viernes, 13 de julio de 2012

DE CUEROS Y CUERITOS

Como no tienen qué hacer, los concejales del Cercado de Cochabamba, se han dado a la tarea de especular sobre algunas restricciones que podrían introducir para molestar a la gente común. Así se ha aprobado una ordenanza de restricción vehicular y parqueo que, inmediatamente, se ha hecho discriminatoria pues no es para todos, como manda la ley, sino sólo para el común y las autoridades de la burocracia municipal están por encima de esa disposición. También tienen aprobada y pendiente de ejecución una otra donde se restringe, según ellos, la propaganda "sexista" y prohibe el uso del cuerpo de la mujer para vender. No vamos a entrar en especulaciones sobre lo que hay que entender como sexista porque en un mundo confuso sobre la cuestión, es mejor dejarlo así. Pero sí debemos aclarar que en Bolivia, como en todas partes del mundo, se usa mucho la fotografía de guapas, o no tan guapas, mujeres para atraer el consumo de los más variados productos, desde llantas hasta aceite para motores. Por ejemplo, hay una que vende muebles de cuero, con la presencia de una mujer desnuda, es decir, en cueros para atraer la mirada y, probablemente, vender; sin tener en cuenta que en este país se llama "cuero" o "cuerito" a la mujer de moral distraída que no hace muchos remilgos a la hora de favorecer con sus encantos a los pretendientes y entra a camas diversas sin problemas. En México, en tanto, se llama "cuero" a la mujer bien dotada y es un piropo que las féminas agradecen con una sonrisa porque se las halaga.
Pero de estas conductas conocidas a la propaganda claro que dista mucho porque es un prejuicio no demostrado que la "mujer vende" que es como aceptar que también las gangas venden y por eso se suceden los ofrecimientos de "regalos" a los consumidores que pagan, indirectamente, tales ofertas engañosas y que son parte del consumismo.
Pero, volviendo al tema, qué se debe entender por propaganda y qué por publicidad; debiera ser lo primero en aclarar porque se confunden intencionalmente muchas veces. Publicar quiere decir hacer público algo; o sea, hacer saber alguna información al común de la gente; en tanto que la propaganda, a través de la exageración, lo que hace es, fundamentalmente, vender sin importar si miente, engaña o distorsiona. Lo mismo habría que hacer cuando se trata del cuerpo de la mujer, ¿la protagonista es una trabajadora común y corriente que quiere hacer conocer su cuerpo o trata de atraer incautos por medio de la propaganda? Y la respuesta sólo puede darla ella misma, sin intervención de concejales o voluntarios misóginos o prejuiciosos y ahí está el quid de la cuestión porque puede implicar la violación del derecho al trabajo y la libertad individual; por mucho que estemos hasta la coronilla de tanto cuero vendiendo de todo.

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