habla que los alcaldes en muchas poblaciones del agro, ya no son llamados "varayok", como ocurría hasta hace unos años en señal de respeto y acatamiento, sino "autoyok" porque es ya casi imposible encontrar algunas de estas autoridades fuera del comercio informal, el contrabando y la ilegalidad que, incluso, involucra pueblos enteros que, en más de una ocasión, han resistido la acción de los guardas aduaneros o la policía en general para proteger los "comerciantes".
También dentro de nuestras ciudades, los "minoristas", eufemismo que se usa para llamar a los contrabandistas o vendedores de piratería y ropa usada, ilegal e infestada, amenazan la institucionalidad del Estado con su postura de no permitir la acción de la ley, mientras el alcalde del Cercado, un renegado del charango y el poncho, se somete a ellos y les concede, mediante acuerdo firmado, una suerte de ilegalidad irrestricta en los mercados de la ciudad, colmados como están de contrabando, ropa usada y piratería que afecta estructuralmente la economía, y no sólo el comercio, regional y nacional.
Estas son nuestras sociedades "derechistas", producto de la demagogia del populismo mal entendido y peor ejecutado.

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