jueves, 19 de julio de 2012

FOMENTO A LA IMPUNIDAD

Digan lo que digan los que se hacen llamar opositores y los que viven de las ONGs, están haciendo una campaña por la impunidad porque se oponen a que la justicia determine si hay culpables o no en varios delitos que se acusan ante los tribunales, como en el caso del Gobernador de Santa Cruz, el de Pando, un prófugo "asilado" y otros más. En Bolivia casi todos nos conocemos, sabemos qué está bien y qué esta chueco, por decir algo; incluso, algunos miembros de la extinta "clase política" hacían turno en la corrupción y la impunidad porque conocían y sabían del ambiente que predominaba; no hay pues mucho espacio para saber o no quién es inocente y quién es culpable dentro de la politiquería nacional y regional.
Es más, so pretexto de descentralización, democracia, justicia u otros motivos, se han ejecutado muchos actos de corrupción que han quedado en la impunidad, hacer una lista de ellos sería tan abundante como una lista de teléfonos de una gran ciudad. Como alguien diría, nada nuevo hay bajo el sol y la corrupción es un "pasanaku" (beneficio por turnos) que tarda pero llega inevitablemente a los que quieren hacerse ricos de la noche a la mañana, porque es un sistema colonial, de dependencia, de alienación al extranjero y de negación de la identidad nacional.
Pero, hay que reiterarlo, hasta por motivos fundamentales, como los derechos humanos o la vigencia de la Constitución Política del Estado, la corrupción sigue libre y cabalgando en nuestras tierras porque se la ve disfrazada de regionalistas, autonomistas ambientalistas, ecologistas, opositores, oficialistas y muchas otras yerbas del jardín de la dependencia. Porque es lo mismo dilapidar los recursos públicos en afanes sectarios o privados, que ganar un sueldo por la hipocresía de defender lo que no se conoce, como está sucediendo con ese secuestro de la libertad y la soberanía a propósito del TIPNIS donde hay más intromisión que toda la historia colonial.
Una excusa para fomentar directa o indirectamente la corrupción y la impunidad, es establecer dudas sobre la independencia del Poder Judicial y acusarlo de dependencia partidista, nepotismo o lo que fuere. Aunque la historia republicana está plagada de esta clase de actos reprochables, lo que debieran hacer los que fomentan la impunidad, es acompañar esos procesos con profesionales que sigan los mismos escrupulosa y públicamente, lo que sí sería un valioso aporte a la institucionalidad y la justicia; pero no, prefieren despotricar y desgarrarse las vestiduras con cada acto de corrupción e impunidad, mostrando cuan irresponsables son y cómo se descubren como enemigos de la justicia.
Para no fomentar la impunidad, que sigan los procesos judiciales con sus abogados, si es que los tienen y entienden.

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