Como no podía ser de otra manera, también existen transnacionales en el deporte o las artes que no aceptan la regulación, en su materia, de los gobiernos o los pueblos locales. Es lo que ocurre tanto en el fútbol, que tiene la prohibición expresa de acudir a los tribunales de justicia ordinarios o, casi lo mismo, en el caso de las artes donde el fallo de cualquier tribunal se considera inapelable y no hay dónde acudir por mucho que la injusticia sea evidente y se excuse en que las reglas del gusto son imponderables y caprichosas.
Sin embargo, estas prácticas fomentan la corrupción y es un hecho que se esconden muchas prácticas inmorales en estas acciones y ya es mucho lo que se sospecha en cuanto a dirigentes e instituciones sin que, empero, se pueda hacer nada porque, inmediatamente, surge la amenaza de la expulsión o las sanciones. En el caso de Bolivia, se acepta hasta con cinismo que los atletas asistentes a Londres tengan apenas un viático insuficiente, mientras los dirigentes gozan de todas las consideraciones y los gastos dispendiosos bien pagados, so pretexto de asignaciones por el comité olímpico internacional y, en caso de tomar algunas acciones, se levanta, como es lógico, la amenaza de las sanciones internacionales para mantener incólume el sistema desvergonzado.
También en las artes hemos comprobado cómo algunas obras menores se alzan con los premios mayores y al revés; por eso es que para muchos espectadores, algunos de esos premios internacionales ya no constituyen el anzuelo para asistir a sus exhibiciones y, por el contrario, son la alerta para no hacerlo. Como si fuera poco, esta práctica se ha extendido hasta a las variedades, donde se convoca a una serie de festivales, concursos, etc., donde la calificación está de acuerdo a los caprichos, improvisación o gusto de los jueces, llamados también arbitrariamente por los convocantes; ejemplos los vemos todos los días en la televisión.
Pero el problema real no está tanto en la arbitrariedad sino que se va fomentando una suerte de inversión de valores, donde lo menos formal, artístico o estilístico se va distorsionando, dando paso a subculturas que irrumpen comercialmente y con un fuerte sabor a impostura. La música, especialmente, está siendo víctima de esta irrupción negativa y, sus consecuencias, se dejan percibir en la juventud o la niñez, en franco detrimento del gusto o la habilidad artística; como si los juegos electrónicos se hicieran olímpicos y nada raro que suceda; tal como se manejan mercantilmente las cosas por estas transnacionales de la irracionalidad y el mal gusto.
Reflexiones y noticias desde un ángulo absolutamente personal y que no compromete a nadie sino a mí mismo. Puede ser ampliado con fotografías sobre la actualidad; no siempre esas "importantes" sino de la vida cotidiana.
martes, 31 de julio de 2012
lunes, 30 de julio de 2012
NOTICIAS CHISTOSAS
Muchas noticias del diario vivir pueden catalogarse como chistosas; es lo que pasa con las que dicen que la consulta en el TIPNIS empezó con "falta de información", claro, a juzgar de los informantes y desinformantes porque está claro que los habitantes del sector saben qué se les van a preguntar y por qué van discutir en sus asambleas la propuesta del gobierno y, ojalá, puedan contestar de acuerdo a su percepción, sus intereses y aspiraciones, sin la intromisión cínica o ridícula de personas u ONGs que se empeñan por distorsionar las cosas y secuestrar la soberanía de los pueblos nativos de nuestro territorio.
Y es que en el mundo liberal se ha profesionalizado todo; por eso es que algunos han hecho una profesión vitanda de los derechos, la ecología, el ambiente, la paz o la democracia y no es que conciencialmente crean en ellos sino que viven de ellos, que es muy diferente, porque les va el salario en su demagogia e hipocresía.
Porque, de acuerdo a los entendidos en soberanía, democracia y política lo primero que hay que respetar es el derecho ajeno, su opinión y su decisión. Pero no, ahora se trata de hacer negocio de todo y por eso es que no sólo tenemos "representantes" que, al final, actúan de acuerdo a sus conveniencias o las de sus partidos sino también esas ominosas creaciones conocidas como organismos no gubernamentales, que son el instrumento de la receta liberal de "achicar el Estado".
En este ambiente está claro que no sólo habría que preocuparse por la falta de información, algo que se da crónicamente en los medios actuales sino, principalmente, en la desinformación, que es de lo que adolece lo se que ha venido haciendo público en torno al TIPNIS, donde, desde principios de la década de los ochenta del anterior siglo, era más que evidente que había contrabando y tráfico de madera, deforestación, tráfico de animales salvajes, alquiler o venta de espacios públicos y comercialización de áreas de "turismo" y narcotráfico.
El tal santuario o reserva no es pues tal y hasta se puede percibir en la vestimenta totalmente adoptada o adaptada de los lugareños que han dejado sus costumbres de andar medio desnudos, lo que no es una crítica sino una observación que no puede pasar desapercibida. Por lo demás, el negocio con los nativos o áreas inexploradas de nuestro territorio, empezó con la "revolución nacional" que adjudicó extensas áreas para el dominio de organizaciones supuestamente cristianas y las que nunca han ofrecido un informe circunstanciado de lo que han hecho o dejado de hacer en tales concesiones-
Por eso es mejor tomar como un chiste lo de falta de información porque si comparamos esa supuesta falta de información, con la desinformación abundante e incontrolada, tendríamos que ponernos a llorar.
Y es que en el mundo liberal se ha profesionalizado todo; por eso es que algunos han hecho una profesión vitanda de los derechos, la ecología, el ambiente, la paz o la democracia y no es que conciencialmente crean en ellos sino que viven de ellos, que es muy diferente, porque les va el salario en su demagogia e hipocresía.
Porque, de acuerdo a los entendidos en soberanía, democracia y política lo primero que hay que respetar es el derecho ajeno, su opinión y su decisión. Pero no, ahora se trata de hacer negocio de todo y por eso es que no sólo tenemos "representantes" que, al final, actúan de acuerdo a sus conveniencias o las de sus partidos sino también esas ominosas creaciones conocidas como organismos no gubernamentales, que son el instrumento de la receta liberal de "achicar el Estado".
En este ambiente está claro que no sólo habría que preocuparse por la falta de información, algo que se da crónicamente en los medios actuales sino, principalmente, en la desinformación, que es de lo que adolece lo se que ha venido haciendo público en torno al TIPNIS, donde, desde principios de la década de los ochenta del anterior siglo, era más que evidente que había contrabando y tráfico de madera, deforestación, tráfico de animales salvajes, alquiler o venta de espacios públicos y comercialización de áreas de "turismo" y narcotráfico.
El tal santuario o reserva no es pues tal y hasta se puede percibir en la vestimenta totalmente adoptada o adaptada de los lugareños que han dejado sus costumbres de andar medio desnudos, lo que no es una crítica sino una observación que no puede pasar desapercibida. Por lo demás, el negocio con los nativos o áreas inexploradas de nuestro territorio, empezó con la "revolución nacional" que adjudicó extensas áreas para el dominio de organizaciones supuestamente cristianas y las que nunca han ofrecido un informe circunstanciado de lo que han hecho o dejado de hacer en tales concesiones-
Por eso es mejor tomar como un chiste lo de falta de información porque si comparamos esa supuesta falta de información, con la desinformación abundante e incontrolada, tendríamos que ponernos a llorar.
domingo, 29 de julio de 2012
TANTAS IDAS Y VENIDAS
Dice una cueca tarijeña: "tantas idas y venidas/ tanto pasar por aquí/ se han de acabar tus zapatos/ y no has de gozar de mí", algo similar pasa con nuestras naciones y el desarrollo. Como tiene parámetros y hasta la concepción del materialismo occidental, no sólo que no se ajusta a nuestras necesidades sino que nos condiciona a seguir en la dependencia.
Porque desde el establecimiento de la industrialización; primero con la sustitución de importaciones, la creación y fomento del mercado interno y el ahorro interno, el establecimiento de una tecnología básica y la calificación de la mano de obra, hasta la tendencia neoliberal de "exportar o morir", lo que en realidad se ha hecho ha sido manipular nuestro destino por medio de idas y venidas de políticas que nunca estuvieron en nuestras manos sino en la imposición de organismos extranjeros o asesores internacionales que nos decían qué podíamos hacer y qué no.
Y como no hemos podido elaborar siquiera nuestro propio proyecto, nuestra identidad y expresar nuestras ansias de autenticidad, se nos ha ido el "tren del progreso" o hemos estado corriendo inútilmente detrás del último vagón. Lo mismo en la Argentina con el Proyecto Nacional de Tucumán, el Perú con su proyecto Inca yTupac Amaru o Bolivia con su urgencia de establecer definitivamente su mestizaje como identidad; las aguas que aparentemente bajaban con fuerza, han terminado en remansos de duda y postergación porque el descrédito de nuestra politiquería ha condicionado no sólo una perspectiva materialista sino la frustración eterna como meta.
Cuando varias naciones a principios de la década de los cincuentas, del anterior siglo, estábamos en situación de optar por el desarrollo porque teníamos algunas de las condiciones que arriba detallamos, vientos de "revolución" lo confundieron todo y desmantelaron nuestras opciones dejándonos atados al sistema de dependencia-corrupción e impunidad que, desde entonces, se ha hecho fuerte en los regímenes civiles como militares al sur del río Bravo, que nunca respondieron a sus pueblos sino a la manipulación del vil metal y del concepto de desarrollo que, unas veces, se nos hacía aparecer como la varita mágica y, otras, como la zanahoria delante del asno.
Por eso es necesario recordar y reafirmar que mientras no hagamos nuestro propio proyecto, no determinemos nuestra propia identidad y no establezcamos nuestras propias miras y perspectivas, seguiremos como dice la cueca en idas y venidas sin disfrutar de nada.
Porque desde el establecimiento de la industrialización; primero con la sustitución de importaciones, la creación y fomento del mercado interno y el ahorro interno, el establecimiento de una tecnología básica y la calificación de la mano de obra, hasta la tendencia neoliberal de "exportar o morir", lo que en realidad se ha hecho ha sido manipular nuestro destino por medio de idas y venidas de políticas que nunca estuvieron en nuestras manos sino en la imposición de organismos extranjeros o asesores internacionales que nos decían qué podíamos hacer y qué no.
Y como no hemos podido elaborar siquiera nuestro propio proyecto, nuestra identidad y expresar nuestras ansias de autenticidad, se nos ha ido el "tren del progreso" o hemos estado corriendo inútilmente detrás del último vagón. Lo mismo en la Argentina con el Proyecto Nacional de Tucumán, el Perú con su proyecto Inca yTupac Amaru o Bolivia con su urgencia de establecer definitivamente su mestizaje como identidad; las aguas que aparentemente bajaban con fuerza, han terminado en remansos de duda y postergación porque el descrédito de nuestra politiquería ha condicionado no sólo una perspectiva materialista sino la frustración eterna como meta.
Cuando varias naciones a principios de la década de los cincuentas, del anterior siglo, estábamos en situación de optar por el desarrollo porque teníamos algunas de las condiciones que arriba detallamos, vientos de "revolución" lo confundieron todo y desmantelaron nuestras opciones dejándonos atados al sistema de dependencia-corrupción e impunidad que, desde entonces, se ha hecho fuerte en los regímenes civiles como militares al sur del río Bravo, que nunca respondieron a sus pueblos sino a la manipulación del vil metal y del concepto de desarrollo que, unas veces, se nos hacía aparecer como la varita mágica y, otras, como la zanahoria delante del asno.
Por eso es necesario recordar y reafirmar que mientras no hagamos nuestro propio proyecto, no determinemos nuestra propia identidad y no establezcamos nuestras propias miras y perspectivas, seguiremos como dice la cueca en idas y venidas sin disfrutar de nada.
sábado, 28 de julio de 2012
¿LEGISLATIVO O JUDICIAL?
Las cosas andan tan mal en el mundo que ya no hay por qué extrañar que los miembros del órgano legislativo del gobierno autónomo de Santa Cruz, confundan sus funciones y, para evitar la defenestración de su Gobernador, quieran usurpar funciones del Poder y Órgano Judicial.
Y, como si fuera poco, el propio Costas ha manifestado reiteradas veces que sí malversó fondos de su administración y que lo volvería a hacer y, como casi todos saben, existe un principio jurídico que reza: "a confesión de culpa, relevo de prueba".
No hay pues donde perderse, por mucho que las circunstancias y acontecimientos que se dieron so pretexto de autonomía todavía no están claros aunque se adivinan ciertos pormenores. En realidad, mientras unos mordían el anzuelo de la descentralización administrativa, otros lo que pretendían cínicamente era el separatismo, es decir, dividir Bolivia en dos fracciones irreconciliables y para lo que contaban, de acuerdo a algunas fuentes, con el compromiso norteamericano de procurar la intervención de la ONU, como una forma de consolidar la caída del gobierno de Morales.
Al parecer, y por el momento sólo al parecer, Costas no sólo que adivinó esas intenciones de las logias serviles de Santa Cruz sino que se habría opuesto a las mismas; lo que le ha valido el retiro del apoyo económico y político de tales agrupaciones que se están haciendo sentir, por la manipulación de los medios y otras influencias casi insospechadas.
Hechas estas hipótesis, muy cerca de la realidad de lo que se movió en aquellos tiempos y que se adivinaba por los altos montos financieros que se manejaron, es pues curiosa la figura que se arroga el "legislativo" cruceño que pasa a su comisión de constitución, el análisis de un fallo ya establecido por los jueces de otro poder que no puede ser ni desconocido ni subalternizado; a menos, claro, que se ponga en ejecución el borrador del estatuto autonómico que, en su momento, se pretendió aprobar y es causa del litigio y que es claramente separatista no únicamente porque se inspira en el similar catalán sino porque no acepta subordinación de las instituciones cruceñas a otras, en una curiosa concepción de lo que significa la descentralización administrativa.
Este anecdotario, pues más se parece a eso, seguirá seguramente con las "chicanerías" habituales de la politiquería; pero lo que ya no puede esconder es que vivimos un proceso, hace apenas unos años atrás, de franco separatismo, engañando a la "nación camba", que no sabemos de qué ficción sacaron, y que, hasta el momento, los intentos de dividir Bolivia no se han acabado, así como la labor siniestra de las logias que, tradicionalmente, sólo han perjudicado el interés nacional y latinoamericano en su conjunto.Lo que no deja sino como una curiosidad, las funciones de los"legislativos" del oficialismo de Santa Cruz, que no comprenden ni sus funciones ni la dimensión de su ignorancia.
Y, como si fuera poco, el propio Costas ha manifestado reiteradas veces que sí malversó fondos de su administración y que lo volvería a hacer y, como casi todos saben, existe un principio jurídico que reza: "a confesión de culpa, relevo de prueba".
No hay pues donde perderse, por mucho que las circunstancias y acontecimientos que se dieron so pretexto de autonomía todavía no están claros aunque se adivinan ciertos pormenores. En realidad, mientras unos mordían el anzuelo de la descentralización administrativa, otros lo que pretendían cínicamente era el separatismo, es decir, dividir Bolivia en dos fracciones irreconciliables y para lo que contaban, de acuerdo a algunas fuentes, con el compromiso norteamericano de procurar la intervención de la ONU, como una forma de consolidar la caída del gobierno de Morales.
Al parecer, y por el momento sólo al parecer, Costas no sólo que adivinó esas intenciones de las logias serviles de Santa Cruz sino que se habría opuesto a las mismas; lo que le ha valido el retiro del apoyo económico y político de tales agrupaciones que se están haciendo sentir, por la manipulación de los medios y otras influencias casi insospechadas.
Hechas estas hipótesis, muy cerca de la realidad de lo que se movió en aquellos tiempos y que se adivinaba por los altos montos financieros que se manejaron, es pues curiosa la figura que se arroga el "legislativo" cruceño que pasa a su comisión de constitución, el análisis de un fallo ya establecido por los jueces de otro poder que no puede ser ni desconocido ni subalternizado; a menos, claro, que se ponga en ejecución el borrador del estatuto autonómico que, en su momento, se pretendió aprobar y es causa del litigio y que es claramente separatista no únicamente porque se inspira en el similar catalán sino porque no acepta subordinación de las instituciones cruceñas a otras, en una curiosa concepción de lo que significa la descentralización administrativa.
Este anecdotario, pues más se parece a eso, seguirá seguramente con las "chicanerías" habituales de la politiquería; pero lo que ya no puede esconder es que vivimos un proceso, hace apenas unos años atrás, de franco separatismo, engañando a la "nación camba", que no sabemos de qué ficción sacaron, y que, hasta el momento, los intentos de dividir Bolivia no se han acabado, así como la labor siniestra de las logias que, tradicionalmente, sólo han perjudicado el interés nacional y latinoamericano en su conjunto.Lo que no deja sino como una curiosidad, las funciones de los"legislativos" del oficialismo de Santa Cruz, que no comprenden ni sus funciones ni la dimensión de su ignorancia.
viernes, 27 de julio de 2012
´PERDIDA DEL SENTIDO COMÚN
Cuando no se tienen ideas o se vive en un ambiente de desinformación, es fácil perder el sentido común. Infelizmente, es lo que está sucediendo en el mundo entero a caballo de una serie de sofismas que se manejan convenientemente para seguir con el sistema de explotación del hombre por el hombre.
Desde los "gremialistas", que más estrictamente habría que llamarlos contrabandistas, vendedores de contrabando o piratería e informales de la economía legal e institucional; hasta los politiqueros que quieren que las autoridades renuncien a la soberanía nacional y amplíen el ambiente de impunidad, concediendo un salvoconducto a un sujeto acusado de delitos comunes, hay un extenso abanico.
Por eso tenemos curiosas reacciones en las calles o carreteras de nuestro país; ahí están, para citar algunos ejemplos, los comerciantes que en Sacaba se oponen a que les mejoren el mercado; los usufructuarios de los caminos que quieren que la administración pública les construya carreteras para sus negocios privados o el alcalde del Cercado cochabambino que se concede a sí mismo y algunos de sus funcionarios privilegios anticonstitucionales, ilegales inmorales.
Falta de sentido común es la constante. Cualquiera diría que es fruto del ambiente pero más que eso es ausencia de preparación, ignorancia voluntariamente aceptada, alienación al sistema de corrupción e impunidad que gobierna el planeta porque, por donde se mire, salta el pus: en los superestados que se manejan y construyen por diversos motivos como los deportes o las excusas que las potencias materialistas imponen para invadir impunemente cualquier país del mundo que contenga recursos naturales para sus alforjas o medios para su logística.
La civilización misma, si la miramos sin anteojeras, es parte de la pérdida del sentido común, porque habiendo tanta tierra en el mundo, preferimos encerrarnos en chuchitriles contaminados por todos lados y amenazados por gil y mil.
La única manera de salir de este ambiente de irracionalidad es promoviendo nuevas ideas; no las que ya se dieron y fracasaron sino buscando otras opciones o emulando otras sociedades que, "científicamente" se probaron como "barbaras" o "salvajes".
Y ahí, en la historia, están muchas que corresponden más a la perspectiva "oriental" que occidental y, entre ellas, las andinas. Lo malo es que el tiempo pasa y no hay perspectivas ciertas de recuperar el sentido común y, por el contrario, se agudiza la irracionalidad. Y el tiempo apremia.
Desde los "gremialistas", que más estrictamente habría que llamarlos contrabandistas, vendedores de contrabando o piratería e informales de la economía legal e institucional; hasta los politiqueros que quieren que las autoridades renuncien a la soberanía nacional y amplíen el ambiente de impunidad, concediendo un salvoconducto a un sujeto acusado de delitos comunes, hay un extenso abanico.
Por eso tenemos curiosas reacciones en las calles o carreteras de nuestro país; ahí están, para citar algunos ejemplos, los comerciantes que en Sacaba se oponen a que les mejoren el mercado; los usufructuarios de los caminos que quieren que la administración pública les construya carreteras para sus negocios privados o el alcalde del Cercado cochabambino que se concede a sí mismo y algunos de sus funcionarios privilegios anticonstitucionales, ilegales inmorales.
Falta de sentido común es la constante. Cualquiera diría que es fruto del ambiente pero más que eso es ausencia de preparación, ignorancia voluntariamente aceptada, alienación al sistema de corrupción e impunidad que gobierna el planeta porque, por donde se mire, salta el pus: en los superestados que se manejan y construyen por diversos motivos como los deportes o las excusas que las potencias materialistas imponen para invadir impunemente cualquier país del mundo que contenga recursos naturales para sus alforjas o medios para su logística.
La civilización misma, si la miramos sin anteojeras, es parte de la pérdida del sentido común, porque habiendo tanta tierra en el mundo, preferimos encerrarnos en chuchitriles contaminados por todos lados y amenazados por gil y mil.
La única manera de salir de este ambiente de irracionalidad es promoviendo nuevas ideas; no las que ya se dieron y fracasaron sino buscando otras opciones o emulando otras sociedades que, "científicamente" se probaron como "barbaras" o "salvajes".
Y ahí, en la historia, están muchas que corresponden más a la perspectiva "oriental" que occidental y, entre ellas, las andinas. Lo malo es que el tiempo pasa y no hay perspectivas ciertas de recuperar el sentido común y, por el contrario, se agudiza la irracionalidad. Y el tiempo apremia.
jueves, 26 de julio de 2012
¿AUTONOMÍA O FEUDALISMO?
Ayer, en Bolivia, se cumplió un aniversario más de la conquista de la autonomía universitaria, a instancias de la Revolución de Córdoba, que estableció las bases mínimas de la reforma en la designación de sus autoridades, la cátedra libre y el fin del enciclopedismo, aparte de otras condiciones. Pero lo cierto es que fueron la corrientes aparentemente marxistas las que se apoderaron del contenido de ese movimiento argentino y, sin más ni menos, lo exclusivizaron como de su propio pensamiento, condenando a las otras corrientes de opinión poco menos que al ostracismo.
Por tanto, la "autonomía", que más que eso debiera llamarse autarquía, se transformó por arte de magia del estalinismo en feudalismo; porque esa fue la corriente predominante en los campus universitarios, so pretexto de libertad de esto o lo otro, porque al mejor estilo trotskista de la actualidad, se calificaba a cualquier otro tipo de pensamiento como fascismo, aunque la práctica de tal conducta, entendiéndola como simple violencia y matonaje, se la reservaron también los seguidores de Stalin.
Las condiciones no han variado, todavía a título de autonomía se quiere dar paso a la arbitrariedad y el feudalismo, pese a que, desde diversos sectores ciudadanos, se quiere saber, cómo y por qué las autoridades y docentes universitarios pueden ganar caprichosamente o no acatar las disposiciones legales del país, sin mostrar eficacia ni eficiencia sino excepcionalmente. Porque la misma condición de dependencia, de subdesarrollo de Bolivia, hay que buscarla no sólo entre el pueblo en general o sus gobernantes sino también, y principalmente, entre los componentes de la "comunidad universitaria" que, más que eso, parece ser una logia más de la derecha tradicional.
Las prácticas del estalinismo no han estado pues ausentes de las universidades y así como no se permitía la cátedra libre, que aún hoy es una aspiración, se perseguía también a los estudiantes que no consentían el nuevo feudalismo. Y, lo curioso, es que en ciertas carreras, pese al supuesto socialismo, incluso populismo de los que fungían como marxistas, fácilmente se puede establecer que los apellidos como Choque, Condori u otros, no fueron precisamente los predominantes en las aulas de la universidad autónoma y, menos, entre sus egresados.
La autonomía universitaria, transformada en nuevo feudalismo, por partidos de la politiquería nacional, sigue siendo el bastión de los conculcadores de la cátedra libre, la designación democrática de las autoridades o la reforma pedagógica y si, antes, fueron supuestos marxistas los beneficiarios de la administración sectaria y sin control de su presupuesto, después fueron piristas, movimientas, miristas o, finalmente, sanchopancistas.
Aunque no se quiera, hay que recordar pues el establecimiento de la autonomía universitaria en el país, como una frustración más del pueblo boliviano y las pruebas las podemos ver en la escaza producción científica o tecnológica que la "Casa Superior de Estudios", puede mostrar ante quienes generan su sostenimiento económico e, incluso, ideológico.
Por tanto, la "autonomía", que más que eso debiera llamarse autarquía, se transformó por arte de magia del estalinismo en feudalismo; porque esa fue la corriente predominante en los campus universitarios, so pretexto de libertad de esto o lo otro, porque al mejor estilo trotskista de la actualidad, se calificaba a cualquier otro tipo de pensamiento como fascismo, aunque la práctica de tal conducta, entendiéndola como simple violencia y matonaje, se la reservaron también los seguidores de Stalin.
Las condiciones no han variado, todavía a título de autonomía se quiere dar paso a la arbitrariedad y el feudalismo, pese a que, desde diversos sectores ciudadanos, se quiere saber, cómo y por qué las autoridades y docentes universitarios pueden ganar caprichosamente o no acatar las disposiciones legales del país, sin mostrar eficacia ni eficiencia sino excepcionalmente. Porque la misma condición de dependencia, de subdesarrollo de Bolivia, hay que buscarla no sólo entre el pueblo en general o sus gobernantes sino también, y principalmente, entre los componentes de la "comunidad universitaria" que, más que eso, parece ser una logia más de la derecha tradicional.
Las prácticas del estalinismo no han estado pues ausentes de las universidades y así como no se permitía la cátedra libre, que aún hoy es una aspiración, se perseguía también a los estudiantes que no consentían el nuevo feudalismo. Y, lo curioso, es que en ciertas carreras, pese al supuesto socialismo, incluso populismo de los que fungían como marxistas, fácilmente se puede establecer que los apellidos como Choque, Condori u otros, no fueron precisamente los predominantes en las aulas de la universidad autónoma y, menos, entre sus egresados.
La autonomía universitaria, transformada en nuevo feudalismo, por partidos de la politiquería nacional, sigue siendo el bastión de los conculcadores de la cátedra libre, la designación democrática de las autoridades o la reforma pedagógica y si, antes, fueron supuestos marxistas los beneficiarios de la administración sectaria y sin control de su presupuesto, después fueron piristas, movimientas, miristas o, finalmente, sanchopancistas.
Aunque no se quiera, hay que recordar pues el establecimiento de la autonomía universitaria en el país, como una frustración más del pueblo boliviano y las pruebas las podemos ver en la escaza producción científica o tecnológica que la "Casa Superior de Estudios", puede mostrar ante quienes generan su sostenimiento económico e, incluso, ideológico.
miércoles, 25 de julio de 2012
SIMÓN BOLÍVAR
El 24 de julio se recuerda el nacimiento del Libertador de cinco naciones; pero los homenajes no son precisamente los que se debieran hacer a esa figura a la que se destaca y encubre, según las circunstancias y conveniencias.
En la década de los sesenta, por ejemplo, del anterior siglo, quienes se decían marxistas renegaban de Bolívar, al que acusaban de salir en defensa sólo de sus propios intereses y los de la burguesía; sin proyectos reales de liberación para los latinoamericanos o venezolanos, peruanos o lo que fuere.
Después convinieron en explotar su figura para garantizarse el apoyo popular y, aunque no lo digan, se alienaron a las políticas populistas adoptadas por la derecha también o a instancias de ella. Pero en el sentimiento de los hombres, de los que están por encima de las derechas explotadoras y las izquierdas anarquizantes su recuerdo no se borrara jamás porque corresponde a la lucha de un tiempo, a las ansias recogidas también por otros próceres y a los deseos de libertad y ejercicio real de la soberanía. Por eso es que desconfiaba del Norte y de los norteamericanos y tampoco fue un "indigenista" porque comprendió muy pronto que la identidad del nuevo ser, al sur del río Bravo, no era tal sino de mestizaje racial y cultural que hacían otro ser, diferente a la concepción marxista de la época o de la expresión derechista que nos hacían pendular de acuerdo a sus intereses.
Bolívar no sólo representa las ideas libertarias de la época sino la expresión, el deseo, de nuestros pueblos de ser diferentes a los demás, tanto a los imperios europeos como a las colonias inglesas, españolas o portuguesas. Por eso es que se regocija por la creación de la "hija predilecta del Libertador", la nación que en agradecimiento adoptó su nombre; porque, en verdad, los altoperuanos representaban ya una expresión diferente no sólo en las ideas, los ideales o las doctrinas sino en su concepción del mundo en general y del universo en particular.
Y era tan diferente que tampoco sucumbieron ante las seducciones del liberalismo o el marxismo y prefirieron elaborar sus propias estrategias, aunque por ello, fueron perjudicadas tanto por la denominada izquierda como por la derecha.
Por eso es que al recordar el nacimiento del Libertador, hay que recordar también el nacimiento de una nueva concepción ideológica y política en la tierra, que no responde ni a Marx ni a Smith porque está más allá, más alto, más integralmente ligada a la integración, la paz y la concordia, que lo que cualquier concepción materialista actual nos puede sugerir.
Honor y gloria a Bolívar que, junto a Sucre, comprendió esa realidad y nos hizo libres e independientes fuera de Charcas, La Plata o Lima.
En la década de los sesenta, por ejemplo, del anterior siglo, quienes se decían marxistas renegaban de Bolívar, al que acusaban de salir en defensa sólo de sus propios intereses y los de la burguesía; sin proyectos reales de liberación para los latinoamericanos o venezolanos, peruanos o lo que fuere.
Después convinieron en explotar su figura para garantizarse el apoyo popular y, aunque no lo digan, se alienaron a las políticas populistas adoptadas por la derecha también o a instancias de ella. Pero en el sentimiento de los hombres, de los que están por encima de las derechas explotadoras y las izquierdas anarquizantes su recuerdo no se borrara jamás porque corresponde a la lucha de un tiempo, a las ansias recogidas también por otros próceres y a los deseos de libertad y ejercicio real de la soberanía. Por eso es que desconfiaba del Norte y de los norteamericanos y tampoco fue un "indigenista" porque comprendió muy pronto que la identidad del nuevo ser, al sur del río Bravo, no era tal sino de mestizaje racial y cultural que hacían otro ser, diferente a la concepción marxista de la época o de la expresión derechista que nos hacían pendular de acuerdo a sus intereses.
Bolívar no sólo representa las ideas libertarias de la época sino la expresión, el deseo, de nuestros pueblos de ser diferentes a los demás, tanto a los imperios europeos como a las colonias inglesas, españolas o portuguesas. Por eso es que se regocija por la creación de la "hija predilecta del Libertador", la nación que en agradecimiento adoptó su nombre; porque, en verdad, los altoperuanos representaban ya una expresión diferente no sólo en las ideas, los ideales o las doctrinas sino en su concepción del mundo en general y del universo en particular.
Y era tan diferente que tampoco sucumbieron ante las seducciones del liberalismo o el marxismo y prefirieron elaborar sus propias estrategias, aunque por ello, fueron perjudicadas tanto por la denominada izquierda como por la derecha.
Por eso es que al recordar el nacimiento del Libertador, hay que recordar también el nacimiento de una nueva concepción ideológica y política en la tierra, que no responde ni a Marx ni a Smith porque está más allá, más alto, más integralmente ligada a la integración, la paz y la concordia, que lo que cualquier concepción materialista actual nos puede sugerir.
Honor y gloria a Bolívar que, junto a Sucre, comprendió esa realidad y nos hizo libres e independientes fuera de Charcas, La Plata o Lima.
martes, 24 de julio de 2012
JORNADAS CIENTÍFICAS
Puesto que los puristas pueden objetar hablar de olimpiadas de ciencia, hablaremos de las jornadas que se vivieron en estos últimos días entre los alumnos del ciclo secundario. Todo empezó con un encuentro casual entre el actual Presidente y la Directora de Escuelas Populares Don Bosco, de Cochabamba, en Villa Tunari, donde el primero visitaba la zona y, la segunda, en charla eventual le pidió ampliar las olimpiadas deportivas a la ciencia, es decir, matemáticas, física, biología, química, recibiendo la promesa respectiva. Aunque han pasado varios años el entusiasmo que se ha despertado entre los alumnos, no sólo hay que destacar sino enaltecer porque, pese a la miseria del medio en que casi nunca se estimula la investigación o la ciencia, se logró despertar a algunos jóvenes en su dedicación por la tecnología o las ciencias puras.
La respuesta del gobierno ha sido tal que el propio Primer Mandatario ha anunciado la concesión de becas universitarias a los ganadores, tanto en las universidades locales como las del exterior y es, habría que decir, como corresponde. Hace algunos días manifestábamos que no es suficiente tener recursos naturales sino los instrumentos para explotarlos y darles valor agregado; cosas que hay que hacer con ciencia y tecnología y traíamos a colación el ejemplo de los japoneses en cuanto al tema; pues bien, si las becas se concretan y los jóvenes las aprovechan, tenemos una gran oportunidad de tener la tecnología apropiada sin tener que recurrir a la fuente explotadora de las transnacionales.
Lo que hay que seguir lamentando es el deplorable estado de los medios de comunicación que han abandonado la difusión de la ciencia, la tecnología y la cultura, para convertirse en simples piezas o engranajes del comercio internacional y donde se incluyen los llamados canales universitarios porque, los que conocemos, funcionan como cualquier otra emisora dedicada al comercio vulgar y silvestre y si algún programa incluyen que no sea estrictamente para vender, es de hace décadas atrás. Se ha llegado hasta el colmo de alquilar los espacios de esos medios universitarios a lo más vulgar del comercio, donde se pueden encontrar desde adivinos hasta vendedores de pócimas mágicas.
No hay pues un ambiente propicio a la ciencia y la tecnología y, menos, los estímulos necesarios para que nuestros jóvenes puedan buscarlas y entregarse a ellas y por eso es interesante que el entusiasmo que se está despertando se mantenga y continúe y, ojalá, estimule también a los medios de comunicación audiovisuales a dar su aporte, aunque sólo sea mejorando el uso del lenguaje o abriendo los espacios correspondientes, antes que fastidiarnos con vanalidades o seudocultura.
Mientras tanto, felicitaciones al gobierno, a los jóvenes y también a los profesores que, aunque escasos, se ve que los hay buenos.
La respuesta del gobierno ha sido tal que el propio Primer Mandatario ha anunciado la concesión de becas universitarias a los ganadores, tanto en las universidades locales como las del exterior y es, habría que decir, como corresponde. Hace algunos días manifestábamos que no es suficiente tener recursos naturales sino los instrumentos para explotarlos y darles valor agregado; cosas que hay que hacer con ciencia y tecnología y traíamos a colación el ejemplo de los japoneses en cuanto al tema; pues bien, si las becas se concretan y los jóvenes las aprovechan, tenemos una gran oportunidad de tener la tecnología apropiada sin tener que recurrir a la fuente explotadora de las transnacionales.
Lo que hay que seguir lamentando es el deplorable estado de los medios de comunicación que han abandonado la difusión de la ciencia, la tecnología y la cultura, para convertirse en simples piezas o engranajes del comercio internacional y donde se incluyen los llamados canales universitarios porque, los que conocemos, funcionan como cualquier otra emisora dedicada al comercio vulgar y silvestre y si algún programa incluyen que no sea estrictamente para vender, es de hace décadas atrás. Se ha llegado hasta el colmo de alquilar los espacios de esos medios universitarios a lo más vulgar del comercio, donde se pueden encontrar desde adivinos hasta vendedores de pócimas mágicas.
No hay pues un ambiente propicio a la ciencia y la tecnología y, menos, los estímulos necesarios para que nuestros jóvenes puedan buscarlas y entregarse a ellas y por eso es interesante que el entusiasmo que se está despertando se mantenga y continúe y, ojalá, estimule también a los medios de comunicación audiovisuales a dar su aporte, aunque sólo sea mejorando el uso del lenguaje o abriendo los espacios correspondientes, antes que fastidiarnos con vanalidades o seudocultura.
Mientras tanto, felicitaciones al gobierno, a los jóvenes y también a los profesores que, aunque escasos, se ve que los hay buenos.
lunes, 23 de julio de 2012
POBRE FÚTBOL
El fútbol, boliviano, si es que se puede hablar de él, está pasando una etapa plena de crisis que, la mayor parte de las veces, se la desvía hacia otros objetivos menos importantes a la hora de encontrar soluciones a esa práctica deportiva o ya no tan deportiva
En las actuales eliminatorias el papel de la selección ha dejado más frustraciones que esperanzas y hace alrededor de una semana que, ante la renuncia del DT, se ha dispuesto una nueva contratación que, pese a las apuestas que se hicieron correr, tenía que recaer en el Vasco Askargorta porque no se trata de salvar la imagen de la selección o de los jugadores sino de los dirigentes; los que no quieren asumir las graves culpas que tienen en el manejo excesivamente comercial de esta práctica profesional que se ha convertido en una suerte de negocio de negros o de esclavos por una serie de aspectos que seguramente algún día se podrán aclarar para saber cómo algunos de los que dirigen la federación o la liga, aparecen con ubicaciones privilegiadas en varias actividades. No hay que olvidar que hace tiempo que esta disciplina está bajo fuerte sospecha de corrupción en todo el mundo y hasta sus más encumbrados dirigentes deben responder por una variedad de cuestionamientos.
En el caso boliviano, no es pues cuestión de salvar el fútbol de su mediocridad o baja calidad ni de reorientar la clasificación al mundial sino de salvar a los dirigentes que, hace tiempo, incluso hicieron promesa de irse por las graves acusaciones que nunca pudieron negar.
Lo malo es que el técnico vasco se haya prestado a este juego por su gran simpatía con el pueblo boliviano pero como no es mago ni prestidigitador hay que ir estableciendo bien las cosas porque, nada raro, que los verdaderos culpables de la situación actual del fútbol, quieran cargarle a él las frustraciones por venir y que no dependen de medidas salvadoras sino de una concienzuda limpieza en todos los niveles de esa práctica antes deportiva y ahora más comercial que otra cosa; incluyendo las llamadas "barras bravas" y "comentaristas" que, muchas veces, actúan como grupos de choque para defender no el deporte sino el comercio y, con él, a los comerciantes.
Como en muchas otras cosas de la realidad nacional, se está desviando la atención sobre los verdaderos problemas en un intento por seguir en la impunidad del negocio que antes lo ejecutaban los negreros. Hay que poner los puntos sobre las íes para que no sigan los mismos sinvergüenzas y culpables de las frustraciones colectivas y de la distorsión de la práctica deportiva del fútbol nacional.
En las actuales eliminatorias el papel de la selección ha dejado más frustraciones que esperanzas y hace alrededor de una semana que, ante la renuncia del DT, se ha dispuesto una nueva contratación que, pese a las apuestas que se hicieron correr, tenía que recaer en el Vasco Askargorta porque no se trata de salvar la imagen de la selección o de los jugadores sino de los dirigentes; los que no quieren asumir las graves culpas que tienen en el manejo excesivamente comercial de esta práctica profesional que se ha convertido en una suerte de negocio de negros o de esclavos por una serie de aspectos que seguramente algún día se podrán aclarar para saber cómo algunos de los que dirigen la federación o la liga, aparecen con ubicaciones privilegiadas en varias actividades. No hay que olvidar que hace tiempo que esta disciplina está bajo fuerte sospecha de corrupción en todo el mundo y hasta sus más encumbrados dirigentes deben responder por una variedad de cuestionamientos.
En el caso boliviano, no es pues cuestión de salvar el fútbol de su mediocridad o baja calidad ni de reorientar la clasificación al mundial sino de salvar a los dirigentes que, hace tiempo, incluso hicieron promesa de irse por las graves acusaciones que nunca pudieron negar.
Lo malo es que el técnico vasco se haya prestado a este juego por su gran simpatía con el pueblo boliviano pero como no es mago ni prestidigitador hay que ir estableciendo bien las cosas porque, nada raro, que los verdaderos culpables de la situación actual del fútbol, quieran cargarle a él las frustraciones por venir y que no dependen de medidas salvadoras sino de una concienzuda limpieza en todos los niveles de esa práctica antes deportiva y ahora más comercial que otra cosa; incluyendo las llamadas "barras bravas" y "comentaristas" que, muchas veces, actúan como grupos de choque para defender no el deporte sino el comercio y, con él, a los comerciantes.
Como en muchas otras cosas de la realidad nacional, se está desviando la atención sobre los verdaderos problemas en un intento por seguir en la impunidad del negocio que antes lo ejecutaban los negreros. Hay que poner los puntos sobre las íes para que no sigan los mismos sinvergüenzas y culpables de las frustraciones colectivas y de la distorsión de la práctica deportiva del fútbol nacional.
domingo, 22 de julio de 2012
HIPOCRESÍA REPETIDA
Esto de desgarrarse las vestiduras ante cualquier noticia del narcotráfico, se está convirtiendo en un tema no sólo demasiado repetido sino hipócrita. Y es que no sólo concurren factores de simpatía o antipatía sino también de ignorancia o desinformación. Muchos olvidan que el negocio de las drogas es mundial y está en manos de los grandes capitales y capitalistas, donde los connacionales sólo son sirvientes o pulgas tuertas porque no alcanzan ni el mínimo de participación en lo que se mueve en dólares, libras esterlinas o piedras preciosas en el planeta.
Sin embargo, ante cualquier atisbo de sospecha, inducción pública a la misma o la calumnia evidente, no faltan, especialmente los que se hacen llamar opositores, en echarse con ceniza y desgarrarse las vestiduras con mucha estulticia más que ingenuidad, porque se supone que debieran estar informados sobre el negocio que mueve más de lo que se piensa y en donde ni siquiera se sospecha, a veces.
Olvidan, muchas veces intencionalmente, que la cocaína elaborada a instancias de organismos de inteligencia para subvenir las necesidades de la intromisión armada en otras naciones, es algo ya fuera de toda duda y que aún no se ha esclarecido plenamente, por su implicancia en varios gobiernos latinoamericanos que, más que por corrupción, se vieron involucrados por servilismo. Incluso, hay que admitir, que detrás de esos organismos, de esas acciones de violación de derechos humanos y soberanía e independencia, están otras personas que aparecen en el "jet set" pero sin descubrir sus complicidades con los peores negociados del mundo.
Es tal el volumen del manejo económico del narcotráfico que hace ya décadas que no se hace ni en dólares o Libras Esterlinas sino en piedras preciosas, más fáciles de ocultar o de pasar por las fronteras sin despertar muchas sospechas o problemas y lo que se toma en la banca ya no son simples cuentas protegidas por el "secreto bancario" sino depósitos o casillas donde es más fácil ocultar unas pocas joyas que una gran cantidad de billetes.
Pese a que hay información sobre el tema, continuamos con la hipocresía de achacar a nuestros mismos compatriotas por narcotráfico, cuando lo que más podría hacerse es endilgarles su calidad de sirvientes o de tontos útiles porque de esa manera intervienen en el negocio que rebasa fronteras, Estados u organismos nacionales o internacionales.
Y es ésta la mayor preocupación: la hipocresía, desinformación o ignorancia sobre el tema, porque mientras sigamos así, seguiremos siendo, a la vez, víctimas y verdugos.
Sin embargo, ante cualquier atisbo de sospecha, inducción pública a la misma o la calumnia evidente, no faltan, especialmente los que se hacen llamar opositores, en echarse con ceniza y desgarrarse las vestiduras con mucha estulticia más que ingenuidad, porque se supone que debieran estar informados sobre el negocio que mueve más de lo que se piensa y en donde ni siquiera se sospecha, a veces.
Olvidan, muchas veces intencionalmente, que la cocaína elaborada a instancias de organismos de inteligencia para subvenir las necesidades de la intromisión armada en otras naciones, es algo ya fuera de toda duda y que aún no se ha esclarecido plenamente, por su implicancia en varios gobiernos latinoamericanos que, más que por corrupción, se vieron involucrados por servilismo. Incluso, hay que admitir, que detrás de esos organismos, de esas acciones de violación de derechos humanos y soberanía e independencia, están otras personas que aparecen en el "jet set" pero sin descubrir sus complicidades con los peores negociados del mundo.
Es tal el volumen del manejo económico del narcotráfico que hace ya décadas que no se hace ni en dólares o Libras Esterlinas sino en piedras preciosas, más fáciles de ocultar o de pasar por las fronteras sin despertar muchas sospechas o problemas y lo que se toma en la banca ya no son simples cuentas protegidas por el "secreto bancario" sino depósitos o casillas donde es más fácil ocultar unas pocas joyas que una gran cantidad de billetes.
Pese a que hay información sobre el tema, continuamos con la hipocresía de achacar a nuestros mismos compatriotas por narcotráfico, cuando lo que más podría hacerse es endilgarles su calidad de sirvientes o de tontos útiles porque de esa manera intervienen en el negocio que rebasa fronteras, Estados u organismos nacionales o internacionales.
Y es ésta la mayor preocupación: la hipocresía, desinformación o ignorancia sobre el tema, porque mientras sigamos así, seguiremos siendo, a la vez, víctimas y verdugos.
sábado, 21 de julio de 2012
INEPTITUDES EVIDENTES
Desde que nos acostumbraron a las "manifestaciones espontáneas" del régimen del doble sexenio del MNR, que fueron insuficientes para evitar su caída ante la permanente violación de los derechos fundamentales, ha pasado mucha agua debajo de los puentes como para que hoy el Gobernador de Santa Cruz trate de amedrentar a la justicia convocando a sus adláteres a rendirle pleitesía; porque no otra cosa significa lo que ayer ha sucedido en esa ciudad y que no puede ser tomada en cuenta por la administración de las leyes en el país porque no cuenta, no tiene respaldo legal y, menos todavía, cuando la mayoría de esos "espontáneos" asistentes eran funcionarios públicos que dependen del salario que administra arbitrariamente el susodicho.
Pero lo que hay que ver, detrás de las apariencias, es la absoluta ineptitud para la democracia de que hacen gala algunas personas, partidos o instituciones; porque hacerse a los perseguidos, cuando se tienen cuentas con la justicia, asilarse en alguna embajada buscando la impunidad o huir del país a otras tierras no es más que ausencia de capacidad democrática, aceptación del sistema de representación y, consiguientemente, el acatamiento a un gobierno elegido en las urnas, por mucho que nuestra "democracia" sea de mercado, igual que las "manifestaciones espontáneas".
Durante varios regímenes de gobierno, el pueblo boliviano ha sufrido una serie de violaciones francas, encubiertas y hasta cínicas; desde la amenaza del ministro del interior del gobierno de García Meza, que decía textualmente que los que no estaban de acuerdo con esa tiranía debían andar con el testamento bajo el brazo, hasta los campos de concentración del MNR y la embajada norteamericana como financiadora, hay todo un abanico donde podemos encontrar, por ejemplo, la intromisión de las ONGs que, en los hechos, actúan como secuestradoras de la soberanía y la libertad o el peligro siempre latente del despido en la administración pública por no rendir vasallaje al mandón de turno porque, al final, de eso es de lo que se trata en gobiernos politiqueros caracterizados por el cuoteo de puestos de trabajo entre sus militantes y demás deudos.
En alguna oportunidad decíamos que en Bolivia hay democracia pero no demócratas y es que el sectarismo, el partidismo, el nepotismo siguen en la línea de la feudalización del territorio y la administración, que son productos del colonialismo. Falta una verdadera vocación democrática, incluso, para vencer esa democracia que se hace de la compra venta de votos o las manifestaciones que se arman con fondos privados o públicos que no quieren salir a la luz, porque esconden aviezas intenciones.
Pero lo que hay que ver, detrás de las apariencias, es la absoluta ineptitud para la democracia de que hacen gala algunas personas, partidos o instituciones; porque hacerse a los perseguidos, cuando se tienen cuentas con la justicia, asilarse en alguna embajada buscando la impunidad o huir del país a otras tierras no es más que ausencia de capacidad democrática, aceptación del sistema de representación y, consiguientemente, el acatamiento a un gobierno elegido en las urnas, por mucho que nuestra "democracia" sea de mercado, igual que las "manifestaciones espontáneas".
Durante varios regímenes de gobierno, el pueblo boliviano ha sufrido una serie de violaciones francas, encubiertas y hasta cínicas; desde la amenaza del ministro del interior del gobierno de García Meza, que decía textualmente que los que no estaban de acuerdo con esa tiranía debían andar con el testamento bajo el brazo, hasta los campos de concentración del MNR y la embajada norteamericana como financiadora, hay todo un abanico donde podemos encontrar, por ejemplo, la intromisión de las ONGs que, en los hechos, actúan como secuestradoras de la soberanía y la libertad o el peligro siempre latente del despido en la administración pública por no rendir vasallaje al mandón de turno porque, al final, de eso es de lo que se trata en gobiernos politiqueros caracterizados por el cuoteo de puestos de trabajo entre sus militantes y demás deudos.
En alguna oportunidad decíamos que en Bolivia hay democracia pero no demócratas y es que el sectarismo, el partidismo, el nepotismo siguen en la línea de la feudalización del territorio y la administración, que son productos del colonialismo. Falta una verdadera vocación democrática, incluso, para vencer esa democracia que se hace de la compra venta de votos o las manifestaciones que se arman con fondos privados o públicos que no quieren salir a la luz, porque esconden aviezas intenciones.
viernes, 20 de julio de 2012
¿QUÉ SON?
Es cada vez una mayor interrogante saber qué son, los que en los espacios de la televisión y la radio hacen de "presentadores", "vendedores", "sibaritas", expertos en todo y en nada; porque periodistas no son.
Y es que mucho se confunde el periodismo con la comunicación social y hasta se han abierto carreras universitarias que, hasta el momento, sólo excepcionalmente han mostrado algún resultado positivo porque la mayoría adolece de grandes deficiencias ya que ni siquiera sabe manejar lo que debiera ser su herramienta principal: el lenguaje y es para sufrir vergüenza ajena cada vez que se escuchan los diferentes programas, es decir, cuando uno tiene el suficiente coraje como para aguantarlos.
Y como no puede faltar lo curioso, resulta que en encuentro entre supuestos expertos en cultura, que se realizó bajo el auspicio de la Gobernación, no sólo que una de sus conclusiones es que esa institución copie a otra que, supuestamente, lo hace mejor sino que se extiende a pedir que el gobierno intervenga en los costos de las entradas de cierto cine local. Como es de suponer, la interrogante crece.
Y en un acto de sinceridad, la Ministra de Comunicación del Estado, ha advertido que los medios de comunicación oficial son eso: oficialistas; mientras nadie, en el lado contrario del espectro, es decir, los medios privados, se ha animado a decir que, por el contrario, ellos o, más concretamente, los empresarios y alguno de sus trabajadores, son opositores intransigentes.
Con lo que el problema se hace todavía más complejo. Si, de una parte, no sabemos si estamos escuchando "comunicadores sociales", "vendedores" o expertos en nada y, de la otra, tenemos medios que responden al oficialismo y la oposición; ¿dónde queda la información imparcial, objetiva, como se suele decir aunque platónicamente? ¿Dónde la verdad? ¿De qué realidad nos están dando cuenta con tanta interrogante?
Y no se crea que esta situación se da sólo en nuestra patria; no, también es una realidad en muchas naciones del mundo donde unos tiran a un lado y otros al otro y hasta se ha hecho una tendencia, agresiva, prepotente, inmoral, que la mayoría de los medios de comunicación del mundo respondan a los intereses económicos de unos cuantos, tal y como se manifestó en un seminario virtual de cierto medio anglosajón, aunque como una participación in extremis de sus organizadores que, al parecer, cumplieron sus últimos días y, programa y todo, desaparecieron.
Ya no es posible, en consecuencia, poner en entredicho lo que se ve y escucha en los medios de comunicación, especialmente radiales y televisivos sino también la conducta de sus participantes, porque ya nada se acerca a la realidad y la verdad y son unos pocos los que aún procuran mantener ese espíritu periodístico de antaño en el ambiente.
Y es que mucho se confunde el periodismo con la comunicación social y hasta se han abierto carreras universitarias que, hasta el momento, sólo excepcionalmente han mostrado algún resultado positivo porque la mayoría adolece de grandes deficiencias ya que ni siquiera sabe manejar lo que debiera ser su herramienta principal: el lenguaje y es para sufrir vergüenza ajena cada vez que se escuchan los diferentes programas, es decir, cuando uno tiene el suficiente coraje como para aguantarlos.
Y como no puede faltar lo curioso, resulta que en encuentro entre supuestos expertos en cultura, que se realizó bajo el auspicio de la Gobernación, no sólo que una de sus conclusiones es que esa institución copie a otra que, supuestamente, lo hace mejor sino que se extiende a pedir que el gobierno intervenga en los costos de las entradas de cierto cine local. Como es de suponer, la interrogante crece.
Y en un acto de sinceridad, la Ministra de Comunicación del Estado, ha advertido que los medios de comunicación oficial son eso: oficialistas; mientras nadie, en el lado contrario del espectro, es decir, los medios privados, se ha animado a decir que, por el contrario, ellos o, más concretamente, los empresarios y alguno de sus trabajadores, son opositores intransigentes.
Con lo que el problema se hace todavía más complejo. Si, de una parte, no sabemos si estamos escuchando "comunicadores sociales", "vendedores" o expertos en nada y, de la otra, tenemos medios que responden al oficialismo y la oposición; ¿dónde queda la información imparcial, objetiva, como se suele decir aunque platónicamente? ¿Dónde la verdad? ¿De qué realidad nos están dando cuenta con tanta interrogante?
Y no se crea que esta situación se da sólo en nuestra patria; no, también es una realidad en muchas naciones del mundo donde unos tiran a un lado y otros al otro y hasta se ha hecho una tendencia, agresiva, prepotente, inmoral, que la mayoría de los medios de comunicación del mundo respondan a los intereses económicos de unos cuantos, tal y como se manifestó en un seminario virtual de cierto medio anglosajón, aunque como una participación in extremis de sus organizadores que, al parecer, cumplieron sus últimos días y, programa y todo, desaparecieron.
Ya no es posible, en consecuencia, poner en entredicho lo que se ve y escucha en los medios de comunicación, especialmente radiales y televisivos sino también la conducta de sus participantes, porque ya nada se acerca a la realidad y la verdad y son unos pocos los que aún procuran mantener ese espíritu periodístico de antaño en el ambiente.
jueves, 19 de julio de 2012
FOMENTO A LA IMPUNIDAD
Digan lo que digan los que se hacen llamar opositores y los que viven de las ONGs, están haciendo una campaña por la impunidad porque se oponen a que la justicia determine si hay culpables o no en varios delitos que se acusan ante los tribunales, como en el caso del Gobernador de Santa Cruz, el de Pando, un prófugo "asilado" y otros más. En Bolivia casi todos nos conocemos, sabemos qué está bien y qué esta chueco, por decir algo; incluso, algunos miembros de la extinta "clase política" hacían turno en la corrupción y la impunidad porque conocían y sabían del ambiente que predominaba; no hay pues mucho espacio para saber o no quién es inocente y quién es culpable dentro de la politiquería nacional y regional.
Es más, so pretexto de descentralización, democracia, justicia u otros motivos, se han ejecutado muchos actos de corrupción que han quedado en la impunidad, hacer una lista de ellos sería tan abundante como una lista de teléfonos de una gran ciudad. Como alguien diría, nada nuevo hay bajo el sol y la corrupción es un "pasanaku" (beneficio por turnos) que tarda pero llega inevitablemente a los que quieren hacerse ricos de la noche a la mañana, porque es un sistema colonial, de dependencia, de alienación al extranjero y de negación de la identidad nacional.
Pero, hay que reiterarlo, hasta por motivos fundamentales, como los derechos humanos o la vigencia de la Constitución Política del Estado, la corrupción sigue libre y cabalgando en nuestras tierras porque se la ve disfrazada de regionalistas, autonomistas ambientalistas, ecologistas, opositores, oficialistas y muchas otras yerbas del jardín de la dependencia. Porque es lo mismo dilapidar los recursos públicos en afanes sectarios o privados, que ganar un sueldo por la hipocresía de defender lo que no se conoce, como está sucediendo con ese secuestro de la libertad y la soberanía a propósito del TIPNIS donde hay más intromisión que toda la historia colonial.
Una excusa para fomentar directa o indirectamente la corrupción y la impunidad, es establecer dudas sobre la independencia del Poder Judicial y acusarlo de dependencia partidista, nepotismo o lo que fuere. Aunque la historia republicana está plagada de esta clase de actos reprochables, lo que debieran hacer los que fomentan la impunidad, es acompañar esos procesos con profesionales que sigan los mismos escrupulosa y públicamente, lo que sí sería un valioso aporte a la institucionalidad y la justicia; pero no, prefieren despotricar y desgarrarse las vestiduras con cada acto de corrupción e impunidad, mostrando cuan irresponsables son y cómo se descubren como enemigos de la justicia.
Para no fomentar la impunidad, que sigan los procesos judiciales con sus abogados, si es que los tienen y entienden.
Es más, so pretexto de descentralización, democracia, justicia u otros motivos, se han ejecutado muchos actos de corrupción que han quedado en la impunidad, hacer una lista de ellos sería tan abundante como una lista de teléfonos de una gran ciudad. Como alguien diría, nada nuevo hay bajo el sol y la corrupción es un "pasanaku" (beneficio por turnos) que tarda pero llega inevitablemente a los que quieren hacerse ricos de la noche a la mañana, porque es un sistema colonial, de dependencia, de alienación al extranjero y de negación de la identidad nacional.
Pero, hay que reiterarlo, hasta por motivos fundamentales, como los derechos humanos o la vigencia de la Constitución Política del Estado, la corrupción sigue libre y cabalgando en nuestras tierras porque se la ve disfrazada de regionalistas, autonomistas ambientalistas, ecologistas, opositores, oficialistas y muchas otras yerbas del jardín de la dependencia. Porque es lo mismo dilapidar los recursos públicos en afanes sectarios o privados, que ganar un sueldo por la hipocresía de defender lo que no se conoce, como está sucediendo con ese secuestro de la libertad y la soberanía a propósito del TIPNIS donde hay más intromisión que toda la historia colonial.
Una excusa para fomentar directa o indirectamente la corrupción y la impunidad, es establecer dudas sobre la independencia del Poder Judicial y acusarlo de dependencia partidista, nepotismo o lo que fuere. Aunque la historia republicana está plagada de esta clase de actos reprochables, lo que debieran hacer los que fomentan la impunidad, es acompañar esos procesos con profesionales que sigan los mismos escrupulosa y públicamente, lo que sí sería un valioso aporte a la institucionalidad y la justicia; pero no, prefieren despotricar y desgarrarse las vestiduras con cada acto de corrupción e impunidad, mostrando cuan irresponsables son y cómo se descubren como enemigos de la justicia.
Para no fomentar la impunidad, que sigan los procesos judiciales con sus abogados, si es que los tienen y entienden.
miércoles, 18 de julio de 2012
DAÑOS Y PERJUICIOS
El retiro de la Jindall de la explotación del yacimiento minero del Mutún pone al descubierto, una vez más, que algunas empresas utilizan los sueños y las aspiraciones de las naciones "subdesarrolladas" para sus propósitos inmorales o inconfesables.
Por lo tanto, ¿quién debe pagar y a quién por daños y perjuicios? ¿El Estado boliviano a la empresa india o ella al gobierno nacional? Porque los que casi siempre salen perjudicados son los "peces chicos" de la economía mundial, aquellos que no cotizan ni intervienen en la bolsa; mientras los "grandes" no sólo que suelen mejorar su posición en los mercados, posicionamiento le llaman ellos, sino que pueden atraer otros inversionistas.
No es primera vez y seguramente no será la última que una empresa hace toda clase de ofrecimientos y promesas para adjudicarse una gran obra y, al final, salga como víctima después de haber frustrado un sueño y de haberse embolsado varios millones en la faltriquera. Hasta hemos copiado el modelo cuando ofrecemos viviendas "sociales" y las empresas adjudicatarias incluyen en sus presupuestos materiales de primera y mano de obra especializada pero, al final, todo resulta una estafa porque los materiales ni siquiera son de quinta y el personal que se usa es de improvisados a los que se paga poco. No es pues algo nuevo que los "inversionistas" se vayan ofendidos pero con los bolsillos recuperados.
También ha sucedido, como ya lo dijimos varias veces, en el Brasil donde la política de "atracción de inversiones" consiguió captar algo así como 36 millones, de los de antes, y cuando los brasileños se dieron cuenta del daño que les estaban provocando y les pidieron que se fueran, se llevaron todo ofendidos y con promesas de venganza más de 650 millones, también de los de antes.
En la eventualidad, por consiguiente, habría que demandar por estafa a los que nos prometieron el cielo y la tierra con los yacimientos de hierro y ahora se van porque, supuestamente, el gobierno no cumplió con algunos requisitos. Hay que hacer una investigación seria al respecto para sentar, de una vez por todas, precedente en defensa del derecho de los pueblos a intentar el crecimiento, por mucho que los inversionistas y las transnacionales, no sean las empresas más indicadas para optar por ellas en el burdo y materialista mundo del vil metal.
Los organismos de integración y hasta la propia OEA, con todas sus falencias, deficiencias y frustraciones, debieran intervenir en el asunto en defensa del derecho de los pueblos, a sus recursos naturales, al crecimiento y a su soberanía e independencia.
Por lo tanto, ¿quién debe pagar y a quién por daños y perjuicios? ¿El Estado boliviano a la empresa india o ella al gobierno nacional? Porque los que casi siempre salen perjudicados son los "peces chicos" de la economía mundial, aquellos que no cotizan ni intervienen en la bolsa; mientras los "grandes" no sólo que suelen mejorar su posición en los mercados, posicionamiento le llaman ellos, sino que pueden atraer otros inversionistas.
No es primera vez y seguramente no será la última que una empresa hace toda clase de ofrecimientos y promesas para adjudicarse una gran obra y, al final, salga como víctima después de haber frustrado un sueño y de haberse embolsado varios millones en la faltriquera. Hasta hemos copiado el modelo cuando ofrecemos viviendas "sociales" y las empresas adjudicatarias incluyen en sus presupuestos materiales de primera y mano de obra especializada pero, al final, todo resulta una estafa porque los materiales ni siquiera son de quinta y el personal que se usa es de improvisados a los que se paga poco. No es pues algo nuevo que los "inversionistas" se vayan ofendidos pero con los bolsillos recuperados.
También ha sucedido, como ya lo dijimos varias veces, en el Brasil donde la política de "atracción de inversiones" consiguió captar algo así como 36 millones, de los de antes, y cuando los brasileños se dieron cuenta del daño que les estaban provocando y les pidieron que se fueran, se llevaron todo ofendidos y con promesas de venganza más de 650 millones, también de los de antes.
En la eventualidad, por consiguiente, habría que demandar por estafa a los que nos prometieron el cielo y la tierra con los yacimientos de hierro y ahora se van porque, supuestamente, el gobierno no cumplió con algunos requisitos. Hay que hacer una investigación seria al respecto para sentar, de una vez por todas, precedente en defensa del derecho de los pueblos a intentar el crecimiento, por mucho que los inversionistas y las transnacionales, no sean las empresas más indicadas para optar por ellas en el burdo y materialista mundo del vil metal.
Los organismos de integración y hasta la propia OEA, con todas sus falencias, deficiencias y frustraciones, debieran intervenir en el asunto en defensa del derecho de los pueblos, a sus recursos naturales, al crecimiento y a su soberanía e independencia.
martes, 17 de julio de 2012
PREPOTENCIA Y RACIONALIDAD
Algunos sectores de la población, o más bien sus dirigentes, se están acostumbrando a actuar con más prepotencia que racionalidad. No otra cosa significa que anuncien la toma de esto o lo otro, amenacen con ríos de sangre o se den a la tarea de bloquear calles o caminos y generar violencia por doquier. Habría que hacer una investigación somera sobre el asunto para conocer si son disposiciones psíquicas patológicas o compromisos sectarios que los están afectando; porque no sólo ponen en riesgo la institucionalidad nacional sino la propia democracia sobre la que se dice tanto pero se hace tan poco.
Empezando por el alcalde del Cercado de Cochabamba, terminando en los dirigentes "indígenas" u "opositores" hay una variedad impresionante de personas que quieren, intentan o, finalmente, ejecutan labores de franco sabotaje contra lo mismo que dicen defender: el estado de derecho. Tanto la toma de yacimientos mineros como la de parqueos públicos en exclusividad es un atentado contra las leyes y, lo peor, se hace con prepotencia, con impunidad, que resultan manifiestas por las palabras o las posiciones que se asumen.
No es tanto que lo haga un renegado del charango y el poncho o un crónico dirigente de tal o cual sector sino que se repita con frecuencia una actitud subvertora, ilegal, prepotente, ante la pasividad de personas e instituciones que sí se adecuan al estado de derecho; tal vez exageradamente incluso porque habría que actuar también en contra de estos subvertores cotidianos, tengan o no autoridad así sea prestada.
Se ha perdido la racionalidad, la inteligencia, el sentido común; porque no es posible excusar que un alcalde provincial viole las propias disposiciones que promulgó y mienta sobre las reales intenciones de tales medidas; porque, al parecer, no se trata de regular el tránsito en la ciudad de Cochabamba sino, simplemente, de recaudar dinero por el estacionamiento y las infracciones aunque reservándose el derecho de violar todo a capricho. Y, como él, hay otros que hacen lo mismo, aunque habría que disculparlos porque, aparentemente, no tienen la suficiente instrucción como para ser miembros de la denominada civilización.
Pero es esta pérdida, precisamente, del sentido común, de la decencia, de la inteligencia lo más preocupante porque, aparte de imitarse, nos conduce a un estado de antinomia que no es lo mejor no únicamente para vivir en estado de derecho sino para utilizar un sistema de gobierno de coparticipación y compromiso.
Empezando por el alcalde del Cercado de Cochabamba, terminando en los dirigentes "indígenas" u "opositores" hay una variedad impresionante de personas que quieren, intentan o, finalmente, ejecutan labores de franco sabotaje contra lo mismo que dicen defender: el estado de derecho. Tanto la toma de yacimientos mineros como la de parqueos públicos en exclusividad es un atentado contra las leyes y, lo peor, se hace con prepotencia, con impunidad, que resultan manifiestas por las palabras o las posiciones que se asumen.
No es tanto que lo haga un renegado del charango y el poncho o un crónico dirigente de tal o cual sector sino que se repita con frecuencia una actitud subvertora, ilegal, prepotente, ante la pasividad de personas e instituciones que sí se adecuan al estado de derecho; tal vez exageradamente incluso porque habría que actuar también en contra de estos subvertores cotidianos, tengan o no autoridad así sea prestada.
Se ha perdido la racionalidad, la inteligencia, el sentido común; porque no es posible excusar que un alcalde provincial viole las propias disposiciones que promulgó y mienta sobre las reales intenciones de tales medidas; porque, al parecer, no se trata de regular el tránsito en la ciudad de Cochabamba sino, simplemente, de recaudar dinero por el estacionamiento y las infracciones aunque reservándose el derecho de violar todo a capricho. Y, como él, hay otros que hacen lo mismo, aunque habría que disculparlos porque, aparentemente, no tienen la suficiente instrucción como para ser miembros de la denominada civilización.
Pero es esta pérdida, precisamente, del sentido común, de la decencia, de la inteligencia lo más preocupante porque, aparte de imitarse, nos conduce a un estado de antinomia que no es lo mejor no únicamente para vivir en estado de derecho sino para utilizar un sistema de gobierno de coparticipación y compromiso.
lunes, 16 de julio de 2012
SOCIEDAD "DERECHISTA"
Como algunas veces ya lo apuntamos, algunas personas se empeñan en declarar a nuestras sociedades "derechistas", no porque tiendan hacia ese punto del espectro de la politiquería sino porque no quieren saber más que de derechos; pero no de deberes.
Por eso es que imponen, a veces con prepotencia, la no discriminación o la igualdad, pese a que, en realidad, estamos hablando de perversiones y no de normalidad. Porque pedir que la policía no entre a cierto territorio o establecer que las movilidades de contrabando e indocumentadas circulen sin restricciones o, peor aún, recurrir a los actos claramente delictivos para "reivindicar" supuestos territorios, autonomías o derechos, no es institucionalidad.
Pero se está dando. A tal punto que lo del cerro Malkku Khota puede sentar un grave precedente que establecería una suerte de antinomia o, lo que es lo mismo, la solicitud del "cono sur" de campesinos cochabambinos que amenazan con acciones de hecho si la policía se hace presente en el lugar para decomisar y sancionar los delitos de contrabando y otras ilegalidades que se producen en la zona. Todo, so pretexto de derechos y de "su territorio".
Con razón hace ya varios años, un amigo dedicado a recorrer el territorio nacional como turista y cronista, a la vez, habla que los alcaldes en muchas poblaciones del agro, ya no son llamados "varayok", como ocurría hasta hace unos años en señal de respeto y acatamiento, sino "autoyok" porque es ya casi imposible encontrar algunas de estas autoridades fuera del comercio informal, el contrabando y la ilegalidad que, incluso, involucra pueblos enteros que, en más de una ocasión, han resistido la acción de los guardas aduaneros o la policía en general para proteger los "comerciantes".
También dentro de nuestras ciudades, los "minoristas", eufemismo que se usa para llamar a los contrabandistas o vendedores de piratería y ropa usada, ilegal e infestada, amenazan la institucionalidad del Estado con su postura de no permitir la acción de la ley, mientras el alcalde del Cercado, un renegado del charango y el poncho, se somete a ellos y les concede, mediante acuerdo firmado, una suerte de ilegalidad irrestricta en los mercados de la ciudad, colmados como están de contrabando, ropa usada y piratería que afecta estructuralmente la economía, y no sólo el comercio, regional y nacional.
Estas son nuestras sociedades "derechistas", producto de la demagogia del populismo mal entendido y peor ejecutado.
Por eso es que imponen, a veces con prepotencia, la no discriminación o la igualdad, pese a que, en realidad, estamos hablando de perversiones y no de normalidad. Porque pedir que la policía no entre a cierto territorio o establecer que las movilidades de contrabando e indocumentadas circulen sin restricciones o, peor aún, recurrir a los actos claramente delictivos para "reivindicar" supuestos territorios, autonomías o derechos, no es institucionalidad.
Pero se está dando. A tal punto que lo del cerro Malkku Khota puede sentar un grave precedente que establecería una suerte de antinomia o, lo que es lo mismo, la solicitud del "cono sur" de campesinos cochabambinos que amenazan con acciones de hecho si la policía se hace presente en el lugar para decomisar y sancionar los delitos de contrabando y otras ilegalidades que se producen en la zona. Todo, so pretexto de derechos y de "su territorio".
Con razón hace ya varios años, un amigo dedicado a recorrer el territorio nacional como turista y cronista, a la vez, habla que los alcaldes en muchas poblaciones del agro, ya no son llamados "varayok", como ocurría hasta hace unos años en señal de respeto y acatamiento, sino "autoyok" porque es ya casi imposible encontrar algunas de estas autoridades fuera del comercio informal, el contrabando y la ilegalidad que, incluso, involucra pueblos enteros que, en más de una ocasión, han resistido la acción de los guardas aduaneros o la policía en general para proteger los "comerciantes".
También dentro de nuestras ciudades, los "minoristas", eufemismo que se usa para llamar a los contrabandistas o vendedores de piratería y ropa usada, ilegal e infestada, amenazan la institucionalidad del Estado con su postura de no permitir la acción de la ley, mientras el alcalde del Cercado, un renegado del charango y el poncho, se somete a ellos y les concede, mediante acuerdo firmado, una suerte de ilegalidad irrestricta en los mercados de la ciudad, colmados como están de contrabando, ropa usada y piratería que afecta estructuralmente la economía, y no sólo el comercio, regional y nacional.
Estas son nuestras sociedades "derechistas", producto de la demagogia del populismo mal entendido y peor ejecutado.
domingo, 15 de julio de 2012
ME OPONGO...
Socarronamente se habla de los defectos de los cochabambinos y, entre ellos, se menciona a ultranza su "oposición"; no sólo se dice que cuando se está tratando cualquier tema, el cochabambino pregunta: ¿de qué están hablando?, a lo que el otro puede decir: ¿para qué?, pues "para oponerme" y también un amigo aconseja: cuando llegues a Cochabamba no preguntes ¿cómo estás? sino ¿contra quién estás?
Pero bueno, la cosa es que esta tendencia regional parece haberse extendido en todo el territorio ya que cuando el Primer Mandatario anunció la construcción de un teleférico para unir las ciudades de La Paz y El Alto, después de un primer momento de sorpresa y estupor donde hasta los más recalcitrantes opositores tuvieron que felicitar al personaje, muy a sus pesares, ahora resulta que le empiezan a buscar tres pies al gato y sacan a relucir una serie de "dificultades", desde la oposición de los explotadores del transporte público, que no son los que conducen micros, colectivos o taxis, sino unos pocos empresarios avariciosos al extremo; hasta la posibilidad de su ocupación parcial en todas las horas del día.
No hay duda que el "oposicionismo" se ha reactivado y contagiado porque desde hace décadas que el proyecto estaba para quien quisiera redescubrirlo ya que es el único que puede, con ciertas ventajas, sustituir el actual sistema de transporte que ha colapsado porque no hay autoridad que ponga un poco de sentido común en las ciudades principales y la prepotencia de los autodenominados chóferes es tan evidente que uno, incluso, funge como tal habiendo perdido su licencia por borracho.
Me opongo, no sólo es la aparente reacción de la ciudadanía sino, principalmente, de esa incapacidad opositora que se advierte por doquier, tanto en los gobiernos departamentales como comunales o el nacional pintando un panorama donde difícilmente se podría convocar a un concurso para el aporte de ideas sino más bien para quien no aporta nada y así habría muchísimos postulantes.
El oponerse a algo está también en cualquier cosa, desde la construcción de una carretera de características importantes como la conexión inderdepartamental entre Beni y Cochabamba con una extensión a la vinculación entre Brasil y Bolivia, hasta la construcción del teleférico mencionado o la concesión de distinciones menores o mayores, como sucedió con alguna que, curiosamente, se estaba destinando a la protección de los derechos, cuando su receptora estaba acusada de estafa a sectores empobrecidos o pobres.
Uno pues ya no sabe si la oposición es verdadera o simple "chicana" o incidentalismo, como dicen los abogados, porque en este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira y depende del cristal con que se mira. Que los bolivianos tengamos suficientes argumentos para oponernos porque son miles las frustraciones recibidas, es cierto; pero de eso a oponerse a todo, hay una buena distancia.
Y, a propósito de identidad regional, en ocasión de la última reunión de cancilleres que se efectuó en esta ciudad de Cochabamba, se sirvió a los visitantes un plato de avestruz; a la interrogante cómo, hay quien dice que en forma de "chanka", que es la forma regional de presentar el pollo en estas latitudes y consiste en la presentación de la mencionada ave, en sopa y acompañada de arvejas, cebollas y papas y con abundante "llajua", que es otra variedad regional.
Pero bueno, la cosa es que esta tendencia regional parece haberse extendido en todo el territorio ya que cuando el Primer Mandatario anunció la construcción de un teleférico para unir las ciudades de La Paz y El Alto, después de un primer momento de sorpresa y estupor donde hasta los más recalcitrantes opositores tuvieron que felicitar al personaje, muy a sus pesares, ahora resulta que le empiezan a buscar tres pies al gato y sacan a relucir una serie de "dificultades", desde la oposición de los explotadores del transporte público, que no son los que conducen micros, colectivos o taxis, sino unos pocos empresarios avariciosos al extremo; hasta la posibilidad de su ocupación parcial en todas las horas del día.
No hay duda que el "oposicionismo" se ha reactivado y contagiado porque desde hace décadas que el proyecto estaba para quien quisiera redescubrirlo ya que es el único que puede, con ciertas ventajas, sustituir el actual sistema de transporte que ha colapsado porque no hay autoridad que ponga un poco de sentido común en las ciudades principales y la prepotencia de los autodenominados chóferes es tan evidente que uno, incluso, funge como tal habiendo perdido su licencia por borracho.
Me opongo, no sólo es la aparente reacción de la ciudadanía sino, principalmente, de esa incapacidad opositora que se advierte por doquier, tanto en los gobiernos departamentales como comunales o el nacional pintando un panorama donde difícilmente se podría convocar a un concurso para el aporte de ideas sino más bien para quien no aporta nada y así habría muchísimos postulantes.
El oponerse a algo está también en cualquier cosa, desde la construcción de una carretera de características importantes como la conexión inderdepartamental entre Beni y Cochabamba con una extensión a la vinculación entre Brasil y Bolivia, hasta la construcción del teleférico mencionado o la concesión de distinciones menores o mayores, como sucedió con alguna que, curiosamente, se estaba destinando a la protección de los derechos, cuando su receptora estaba acusada de estafa a sectores empobrecidos o pobres.
Uno pues ya no sabe si la oposición es verdadera o simple "chicana" o incidentalismo, como dicen los abogados, porque en este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira y depende del cristal con que se mira. Que los bolivianos tengamos suficientes argumentos para oponernos porque son miles las frustraciones recibidas, es cierto; pero de eso a oponerse a todo, hay una buena distancia.
Y, a propósito de identidad regional, en ocasión de la última reunión de cancilleres que se efectuó en esta ciudad de Cochabamba, se sirvió a los visitantes un plato de avestruz; a la interrogante cómo, hay quien dice que en forma de "chanka", que es la forma regional de presentar el pollo en estas latitudes y consiste en la presentación de la mencionada ave, en sopa y acompañada de arvejas, cebollas y papas y con abundante "llajua", que es otra variedad regional.
viernes, 13 de julio de 2012
DE CUEROS Y CUERITOS
Como no tienen qué hacer, los concejales del Cercado de Cochabamba, se han dado a la tarea de especular sobre algunas restricciones que podrían introducir para molestar a la gente común. Así se ha aprobado una ordenanza de restricción vehicular y parqueo que, inmediatamente, se ha hecho discriminatoria pues no es para todos, como manda la ley, sino sólo para el común y las autoridades de la burocracia municipal están por encima de esa disposición. También tienen aprobada y pendiente de ejecución una otra donde se restringe, según ellos, la propaganda "sexista" y prohibe el uso del cuerpo de la mujer para vender. No vamos a entrar en especulaciones sobre lo que hay que entender como sexista porque en un mundo confuso sobre la cuestión, es mejor dejarlo así. Pero sí debemos aclarar que en Bolivia, como en todas partes del mundo, se usa mucho la fotografía de guapas, o no tan guapas, mujeres para atraer el consumo de los más variados productos, desde llantas hasta aceite para motores. Por ejemplo, hay una que vende muebles de cuero, con la presencia de una mujer desnuda, es decir, en cueros para atraer la mirada y, probablemente, vender; sin tener en cuenta que en este país se llama "cuero" o "cuerito" a la mujer de moral distraída que no hace muchos remilgos a la hora de favorecer con sus encantos a los pretendientes y entra a camas diversas sin problemas. En México, en tanto, se llama "cuero" a la mujer bien dotada y es un piropo que las féminas agradecen con una sonrisa porque se las halaga.
Pero de estas conductas conocidas a la propaganda claro que dista mucho porque es un prejuicio no demostrado que la "mujer vende" que es como aceptar que también las gangas venden y por eso se suceden los ofrecimientos de "regalos" a los consumidores que pagan, indirectamente, tales ofertas engañosas y que son parte del consumismo.
Pero, volviendo al tema, qué se debe entender por propaganda y qué por publicidad; debiera ser lo primero en aclarar porque se confunden intencionalmente muchas veces. Publicar quiere decir hacer público algo; o sea, hacer saber alguna información al común de la gente; en tanto que la propaganda, a través de la exageración, lo que hace es, fundamentalmente, vender sin importar si miente, engaña o distorsiona. Lo mismo habría que hacer cuando se trata del cuerpo de la mujer, ¿la protagonista es una trabajadora común y corriente que quiere hacer conocer su cuerpo o trata de atraer incautos por medio de la propaganda? Y la respuesta sólo puede darla ella misma, sin intervención de concejales o voluntarios misóginos o prejuiciosos y ahí está el quid de la cuestión porque puede implicar la violación del derecho al trabajo y la libertad individual; por mucho que estemos hasta la coronilla de tanto cuero vendiendo de todo.
Pero de estas conductas conocidas a la propaganda claro que dista mucho porque es un prejuicio no demostrado que la "mujer vende" que es como aceptar que también las gangas venden y por eso se suceden los ofrecimientos de "regalos" a los consumidores que pagan, indirectamente, tales ofertas engañosas y que son parte del consumismo.
Pero, volviendo al tema, qué se debe entender por propaganda y qué por publicidad; debiera ser lo primero en aclarar porque se confunden intencionalmente muchas veces. Publicar quiere decir hacer público algo; o sea, hacer saber alguna información al común de la gente; en tanto que la propaganda, a través de la exageración, lo que hace es, fundamentalmente, vender sin importar si miente, engaña o distorsiona. Lo mismo habría que hacer cuando se trata del cuerpo de la mujer, ¿la protagonista es una trabajadora común y corriente que quiere hacer conocer su cuerpo o trata de atraer incautos por medio de la propaganda? Y la respuesta sólo puede darla ella misma, sin intervención de concejales o voluntarios misóginos o prejuiciosos y ahí está el quid de la cuestión porque puede implicar la violación del derecho al trabajo y la libertad individual; por mucho que estemos hasta la coronilla de tanto cuero vendiendo de todo.
jueves, 12 de julio de 2012
EL MITO DE LAS INVERSIONES
En cuanto el Estado recupera el dominio de sus recursos naturales, surgen desgarradores testimonios de los agoreros que anuncian desgracias como las plagas de Egipto y echan sal sobre nuestros suelos.
Y, lo curioso, es que parten de la interpretación marxista de la historia que hace del "Estado" enemigo del pueblo y, por tanto, sujeto execrable que hay que eliminar cuando, conceptualmente, no es otra cosa que la conjunción de territorio, población y leyes y, por consiguiente, el bien común.
En cuanto a las inversiones y los inversionistas, ya lo dijo algún autor, que lo único que quieren es tener "suelo arrasado" para entrar a paso de parada y posesionarse de la propiedad ajena porque no hay ejemplo de inversión que haya dado equitativos resultados tanto a los propietarios como a los explotadores eventuales de los recursos. Pero el mito de las "garantías" que hay que ofrecer para ser sujetos de explotación humana queda ahí; más que como mito como una mentira cínica que hay que combatir con el mismo ímpetu que la distorsión esa de confundir el Estado con el gobierno o la separación que se hace de empresas públicas o privadas, como si fueran antagónicas, cuando no son más que dos facetas de la economía del Estado bien entendido.
Lo de las inversiones habría también que preguntarles a los gobernantes de los países asiáticos, por ejemplo, que sin ellas, sin ser sujetos de explotación al viejo estilo colonial, han surgido como potencias y hasta pueden sustituir el imperio del verde y vil metal. Lo que es un desmentido al mito de las inversiones o los inversionistas, porque cuando hay voluntad, identidad, capacidad científica y tecnológica todo se puede subsanar. Tal vez habría que partir del consejo que los viejos daban a los jóvenes japoneses: traer ciencia a cualquier precio y los enviaron a las naciones occidentales a conocer lo básico para después transformarlo todo. No por nada una antigua conseja decía que los alemanes creaban algo, los norteamericanos lo industrializaban y los japoneses lo hacían más chiquito y barato.
Lo de desgarrarse las vestiduras por la "nacionalización" de los recursos naturales, que es una práctica común de las naciones que quieren abrir posibilidades ciertas de crecimiento, es lamentable y triste porque, al parecer, algunos se conforman con ser cola de ratón u objeto de explotación con tal de parecerse al explotador.
Claro que estas políticas de recuperación de recursos y de crecimiento real, tropieza muchas veces con las políticas de corrupción que se mantienen siempre latentes porque cuando la tentación es grande, son pocos los que no caen; además, en la América Latina se han dado casos donde o el propio gobierno aconsejaba cobrar diezmos, como en la Argentina de Menem o se amenazaba con revólver a los que se resistían a los mismos en los procesos de "privatización", como sucedió con el gobierno de Sánchez de Lozada.
Y, lo curioso, es que parten de la interpretación marxista de la historia que hace del "Estado" enemigo del pueblo y, por tanto, sujeto execrable que hay que eliminar cuando, conceptualmente, no es otra cosa que la conjunción de territorio, población y leyes y, por consiguiente, el bien común.
En cuanto a las inversiones y los inversionistas, ya lo dijo algún autor, que lo único que quieren es tener "suelo arrasado" para entrar a paso de parada y posesionarse de la propiedad ajena porque no hay ejemplo de inversión que haya dado equitativos resultados tanto a los propietarios como a los explotadores eventuales de los recursos. Pero el mito de las "garantías" que hay que ofrecer para ser sujetos de explotación humana queda ahí; más que como mito como una mentira cínica que hay que combatir con el mismo ímpetu que la distorsión esa de confundir el Estado con el gobierno o la separación que se hace de empresas públicas o privadas, como si fueran antagónicas, cuando no son más que dos facetas de la economía del Estado bien entendido.
Lo de las inversiones habría también que preguntarles a los gobernantes de los países asiáticos, por ejemplo, que sin ellas, sin ser sujetos de explotación al viejo estilo colonial, han surgido como potencias y hasta pueden sustituir el imperio del verde y vil metal. Lo que es un desmentido al mito de las inversiones o los inversionistas, porque cuando hay voluntad, identidad, capacidad científica y tecnológica todo se puede subsanar. Tal vez habría que partir del consejo que los viejos daban a los jóvenes japoneses: traer ciencia a cualquier precio y los enviaron a las naciones occidentales a conocer lo básico para después transformarlo todo. No por nada una antigua conseja decía que los alemanes creaban algo, los norteamericanos lo industrializaban y los japoneses lo hacían más chiquito y barato.
Lo de desgarrarse las vestiduras por la "nacionalización" de los recursos naturales, que es una práctica común de las naciones que quieren abrir posibilidades ciertas de crecimiento, es lamentable y triste porque, al parecer, algunos se conforman con ser cola de ratón u objeto de explotación con tal de parecerse al explotador.
Claro que estas políticas de recuperación de recursos y de crecimiento real, tropieza muchas veces con las políticas de corrupción que se mantienen siempre latentes porque cuando la tentación es grande, son pocos los que no caen; además, en la América Latina se han dado casos donde o el propio gobierno aconsejaba cobrar diezmos, como en la Argentina de Menem o se amenazaba con revólver a los que se resistían a los mismos en los procesos de "privatización", como sucedió con el gobierno de Sánchez de Lozada.
miércoles, 11 de julio de 2012
RÍOS DE SANGRE
La máxima dirigente de la IX marcha del TIPNIS acusada, entre otras cosas, de narcotraficante con condena cumplida en el Brasil; ha declarado en su despedida de la ciudad de La Paz y por un canal de televisión que: "el gobierno ha salido con su gusto de que no corra sangre" y que no sólo nos deja turulatos sino sin saber cómo interpretar esas palabras. ¿De acuerdo a la interpretación de los lapsus y actos fallidos que hace Freud", ¿como una revelación desesperada? o ¿como algo que se deja para la interpretación general? ¿Quién está detrás de estos planes siniestros de buscar sangre? ¿Las ONGs, los autodenominados opositores o fuerzas externas?
Aunque ya nada sorprende en estos tiempos del no tiempo maya; también hay que recordar que los comerciantes de ropa usada, que se vende en nuestras ciudades por toneladas, han anunciado su solicitud para que el Gobierno abrogue el decreto que prohibe la importación y comercialización de esos productos y advierten que si no lo hace "va a correr sangre". Pero no todo queda ahí; el Gobernador de Santa Cruz, a quien se sigue varios procesos judiciales por su actividad como autoridad departamental advierte también que si el accionar de la justicia continúa, él no va a huir como lo han hecho otros sino que el régimen va a "despertar el león", ¿a quién se comerá la fiera?
Al parecer, de las medidas de presión que se ejercitan con motivo o sin él, se pretende pasar a ríos de sangre que se provocarían por la reacción gubernamental. Tal y como en el pasado se buscaba "el muertito" en las manifestaciones para cargarla sobre el régimen y que nos privó de tantos personajes que tuvieron muertes inexplicables como la de los hermanos Tejada, uno de los cuales apareció con una bala que le atravesó el cráneo de atrás adelante cuando las fuerza represivas estaban al frente o, su hermano, muerto al tratar de salvar una cerca de no más un metro de altura donde habría caído provocándose un TEC o traumatismo encéfalo craneano fatal o, más increíble todavía el "suicidio" de Unzaga de la Vega con dos disparos en la cabeza y en circunstancias que, hasta ahora, no han podido ser aclaradas.
Si algunas manifestaciones de protesta, en realidad, no tienen asidero o no se excusan siquiera de acuerdo a la razón y el sentido común, ¿qué decir de la búsqueda de ríos de sangre que se percibe entre los que "espontáneamente" salen a las calles para contrastar su violencia con la pasividad de la población? Si no está la estulticia por detrás, tienen que haber otros actores, otras intenciones porque aún suponiendo el período del tiempo del no tiempo, es difícil aceptar que se busquen víctimas para conseguir apetitos personales o sectarios como nos dan a entender los actores indicados líneas arriba.
Pero las interrogantes siguen surgiendo, ¿había realmente intenciones golpistas en la marcha por el supuesto TIPNIS, como parecen revelar las palabras de su máxima dirigente? ¿Qué papel juegan los medios de comunicación en este enmarañado ambiente? ¿Son parte de la conspiración y el golpismo? ¿No quieren darse por enterados de la realidad? ¿Qué hacer ante la amenaza de desatar ríos de sangre? ¿Por qué siempre buscar nuestras soluciones por medio del derramamiento de sangre? Venga el diablo y explique.
Aunque ya nada sorprende en estos tiempos del no tiempo maya; también hay que recordar que los comerciantes de ropa usada, que se vende en nuestras ciudades por toneladas, han anunciado su solicitud para que el Gobierno abrogue el decreto que prohibe la importación y comercialización de esos productos y advierten que si no lo hace "va a correr sangre". Pero no todo queda ahí; el Gobernador de Santa Cruz, a quien se sigue varios procesos judiciales por su actividad como autoridad departamental advierte también que si el accionar de la justicia continúa, él no va a huir como lo han hecho otros sino que el régimen va a "despertar el león", ¿a quién se comerá la fiera?
Al parecer, de las medidas de presión que se ejercitan con motivo o sin él, se pretende pasar a ríos de sangre que se provocarían por la reacción gubernamental. Tal y como en el pasado se buscaba "el muertito" en las manifestaciones para cargarla sobre el régimen y que nos privó de tantos personajes que tuvieron muertes inexplicables como la de los hermanos Tejada, uno de los cuales apareció con una bala que le atravesó el cráneo de atrás adelante cuando las fuerza represivas estaban al frente o, su hermano, muerto al tratar de salvar una cerca de no más un metro de altura donde habría caído provocándose un TEC o traumatismo encéfalo craneano fatal o, más increíble todavía el "suicidio" de Unzaga de la Vega con dos disparos en la cabeza y en circunstancias que, hasta ahora, no han podido ser aclaradas.
Si algunas manifestaciones de protesta, en realidad, no tienen asidero o no se excusan siquiera de acuerdo a la razón y el sentido común, ¿qué decir de la búsqueda de ríos de sangre que se percibe entre los que "espontáneamente" salen a las calles para contrastar su violencia con la pasividad de la población? Si no está la estulticia por detrás, tienen que haber otros actores, otras intenciones porque aún suponiendo el período del tiempo del no tiempo, es difícil aceptar que se busquen víctimas para conseguir apetitos personales o sectarios como nos dan a entender los actores indicados líneas arriba.
Pero las interrogantes siguen surgiendo, ¿había realmente intenciones golpistas en la marcha por el supuesto TIPNIS, como parecen revelar las palabras de su máxima dirigente? ¿Qué papel juegan los medios de comunicación en este enmarañado ambiente? ¿Son parte de la conspiración y el golpismo? ¿No quieren darse por enterados de la realidad? ¿Qué hacer ante la amenaza de desatar ríos de sangre? ¿Por qué siempre buscar nuestras soluciones por medio del derramamiento de sangre? Venga el diablo y explique.
martes, 10 de julio de 2012
DESCOLONIZACIÓN Y DESCOLONIZADORES
De un tiempo a esta parte, han surgido como hongos los "expertos" en cultura andina, en tradiciones o costumbres y, por lo tanto, con toda la capacidad para hacer de descolonizadores. Sin embargo, la mayoría de estos descolonizadores tienen el alma colonizada por las nuevas corrientes de la sofistería mundial o, directamente, se alienan con el materialismo seudomarxista porque se ve que tampoco conocen realmente esa corriente fracasada en su ejecución política y degradada a los niveles más bajos con el estalinismo que explotó tristemente con el derribo de la muralla de Berlín o la cortina de hierro.
Si bien las más de las veces mueve a risa o sirve para dibujar una sonrisa la cháchara de estos "libertadores" uno de cuyos máximos exponentes escribió varios libros en los que no hace otra cosa que citar otros autores sin apenas aporte propio y llegó incluso al Ministerio de Educación y ahora se yergue como candidato a las siguientes elecciones, hay ocasiones en que uno ya no puede hacer eso y tiene que reaccionar. Es lo que pasa cuando un vice ministro de Cultura dice que hay que sustituir el cura por el amauta o el kallahuaya y la unión religiosa por la "tradicional" en una muestra de ignorancia rayana en el sarcasmo de lo que debiera entenderse por descolonización.
Porque si el Incario se caracterizó por algo fue por su fuerte ligazón teocrática o, en lo mejor, aristocrática y no puede ser que, al estilo de la ramplonería de la mente y del corazón, se pretenda ahora equipararla a una sociedad atea, simplemente costumbrista o ligada a los esquemas políticos de la cultura occidental.
No hay que olvidar que el Incario, con todo su esplendor y grandeza, no fue sino la manifestación de la declinación de otra etapa anterior, la del tiwanaku, que sí fue superior en todo a lo actualmente conocido en la política, en la filosofía y, más aún, en la politiquería.
No hay pues razones para sustituir nada pero ese es el camino que algunos pretenden adoptar porque no tienen idea siquiera de lo que postulan; confundir la iglesia católica, o cualquier otra, con el clero o el manejo sectario que se hace de la fe no es sino ignorancia manifiesta y contentarse con sustituir en el poder lo mismo que se critica. Seguramente quienes propugnan la sustitución de los sacerdotes católicos, quieren ser ellos los que asuman esas actuaciones plenas de controversia desde antiguo y que no se reducen a la evangelización o la catequización sino al manejo del poder desde las cortes, los templos o la banca.
Lo primero que debiera hacer cualquier libertador es liberarse a sí mismo. Y es en ésto en lo que están fallando los que, a título de cambio, salen con proposiciones que no aguantarían la costumbre griega de proponer algo con la soga al cuello, que es la fuente del dicho tradicional.
Si bien las más de las veces mueve a risa o sirve para dibujar una sonrisa la cháchara de estos "libertadores" uno de cuyos máximos exponentes escribió varios libros en los que no hace otra cosa que citar otros autores sin apenas aporte propio y llegó incluso al Ministerio de Educación y ahora se yergue como candidato a las siguientes elecciones, hay ocasiones en que uno ya no puede hacer eso y tiene que reaccionar. Es lo que pasa cuando un vice ministro de Cultura dice que hay que sustituir el cura por el amauta o el kallahuaya y la unión religiosa por la "tradicional" en una muestra de ignorancia rayana en el sarcasmo de lo que debiera entenderse por descolonización.
Porque si el Incario se caracterizó por algo fue por su fuerte ligazón teocrática o, en lo mejor, aristocrática y no puede ser que, al estilo de la ramplonería de la mente y del corazón, se pretenda ahora equipararla a una sociedad atea, simplemente costumbrista o ligada a los esquemas políticos de la cultura occidental.
No hay que olvidar que el Incario, con todo su esplendor y grandeza, no fue sino la manifestación de la declinación de otra etapa anterior, la del tiwanaku, que sí fue superior en todo a lo actualmente conocido en la política, en la filosofía y, más aún, en la politiquería.
No hay pues razones para sustituir nada pero ese es el camino que algunos pretenden adoptar porque no tienen idea siquiera de lo que postulan; confundir la iglesia católica, o cualquier otra, con el clero o el manejo sectario que se hace de la fe no es sino ignorancia manifiesta y contentarse con sustituir en el poder lo mismo que se critica. Seguramente quienes propugnan la sustitución de los sacerdotes católicos, quieren ser ellos los que asuman esas actuaciones plenas de controversia desde antiguo y que no se reducen a la evangelización o la catequización sino al manejo del poder desde las cortes, los templos o la banca.
Lo primero que debiera hacer cualquier libertador es liberarse a sí mismo. Y es en ésto en lo que están fallando los que, a título de cambio, salen con proposiciones que no aguantarían la costumbre griega de proponer algo con la soga al cuello, que es la fuente del dicho tradicional.
lunes, 9 de julio de 2012
SOBERANÍA SECUESTRADA
Curiosa y paradógicamente, las organizaciones no gubernamentales y a nombre de los derechos, de los individuos y de los pueblos, han secuestrado nuestra soberanía y la mantienen como rehén de sus propios objetivos que van desde el cumplimiento de los objetivos del "achicamiento del Estado" propuesto por el neoliberalismo, hasta el simple disfrute de un salario sin mucho esfuerzo.
Los ejemplos son muchos y variados pero el más patético podemos verlo en la supuesta defensa del TIPNIS y que no sólo se orienta por las directrices o el financiamiento de las ONGs sino que la intervención de estas es tan evidente que la violencia desatada en la ciudad sede del gobierno es suficiente prueba de tal secuestro e intromisión.
Pero, so capa de ambientalismo, ecología o tecnocracia, estas organizaciones se han dado a la tarea de desconocer nuestros derechos, nuestra soberanía, nuestra identidad y nos hacen presas de manipulación y hasta chantage porque lo que no se canaliza a través de ellos, se puede calificar como inoportuno o lo que fuere que, de tal modo, las miradas están en ellos que hasta los más avisados caen en sus redes y no cuestionan su accionar. Por eso es que nadie les pregunta, por ejemplo, dónde trabajan, cuánto ganan, qué hacen porque se ha convertido en una suerte de axioma aquello de: si no sabes qué hacer, llama a un seminario; que es la conducta que, hace un tiempo, era acaparada por los brazos del neoliberalismo y se diluía en especulaciones o simples almuerzos que se excusaban financieramente en el exterior como las grandes tareas.
Desde la defensa de los pervertidos sexuales, hasta las especulaciones en torno al clima, la deforestación o la capa de ozono, ya nada deja de pasar por las ONGs y, de un tiempo a esta parte, han extendido su papel a la sustitución de la corrupta "clase política" porque han ampliado su accionar a la "orientación ciudadana" que se traduce en situaciones de franca intromisión o secuestro de la soberanía, tal y como se pudo comprobar cuando uno de estos sujetos ligados a los secuestradores no tenía empacho en informar públicamente: "nosotros les hemos dicho", "nosotros les hemos redactado los documentos", "nosotros les hemos dado sus puntos de negociación", respecto al conflicto creado por la impostura y ese secuestro precisamente, en torno al TIPNIS que no es más que la muestra y la comprobación de cuánto daño se puede hacer a la democracia, a los derechos,a la institucionalidad, con este tipo de secuestros y negocios que no hacen otra cosa que entregarnos atados de pies y de manos al materialismo que gobierna el mundo con avaricia y todos los males del planeta.
Los ejemplos son muchos y variados pero el más patético podemos verlo en la supuesta defensa del TIPNIS y que no sólo se orienta por las directrices o el financiamiento de las ONGs sino que la intervención de estas es tan evidente que la violencia desatada en la ciudad sede del gobierno es suficiente prueba de tal secuestro e intromisión.
Pero, so capa de ambientalismo, ecología o tecnocracia, estas organizaciones se han dado a la tarea de desconocer nuestros derechos, nuestra soberanía, nuestra identidad y nos hacen presas de manipulación y hasta chantage porque lo que no se canaliza a través de ellos, se puede calificar como inoportuno o lo que fuere que, de tal modo, las miradas están en ellos que hasta los más avisados caen en sus redes y no cuestionan su accionar. Por eso es que nadie les pregunta, por ejemplo, dónde trabajan, cuánto ganan, qué hacen porque se ha convertido en una suerte de axioma aquello de: si no sabes qué hacer, llama a un seminario; que es la conducta que, hace un tiempo, era acaparada por los brazos del neoliberalismo y se diluía en especulaciones o simples almuerzos que se excusaban financieramente en el exterior como las grandes tareas.
Desde la defensa de los pervertidos sexuales, hasta las especulaciones en torno al clima, la deforestación o la capa de ozono, ya nada deja de pasar por las ONGs y, de un tiempo a esta parte, han extendido su papel a la sustitución de la corrupta "clase política" porque han ampliado su accionar a la "orientación ciudadana" que se traduce en situaciones de franca intromisión o secuestro de la soberanía, tal y como se pudo comprobar cuando uno de estos sujetos ligados a los secuestradores no tenía empacho en informar públicamente: "nosotros les hemos dicho", "nosotros les hemos redactado los documentos", "nosotros les hemos dado sus puntos de negociación", respecto al conflicto creado por la impostura y ese secuestro precisamente, en torno al TIPNIS que no es más que la muestra y la comprobación de cuánto daño se puede hacer a la democracia, a los derechos,a la institucionalidad, con este tipo de secuestros y negocios que no hacen otra cosa que entregarnos atados de pies y de manos al materialismo que gobierna el mundo con avaricia y todos los males del planeta.
domingo, 8 de julio de 2012
DIRIGENTES TIRANOS
Ayer hablábamos sobre los males que pueden causar tendencias como el "lechinismo" o el "moyanismo" en los sindicatos que, de este modo, distorsionan su esencia gremial y representativa y se convierten en feudos explotables y, curiosamente, "socialistas" o hasta "marxistas" o "trotskistas". Es lo que sucede hace décadas en Bolivia donde, por ejemplo, el magisterio se ha convertido en un feudo de explotación económica para marxistas y trotskistas que se adueñaron de la representación sindical de ese sector, gracias a que en las elecciones no concurren la totalidad o mayoría de los docentes, porque no confían en el sindicalismo o porque están hartos de tanta desvergüenza, aunque con un efecto contrario al que la indiferencia debiera provocar.
Pero esta tendencia se ha convertido en algo crónico en el sindicalismo boliviano y, tal vez, latinoamericano pues se da también entre los fabriles, los mineros o los "indígenas" donde han aparecido como sus representantes personas ligadas al tráfico de madera, de espacios turísticos, de cueros de lagarto y hasta al trámite de casas de juego, que es el caso patético del conflicto artificial creado por un supuesto TIPNIS.
Hay pues una tiranía sindical que hay que condenar mucho más todavía que lo que se le atribuye al cualquier régimen elegido en las urnas porque, generalmente, las elecciones de sindicatos son casi todas amañadas y sin la intervención de veedores o terceros imparciales porque se realizan de acuerdo al "centralismo democrático" que es una burla cruel de la democracia y el sistema de participación en las urnas y se parece más al que usan los norteamericano para la elección de su presidente, aunque más discutible porque ni siquiera tienen el nombre de compromisarios.
Hay una tiranía sindical encubierta con ropajes socialistas y democráticos que es preciso denunciar y revelar porque se está haciendo parte del sistema de corrupción que tanto se critica, paradógicamente, en esos mismos sindicatos. Lo curioso es que se practica en nombre de la democracia cuando lo cierto es que se la desvirtúa completamente porque, a veces, los dirigentes no son ya trabajadores o no viven en el sector que representan, como es el caso de algunos "indígenas" de nuevo cuño o loteadores que se han dedicado al negocio de la invasión de territorios privados o públicos para su comercialización.
La tiranía es un mal que se está extendiendo en el mundo y no hay que confundirla con la dictadura porque la última puede ser, incluso, legal o legítima, mientras la primera nunca es tal y tampoco puede ser ni legítima ni moral.
Y que sea parte de la politiquería que repite estos episodios en su dinámica tampoco es excusa alguna.
Pero esta tendencia se ha convertido en algo crónico en el sindicalismo boliviano y, tal vez, latinoamericano pues se da también entre los fabriles, los mineros o los "indígenas" donde han aparecido como sus representantes personas ligadas al tráfico de madera, de espacios turísticos, de cueros de lagarto y hasta al trámite de casas de juego, que es el caso patético del conflicto artificial creado por un supuesto TIPNIS.
Hay pues una tiranía sindical que hay que condenar mucho más todavía que lo que se le atribuye al cualquier régimen elegido en las urnas porque, generalmente, las elecciones de sindicatos son casi todas amañadas y sin la intervención de veedores o terceros imparciales porque se realizan de acuerdo al "centralismo democrático" que es una burla cruel de la democracia y el sistema de participación en las urnas y se parece más al que usan los norteamericano para la elección de su presidente, aunque más discutible porque ni siquiera tienen el nombre de compromisarios.
Hay una tiranía sindical encubierta con ropajes socialistas y democráticos que es preciso denunciar y revelar porque se está haciendo parte del sistema de corrupción que tanto se critica, paradógicamente, en esos mismos sindicatos. Lo curioso es que se practica en nombre de la democracia cuando lo cierto es que se la desvirtúa completamente porque, a veces, los dirigentes no son ya trabajadores o no viven en el sector que representan, como es el caso de algunos "indígenas" de nuevo cuño o loteadores que se han dedicado al negocio de la invasión de territorios privados o públicos para su comercialización.
La tiranía es un mal que se está extendiendo en el mundo y no hay que confundirla con la dictadura porque la última puede ser, incluso, legal o legítima, mientras la primera nunca es tal y tampoco puede ser ni legítima ni moral.
Y que sea parte de la politiquería que repite estos episodios en su dinámica tampoco es excusa alguna.
sábado, 7 de julio de 2012
LOS COSTOS DE LA CRISIS
Aunque parece de perogrullo; pero no es demás reiterar que cuando se presenta una crisis económica en el mundo, los únicos que la pagan son los ciudadanos de a pie, de los medios hacia abajo, porque ellos son los que sufren los recortes presupuestarios, las restricciones bancarias o la baja en sus salarios. Y si no pregunten a los griegos, españoles, portugueses o, incluso, argentinos que pagaron el "corralito", mientras los otros, los buitres de los entorno del poder, tuvieron el suficiente tiempo parta trasladar sus millones en decenas de carros blindados, horas antes que se anunciara la tragedia para los menos favorecidos.
Y, como si fuera poco, sufren también la tiranía de las direcciones sindicales cuyas denominaciones son ya una forma de caracterizarlas; así como en Bolivia se hablaba del "lechinismo" cuando el personaje en cuestión era el líder indiscutible de la "gloriosa central obrera", ahora también se habla del "moyanismo" en la Argentina, un dirigente que ha sido acusado de lavado y otros delitos, no por autoridades de su país, sino internacionales y a los que todavía no ha respondido pero que sigue vigente y poniendo en riesgo el sistema democrático argentino. Lo mismo puede decirse de los dirigentes petroleros o del magisterio en México, cuyos millones de dólares se cuentan por decenas, y otros líderes más repartidos, curiosamente, entre los obreros y campesinos que más necesitan de la dirección de alguien honesto.
La crisis sirve también para percibir mejor que no sólo que los pobres son los afectados, mientras los ricos siguen ganando millones hasta por jubilación, sino que está tan mal repartido el dinero en el mundo que no es raro que los fineses adviertan que ellos no pagarán las deudas o los despilfarros ajenos, refiriéndose a la crisis del Euro.
No es primera vez que tenemos una crisis de la envergadura actual y tampoco será la última mientras siga el sistema de explotación del hombre por el hombre; pero lo que llama la atención es la resignación, por no llamarla estulticia, del ciudadano común que sigue engañado por los medios, por la información de las transnacionales y por la corrupción de las dirigencias sindicales, corporativas o cívicas y hasta hace fuerza porque la crisis se salve, aunque sea dejando desolación por todas partes, mientras sean los otros y no ellos las que sufran esas consecuencias.
Se ve pues que el sistema de manipulación de la información, de discriminación con que ella se maneja a todo nivel y la profusa propaganda consumista que se emite diariamente, da sus resultados y mientras el consumidor siga preocupado por qué consumir hoy y también mañana; en realidad, no habrá solución estructural a la crisis y los pobres seguiremos pagando toda la opulencia de los sinvergüenzas.
Y, como si fuera poco, sufren también la tiranía de las direcciones sindicales cuyas denominaciones son ya una forma de caracterizarlas; así como en Bolivia se hablaba del "lechinismo" cuando el personaje en cuestión era el líder indiscutible de la "gloriosa central obrera", ahora también se habla del "moyanismo" en la Argentina, un dirigente que ha sido acusado de lavado y otros delitos, no por autoridades de su país, sino internacionales y a los que todavía no ha respondido pero que sigue vigente y poniendo en riesgo el sistema democrático argentino. Lo mismo puede decirse de los dirigentes petroleros o del magisterio en México, cuyos millones de dólares se cuentan por decenas, y otros líderes más repartidos, curiosamente, entre los obreros y campesinos que más necesitan de la dirección de alguien honesto.
La crisis sirve también para percibir mejor que no sólo que los pobres son los afectados, mientras los ricos siguen ganando millones hasta por jubilación, sino que está tan mal repartido el dinero en el mundo que no es raro que los fineses adviertan que ellos no pagarán las deudas o los despilfarros ajenos, refiriéndose a la crisis del Euro.
No es primera vez que tenemos una crisis de la envergadura actual y tampoco será la última mientras siga el sistema de explotación del hombre por el hombre; pero lo que llama la atención es la resignación, por no llamarla estulticia, del ciudadano común que sigue engañado por los medios, por la información de las transnacionales y por la corrupción de las dirigencias sindicales, corporativas o cívicas y hasta hace fuerza porque la crisis se salve, aunque sea dejando desolación por todas partes, mientras sean los otros y no ellos las que sufran esas consecuencias.
Se ve pues que el sistema de manipulación de la información, de discriminación con que ella se maneja a todo nivel y la profusa propaganda consumista que se emite diariamente, da sus resultados y mientras el consumidor siga preocupado por qué consumir hoy y también mañana; en realidad, no habrá solución estructural a la crisis y los pobres seguiremos pagando toda la opulencia de los sinvergüenzas.
viernes, 6 de julio de 2012
VANIDAD DE VANIDADES
Ya los latinos decían: vanitas, vanitatum,omnia vanitas, es decir, vanidad de vanidades, todo es vanidad y es de lo que siempre ha adolecido la "ciencia" actual; desde la teoría de la evolución, que nunca nadie ha podido demostrar, hasta el último hallazgo de la "partícula de Dios" que está años luz de la verdad de la creación o de la evolución.
Nuestra "ciencia", plena de vanidad, nunca ha querido auscultar entre los restos de la historia antigua e, intencionalmente, ha desconocido descubrimientos, inventos y tecnología que en la denominada protohistoria estaban más que presentes y nos dan cuenta de lo mucho que el hombre había avanzado en conocimientos y cómo estaba en un franco proceso de declinación o involución.
El materialismo de que se ha revestido el cientificismo lo ha alejado de la realidad y se ha convertido en un obstáculo que, incluso, ha escondido las afirmaciones de muchos sabios que admitían que más allá de las reglas de la física, la química o la físico-química estaba algo todavía ininteligible que sólo podía atribuírsele a Dios. Incluso cuando se anunciaba una fuerte explosión solar, ahora último, que afectaría inevitablemente la tierra con consecuencias prácticamente desconocidas y el fenómeno si bien se dio, fue inexplicablemente atenuado por algo que nadie sabe o supo explicar; algunos tuvieron que admitir que, efectivamente, algo divino estaba sucediendo pues no había otra explicación material posible para semejante intervención.
Independientemente de si debemos atribuir estas cosas a determinado Dios o religión, se ve que nuestra ciencia está muy lejos de ese ropaje de eficiencia y vanidad con que se cubre diaria y, curiosamente, para encubrir su propia pobreza y precariedad.
Lo de la intelectualidad, como decía Unamuno, no es más que materialismo o explotación del conocimiento, del saber cerebral que podía oponerse al conocimiento cardíaco y, mucho más todavía, a la coordinación o conexión entre ambas formas de ver y saber del mundo. Hay pues una mejor opción para el hombre y la ciencia cuando se lleva el cerebro a la altura del corazón, o al revés, y se actúa en consecuencia; de ahí nacen las ciencias o técnicas actuales de tanta pomposidad, hipocresía o utilización materialista como la ecología, el ambientalismo, el culto a la naturaleza, que encierran viejos y milenarios saberes que, en algún momento de la historia, dieron al hombre no el dominio de la naturaleza, como se postula por el materialismo, sino la coexistencia pacífica entre las especies animales, vegetales y de otra índole.
Lo de la partícula de Dios o el bosón de Higgs no es más que un nuevo bolsón de mentiras para encubrir la incapacidad y la ineficiencia y está más repleta de vanidad que de descubrimiento alguno, por mucho que otros "científicos" nos digan que se ha llegado a algún extremo o se quiera bautizar el hecho como un avance más. Todo es vanidad.
Nuestra "ciencia", plena de vanidad, nunca ha querido auscultar entre los restos de la historia antigua e, intencionalmente, ha desconocido descubrimientos, inventos y tecnología que en la denominada protohistoria estaban más que presentes y nos dan cuenta de lo mucho que el hombre había avanzado en conocimientos y cómo estaba en un franco proceso de declinación o involución.
El materialismo de que se ha revestido el cientificismo lo ha alejado de la realidad y se ha convertido en un obstáculo que, incluso, ha escondido las afirmaciones de muchos sabios que admitían que más allá de las reglas de la física, la química o la físico-química estaba algo todavía ininteligible que sólo podía atribuírsele a Dios. Incluso cuando se anunciaba una fuerte explosión solar, ahora último, que afectaría inevitablemente la tierra con consecuencias prácticamente desconocidas y el fenómeno si bien se dio, fue inexplicablemente atenuado por algo que nadie sabe o supo explicar; algunos tuvieron que admitir que, efectivamente, algo divino estaba sucediendo pues no había otra explicación material posible para semejante intervención.
Independientemente de si debemos atribuir estas cosas a determinado Dios o religión, se ve que nuestra ciencia está muy lejos de ese ropaje de eficiencia y vanidad con que se cubre diaria y, curiosamente, para encubrir su propia pobreza y precariedad.
Lo de la intelectualidad, como decía Unamuno, no es más que materialismo o explotación del conocimiento, del saber cerebral que podía oponerse al conocimiento cardíaco y, mucho más todavía, a la coordinación o conexión entre ambas formas de ver y saber del mundo. Hay pues una mejor opción para el hombre y la ciencia cuando se lleva el cerebro a la altura del corazón, o al revés, y se actúa en consecuencia; de ahí nacen las ciencias o técnicas actuales de tanta pomposidad, hipocresía o utilización materialista como la ecología, el ambientalismo, el culto a la naturaleza, que encierran viejos y milenarios saberes que, en algún momento de la historia, dieron al hombre no el dominio de la naturaleza, como se postula por el materialismo, sino la coexistencia pacífica entre las especies animales, vegetales y de otra índole.
Lo de la partícula de Dios o el bosón de Higgs no es más que un nuevo bolsón de mentiras para encubrir la incapacidad y la ineficiencia y está más repleta de vanidad que de descubrimiento alguno, por mucho que otros "científicos" nos digan que se ha llegado a algún extremo o se quiera bautizar el hecho como un avance más. Todo es vanidad.
jueves, 5 de julio de 2012
BASES MILITARES
Hace unos días comentábamos que el decadente imperio norteamericano se estaba reacomodando en la América Latina, lo que incluía no sólo golpes de Estado, sabotaje, separatismos, sino también bases militares. La noticia del "pedido" de un parlamentario paraguayo para que los yankis construyan o repongan una base militar en la frontera con Bolivia, no es pues ninguna novedad y, por el contrario, viene a confirmar todo lo que decíamos.
Aquí ya no se trata de estar contra gobiernos "populistas", "izquierdistas" o lo que fuera; de lo que se trata es de mantener esa hegemonía que ha hecho posible el crecimiento del Norte, en detrimento del Sur. Por lo tanto, no hay que dejarse llevar por las etiquetas sino por la conducta que implica el colonialismo, la hipocresía, la politiquería; porque eso es lo que hemos sufrido no únicamente dentro de nuestros propios territorios sino también bajo el sistema de dependencia-corrupción-impunidad, implantado después de la segunda guerra mundial y la pendulación entre regímenes de izquierda y derecha, aunque, al final, todo era lo mismo como nos demostraría la caída del muro de Berlín o la denominada "cortina de hierro".
Consiguientemente, hay que hacer un frente común contra la intromisión subdesarrollista que amenaza reimplatarse en nuestras naciones y diseñar planes para intentar programas propios, auténticos, lejos de la sofistica economía de mercado que manipula la especulación del gobierno encubierto del mundo.
La amenaza de las bases militares hay que tomarla desde varios puntos de vista; desde el amago de intervención armada, hasta el crecimiento del tráfico de armas que ha sido una de las fuentes más eficientes de financiamiento del imperio sin tener que gastar mucho, pasando por el narcotráfico, el sabotaje de nuestras instituciones, la manipulación de los partidos, el espionaje a todo nivel y la vergonzosa alienación de algunos de nuestros connacionales a esas políticas infames.
A estos despropósitos, infelizmente, no podemos reaccionar como quisiéramos porque no tenemos armas y porque la manipulación de los medios masivos de comunicación es algo que no se puede combatir en lo inmediato. Pero no podemos estar indiferentes y, cuando menos, hay que denunciarlo públicamente, por mucho que no obtengamos eco, por mucho que algunos digan que estamos viendo fantasmas, como algunos despistados de la oposición boliviana que, ante la falta de argumentos sólidos para defender la democracia, no hacen otra cosa que insultar o salir por peteneras.
Hay que defender la libertad, la soberanía, la independencia, frente a la subversión permanente, las bases militares y los felipillos.
Aquí ya no se trata de estar contra gobiernos "populistas", "izquierdistas" o lo que fuera; de lo que se trata es de mantener esa hegemonía que ha hecho posible el crecimiento del Norte, en detrimento del Sur. Por lo tanto, no hay que dejarse llevar por las etiquetas sino por la conducta que implica el colonialismo, la hipocresía, la politiquería; porque eso es lo que hemos sufrido no únicamente dentro de nuestros propios territorios sino también bajo el sistema de dependencia-corrupción-impunidad, implantado después de la segunda guerra mundial y la pendulación entre regímenes de izquierda y derecha, aunque, al final, todo era lo mismo como nos demostraría la caída del muro de Berlín o la denominada "cortina de hierro".
Consiguientemente, hay que hacer un frente común contra la intromisión subdesarrollista que amenaza reimplatarse en nuestras naciones y diseñar planes para intentar programas propios, auténticos, lejos de la sofistica economía de mercado que manipula la especulación del gobierno encubierto del mundo.
La amenaza de las bases militares hay que tomarla desde varios puntos de vista; desde el amago de intervención armada, hasta el crecimiento del tráfico de armas que ha sido una de las fuentes más eficientes de financiamiento del imperio sin tener que gastar mucho, pasando por el narcotráfico, el sabotaje de nuestras instituciones, la manipulación de los partidos, el espionaje a todo nivel y la vergonzosa alienación de algunos de nuestros connacionales a esas políticas infames.
A estos despropósitos, infelizmente, no podemos reaccionar como quisiéramos porque no tenemos armas y porque la manipulación de los medios masivos de comunicación es algo que no se puede combatir en lo inmediato. Pero no podemos estar indiferentes y, cuando menos, hay que denunciarlo públicamente, por mucho que no obtengamos eco, por mucho que algunos digan que estamos viendo fantasmas, como algunos despistados de la oposición boliviana que, ante la falta de argumentos sólidos para defender la democracia, no hacen otra cosa que insultar o salir por peteneras.
Hay que defender la libertad, la soberanía, la independencia, frente a la subversión permanente, las bases militares y los felipillos.
miércoles, 4 de julio de 2012
CUANDO NO HAY RAZONES...
Buenos son los insultos. Esta parece la lógica en que se mueve la denominada oposición pues, aparte de ridiculizar al primer mandatario, sus ministros o seguidores, no tienen discurso real de oposición programática o ideológica; se les vacío el cerebro si es que alguna vez lo tuvieron lleno de algo.
Lo malo no es que uno salga en defensa de determinado régimen o persona sino que lo que se compromete es la democracia misma, el sistema de participación, el debate y la búsqueda del bien común y hasta la racionalidad y el sentido común.
Es fácil hallar excusas para tildar de lo que sea a quien sea; pero es difícil entablar un diálogo, un debate, cuando no se tienen ideas o, lo que es peor, cuando la ignorancia que se critica en unos es precisamente lo que se demuestra con la denostación, la difamación; mientras los graves problema del pueblo pasan sin siquiera ser vistos o analizados.
Así como se dice que hay que exigir que el oficialismo muestre capacidad y oportunidad; lo mismo hay que hacer con la oposición y ver si, de este modo, llegamos a reconducir la conducta de la "política" para hacerla verdaderamente ciencia y arte de gobierno.
Es triste ver que "líderes", "cabezas" o cualquier personaje menor de la politiquería acuda al insulto, al denuesto, a la caricatura, cuando lo que todos necesitamos es compromiso con todos, con el bien colectivo, con la democracia y no basta, o más bien sobra, aparecer en la radio, la televisión o los diarios haciendo gala de ramplonería de la mente y del corazón.
En, fin de cuentas, la crisis mayor del pueblo boliviano es no únicamente la falta de un identidad bien definida, que no se manipule a gusto y sabor de ajenos, sino la ausencia de ideas, de ideologías, de programas para salvar tanto la economía como la sociedad y, con ellas, la política en su más amplia expresión.
Hace algunos años atrás, en una suerte de desfile identificativo, los miembros de la "clase política" acudían a las oficinas de la Embajada de EEUU a mostrar su servilismo, su "identidad" con el avariento Tío Sam, su disposición y su alma de esclavo y todavía hoy quedan resabios de esa alienación a la dependencia, al colonialismo. No quisieron entender entonces que estaban mostrando sus peores defectos y ninguna virtud; hoy sucede lo mismo con cada uno de los opositores que lanza cualquier cosa en contra, no del oficialismo o alguna persona sino de la democracia, del ambiente de racionalidad, de sentido común y de identidad con el pueblo. Mientras sigan así, como sirvientes de cualquier amo, las cosas están perdidas y seguirán acudiendo al insulto porque sus mentes no producen más que eso.
Lo malo no es que uno salga en defensa de determinado régimen o persona sino que lo que se compromete es la democracia misma, el sistema de participación, el debate y la búsqueda del bien común y hasta la racionalidad y el sentido común.
Es fácil hallar excusas para tildar de lo que sea a quien sea; pero es difícil entablar un diálogo, un debate, cuando no se tienen ideas o, lo que es peor, cuando la ignorancia que se critica en unos es precisamente lo que se demuestra con la denostación, la difamación; mientras los graves problema del pueblo pasan sin siquiera ser vistos o analizados.
Así como se dice que hay que exigir que el oficialismo muestre capacidad y oportunidad; lo mismo hay que hacer con la oposición y ver si, de este modo, llegamos a reconducir la conducta de la "política" para hacerla verdaderamente ciencia y arte de gobierno.
Es triste ver que "líderes", "cabezas" o cualquier personaje menor de la politiquería acuda al insulto, al denuesto, a la caricatura, cuando lo que todos necesitamos es compromiso con todos, con el bien colectivo, con la democracia y no basta, o más bien sobra, aparecer en la radio, la televisión o los diarios haciendo gala de ramplonería de la mente y del corazón.
En, fin de cuentas, la crisis mayor del pueblo boliviano es no únicamente la falta de un identidad bien definida, que no se manipule a gusto y sabor de ajenos, sino la ausencia de ideas, de ideologías, de programas para salvar tanto la economía como la sociedad y, con ellas, la política en su más amplia expresión.
Hace algunos años atrás, en una suerte de desfile identificativo, los miembros de la "clase política" acudían a las oficinas de la Embajada de EEUU a mostrar su servilismo, su "identidad" con el avariento Tío Sam, su disposición y su alma de esclavo y todavía hoy quedan resabios de esa alienación a la dependencia, al colonialismo. No quisieron entender entonces que estaban mostrando sus peores defectos y ninguna virtud; hoy sucede lo mismo con cada uno de los opositores que lanza cualquier cosa en contra, no del oficialismo o alguna persona sino de la democracia, del ambiente de racionalidad, de sentido común y de identidad con el pueblo. Mientras sigan así, como sirvientes de cualquier amo, las cosas están perdidas y seguirán acudiendo al insulto porque sus mentes no producen más que eso.
martes, 3 de julio de 2012
ACOMODOS Y REACOMODOS
Por una serie de factores, entre los que hay que contar el descuido o estulticia en la asamblea constituyente, donde se entrometieron organismos ajenos a la realidad y el interés nacional, estamos viviendo una época signada por acontecimientos que podríamos calificar como acomodos o reacomodos. En el primer caso, podemos citar el oportunismo de personas y sectores que desean hacer lo mismo que el actual Presidente de Bolivia, ocupar el Palacio Quemado, y para ello no muestran sino un acomodo a circunstancias que se van dando o crean a expensas de falsos motivos; uno de ellos la cuestión del TIPNIS donde no únicamente cuenta la ocasión de hacerse capitalista sino también monopolizador, aunque los negocios se los haga en nombre de pueblos a los que se ha abandonado por décadas o siglos.
Entre los reacomodos está el del separatismo que, una vez más, usa como excusa la autonomía tanto para esquivar el peso de la ley como para seguir sirviendo los intereses extranacionales que dieron pie al anterior intento con mercenarios incluidos y fuerte financiamiento.
Pero no sólo se pueden percibir esos acomodos y reacomodos sino también aquellos que se planifican fuera de nuestras fronteras y responden a los intereses del imperio del norte; por eso es que siguen apareciendo ambientalistas, ecologistas, autonomistas, defensores de derechos y otras yerbas que habría que entrecomillar pues no son tales. Tareas que se están jugando tanto en el país como en los vecinos y los llamados contestarios a la dependencia en base a la corrupción y la impunidad; que va desde la venta de árboles de nuestros parques hasta el funcionamiento de casinos, la trata de blancas, el narcotráfico o el de armas, que son los negocios donde tradicionalmente la hegemonía encuentra los fondos necesarios para no cargar su presupuesto oficial como ocurrió con la operación Irán-Contras.
Dentro de esta agonía imperial que da sus últimos pataleos, la ambición que el modelo liberal ha despertado entre nuestros "indígenas" y la ausencia de una oposición política al actual oficialismo, hay todo un abanico donde el pueblo es la víctima, el que sufre y hasta el que pone la sangre; no siempre corriendo por las calles sino goteando profusamente por medio de la inseguridad que soportan las ciudades y también el campo. Y, como es lógico, hay oportunistas que quieren hacer coro a la estupidez y se dan modos para aparecer en las pantallas, los espacios radiales o las páginas de los diarios como si fueran los genios del momento, los defensores a ultranza de esto o lo otro con gran contento de los dueños de los medios porque hasta la controversia, por decir algo, se ha trasladado a la propaganda y hay cada Goebels en uno u otro sector que aunque no causa miedo pero sí desencadena la carcajada franca.
Pero no hay que reír tanto con lo que nos pasa porque, como decimos, entre tanto va y viene, violencia de una y otra parte, intransigencia y estulticia, está el pueblo, el Estado, la patria con una impotencia cada vez más creciente porque hasta el sentido común está abandonando a algunas personas e instituciones.
Entre los reacomodos está el del separatismo que, una vez más, usa como excusa la autonomía tanto para esquivar el peso de la ley como para seguir sirviendo los intereses extranacionales que dieron pie al anterior intento con mercenarios incluidos y fuerte financiamiento.
Pero no sólo se pueden percibir esos acomodos y reacomodos sino también aquellos que se planifican fuera de nuestras fronteras y responden a los intereses del imperio del norte; por eso es que siguen apareciendo ambientalistas, ecologistas, autonomistas, defensores de derechos y otras yerbas que habría que entrecomillar pues no son tales. Tareas que se están jugando tanto en el país como en los vecinos y los llamados contestarios a la dependencia en base a la corrupción y la impunidad; que va desde la venta de árboles de nuestros parques hasta el funcionamiento de casinos, la trata de blancas, el narcotráfico o el de armas, que son los negocios donde tradicionalmente la hegemonía encuentra los fondos necesarios para no cargar su presupuesto oficial como ocurrió con la operación Irán-Contras.
Dentro de esta agonía imperial que da sus últimos pataleos, la ambición que el modelo liberal ha despertado entre nuestros "indígenas" y la ausencia de una oposición política al actual oficialismo, hay todo un abanico donde el pueblo es la víctima, el que sufre y hasta el que pone la sangre; no siempre corriendo por las calles sino goteando profusamente por medio de la inseguridad que soportan las ciudades y también el campo. Y, como es lógico, hay oportunistas que quieren hacer coro a la estupidez y se dan modos para aparecer en las pantallas, los espacios radiales o las páginas de los diarios como si fueran los genios del momento, los defensores a ultranza de esto o lo otro con gran contento de los dueños de los medios porque hasta la controversia, por decir algo, se ha trasladado a la propaganda y hay cada Goebels en uno u otro sector que aunque no causa miedo pero sí desencadena la carcajada franca.
Pero no hay que reír tanto con lo que nos pasa porque, como decimos, entre tanto va y viene, violencia de una y otra parte, intransigencia y estulticia, está el pueblo, el Estado, la patria con una impotencia cada vez más creciente porque hasta el sentido común está abandonando a algunas personas e instituciones.
lunes, 2 de julio de 2012
LOS INDIGNADOS
Algo que se ha tratado de acallar sistemáticamente es la crítica de los indignados, a lo largo y ancho del mundo, no sólo a la politiquería, la manipulación y la democracia de mercado sino también a la "prensa" o los medios de comunicación que siempre es bueno aclarar que en un 93% pertenecen a las transnacionales.
Ayer, tanto la manipulación de esa prensa comprometida con intereses sectarios, como la democracia de mercado que nos han impuesto, han vuelto a dar un golpe a nuestros pueblos al posibilitar que sea votado el representante del PRI para un a nueva gestión gubernamental, después de haberse demostrado el carácter no sólo servil sino hasta antinacional durante varias décadas en la administración de México.
No es pues un efecto más de la simple democracia de mercado sino también de la manipulación de los medios de comunicación porque hasta el menos informado sabe, en la tierra de los charros, qué cadenas están detrás del "marketing" de los partidos y por qué y lo han denunciado reiteradas veces los de MORENA aunque, claro, todavía no tienen el poder de ser escuchados por los medios de comunicación, lo mismo en esas tierras, como en España o Rusia.
Por esto mismo es que, aparte de imitar los movimientos de indignados, habría que postular que también, paralelamente a la indignación, se de una campaña de información real, verdadera y en eso pueden jugar un gran papel las redes de información si dejan su superficialidad, su banalidad, su alienación indirecta o involuntaria, al mercado de consumo. Porque es un total desperdicio que nuestros jóvenes, especialmente, se dediquen a comentar juegos, espectáculos de variedades triviales, o se hagan seguidores de la farándula, cuando los problemas de nuestros pueblos son tan grandes que hasta se hace una irresponsabilidad actuar de ese modo.
El prejuicio ese que maneja el mercado, que los jóvenes son esencialmente consumidores, tiene que cambiar por otro juicio que afirme que si son consumidores es de información y de cultura; sólo así se justificaría el uso racional de la ciencia y la tecnología que ponen al alcance de nuestras manos instrumentos importantes para comunicar, informar, educar, orientar, opinar y dejar la vulgaridad o la incapacidad en el manejo del idioma que tan lamentablemente se percibe.
Si no estamos de acuerdo con la democracia de mercado, tampoco lo estamos con la manipulación de los medios de comunicación y, peor aún, con la alienación de las nuevas generaciones al simple, vulgar y oneroso mercado, donde se repite la esclavitud con aires de modernidad.
Si de verdad queremos que nuestros pueblos sean libres, lo mejor que podemos hacer es informarnos de la realidad del mundo y de nuestros propios entornos con veracidad.
No más espacios a la democracia de mercado ni a los serviles del imperio; sean de derechas o de izquierdas.
Ayer, tanto la manipulación de esa prensa comprometida con intereses sectarios, como la democracia de mercado que nos han impuesto, han vuelto a dar un golpe a nuestros pueblos al posibilitar que sea votado el representante del PRI para un a nueva gestión gubernamental, después de haberse demostrado el carácter no sólo servil sino hasta antinacional durante varias décadas en la administración de México.
No es pues un efecto más de la simple democracia de mercado sino también de la manipulación de los medios de comunicación porque hasta el menos informado sabe, en la tierra de los charros, qué cadenas están detrás del "marketing" de los partidos y por qué y lo han denunciado reiteradas veces los de MORENA aunque, claro, todavía no tienen el poder de ser escuchados por los medios de comunicación, lo mismo en esas tierras, como en España o Rusia.
Por esto mismo es que, aparte de imitar los movimientos de indignados, habría que postular que también, paralelamente a la indignación, se de una campaña de información real, verdadera y en eso pueden jugar un gran papel las redes de información si dejan su superficialidad, su banalidad, su alienación indirecta o involuntaria, al mercado de consumo. Porque es un total desperdicio que nuestros jóvenes, especialmente, se dediquen a comentar juegos, espectáculos de variedades triviales, o se hagan seguidores de la farándula, cuando los problemas de nuestros pueblos son tan grandes que hasta se hace una irresponsabilidad actuar de ese modo.
El prejuicio ese que maneja el mercado, que los jóvenes son esencialmente consumidores, tiene que cambiar por otro juicio que afirme que si son consumidores es de información y de cultura; sólo así se justificaría el uso racional de la ciencia y la tecnología que ponen al alcance de nuestras manos instrumentos importantes para comunicar, informar, educar, orientar, opinar y dejar la vulgaridad o la incapacidad en el manejo del idioma que tan lamentablemente se percibe.
Si no estamos de acuerdo con la democracia de mercado, tampoco lo estamos con la manipulación de los medios de comunicación y, peor aún, con la alienación de las nuevas generaciones al simple, vulgar y oneroso mercado, donde se repite la esclavitud con aires de modernidad.
Si de verdad queremos que nuestros pueblos sean libres, lo mejor que podemos hacer es informarnos de la realidad del mundo y de nuestros propios entornos con veracidad.
No más espacios a la democracia de mercado ni a los serviles del imperio; sean de derechas o de izquierdas.
domingo, 1 de julio de 2012
DICHOS Y HECHOS
Hace unos días circuló por Internet una caricatura donde se pedia que levantaran la mano los que querían vivir mejor; lógicamente lo hicieron todos; pero al pedirles que hicieran lo mismo para renunciar a la sociedad de consumo, nadie se animó a hacer lo mismo.
Esta es la triste realidad del mundo actual; todos quieren vivir mejor (?) pero nadie quiere cambiar el estilo de vida impuesto por el vil metal, es decir, todos quieren ser, por lo menos, aspirantes a ricos y nadie se conforma con lo básico, lo esencial, lo indispensable. Por eso es que las nuevas construcciones que se hacen, aunque aparentemente están hechas para ratas o conejos, tienen amplios roperos empotrados o parrileros individuales o colectivos y piscinas y áreas sociales donde, paradógicamente, muy pocos son los que hacen intercambio de experiencias, aspiraciones, y necesidades; o sea, vida social. Todo se reduce a la comparación de posesiones o ambiciones.
Y es que se acepta, implícitamente, que la naturaleza tiene que ser domada por el hombre que se ha convertido en su explotador. Un sofisma que no hace otra cosa que esconder el brutal materialismo de la explotación del hombre por el hombre y que desconoce a éste como parte de la naturaleza y, por tanto, en corelación efectiva como teóricamente se postula para mejorar el sistema de explotación.
Cuando sea posible escribir sobre la verdadera historia de la humanidad, saltará nítida toda esa manipulación que se hace de sofismas y eufemismos y cómo se dió modos el neoliberalismo para viabilizar su sistema capitalista de explotación, por medio de las llamadas ONGs que, en la teoría de ese modelo, deben sustituir al "Estado", en una interpretación marxista de esa institución, es decir, como simple gobierno y no como territorio, población y leyes que es su definición etimológica, histórica, política y filosófica. "Achicar el Estado" era la consigna y privatizarlo cuanto se pudiera en el gobierno, a fin de hacer negocios más expeditivos, con mejores ganancias y sin obligación ninguna.
Unos por estulticia, ignorancia, otros; pero los más por intereses particulares le hicieron juego al neoliberalismo alzándose con organizaciones que no sólo desconocían derechos individuales y colectivos sino, curiosamente, en defensa de ellos. Así surgió toda esa invasión de ONGs que causaron más destrozos que las plagas de Egipto juntas porque no sólo que confundieron más la situación del hombre como tal sino que lo hicieron conciencialmente obtuso y, por lo tanto, materialista y alienado al consumismo.
Hace décadas que no hay relación entre lo que se dice y lo que se hace en el ámbito internacional y también interno y se manejan a gusto y sabor de los impostores y usurpadores derechos, reivindicaciones, necesidades; con el único objetivo de exacerbar los supuestos beneficios de la explotación por el vil metal, donde los más fanáticos son los autodenominados de izquierda.
Esta es la triste realidad del mundo actual; todos quieren vivir mejor (?) pero nadie quiere cambiar el estilo de vida impuesto por el vil metal, es decir, todos quieren ser, por lo menos, aspirantes a ricos y nadie se conforma con lo básico, lo esencial, lo indispensable. Por eso es que las nuevas construcciones que se hacen, aunque aparentemente están hechas para ratas o conejos, tienen amplios roperos empotrados o parrileros individuales o colectivos y piscinas y áreas sociales donde, paradógicamente, muy pocos son los que hacen intercambio de experiencias, aspiraciones, y necesidades; o sea, vida social. Todo se reduce a la comparación de posesiones o ambiciones.
Y es que se acepta, implícitamente, que la naturaleza tiene que ser domada por el hombre que se ha convertido en su explotador. Un sofisma que no hace otra cosa que esconder el brutal materialismo de la explotación del hombre por el hombre y que desconoce a éste como parte de la naturaleza y, por tanto, en corelación efectiva como teóricamente se postula para mejorar el sistema de explotación.
Cuando sea posible escribir sobre la verdadera historia de la humanidad, saltará nítida toda esa manipulación que se hace de sofismas y eufemismos y cómo se dió modos el neoliberalismo para viabilizar su sistema capitalista de explotación, por medio de las llamadas ONGs que, en la teoría de ese modelo, deben sustituir al "Estado", en una interpretación marxista de esa institución, es decir, como simple gobierno y no como territorio, población y leyes que es su definición etimológica, histórica, política y filosófica. "Achicar el Estado" era la consigna y privatizarlo cuanto se pudiera en el gobierno, a fin de hacer negocios más expeditivos, con mejores ganancias y sin obligación ninguna.
Unos por estulticia, ignorancia, otros; pero los más por intereses particulares le hicieron juego al neoliberalismo alzándose con organizaciones que no sólo desconocían derechos individuales y colectivos sino, curiosamente, en defensa de ellos. Así surgió toda esa invasión de ONGs que causaron más destrozos que las plagas de Egipto juntas porque no sólo que confundieron más la situación del hombre como tal sino que lo hicieron conciencialmente obtuso y, por lo tanto, materialista y alienado al consumismo.
Hace décadas que no hay relación entre lo que se dice y lo que se hace en el ámbito internacional y también interno y se manejan a gusto y sabor de los impostores y usurpadores derechos, reivindicaciones, necesidades; con el único objetivo de exacerbar los supuestos beneficios de la explotación por el vil metal, donde los más fanáticos son los autodenominados de izquierda.
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