jueves, 26 de abril de 2012

SIMPLE; PERO CRUEL MANIPULACIÓN

¿Cuántas "revoluciones" más debemos soportar los humanos para darnos cuenta que por ahí no está el camino? Pasó con la francesa, la rusa, la mexicana y hasta la boliviana y seguimos empeñados en que la sustitución de mandatarios va a traer algo bueno y todo es frustración y más frustración.
Hoy mismo, tenemos las simples; pero crueles, manipulaciones que se dan con los "indígenas" y los proletarios so pretexto del TIPNIS o demandas salariales, cuando lo que se quiere buscar es la creación de nuevos partidos que reemplacen al actual y sólo el que no quiere ver, no ve estas situaciones que están refrendadas por declaraciones públicas que, muchas veces, se esconden para que también algunos medios hagan lo suyo.
Eso de que los pueblos que olvidan su historia corren el riesgo de repetirla, se puede decir hasta el cansancio pero la gente no aprende porque ya lo vivimos con la "revolución nacional" que de fascista, pasó a ser marxista y, finalmente, se conformó con ser usufructuaria del sistema de dependencia-corrupción-impunidad que nos ató al imperio norteamericano con la colaboración de milicias, controles políticos, cárceles y campos de concentración, de los que nos olvidamos con una complicidad criticable.
También nos hemos olvidado de la UDP y sus nefastas consecuencias y hasta intentamos repetir la receta bajo el pretexto de "indígenas" o "indígena-originarios" que hace tiempo que no representan nada en la realidad nacional, hecha de mestización permanente desde antes de la colonia y también después. ¿Quién puede poner las manos al fuego por esa política etnocentrista que impulsada por la derecha se hizo instrumento de la izquierda? ¿No es acaso una forma de engañar al pueblo para que se olvide del bien común, de la colectividad, del Estado bien entendido? ¿Quién puede garantizar que queda algún vestigio de etnia nativa y sin contaminación o mestización? ¿Acaso su propia realidad no está diciendo que dejaron de ser lo que eran y que pretenden incorporarse a la civilización?
Pero no; nadie quiere mirar las cosas de frente e interpretarlas correctamente y se deja llevar por los sofismas de moda donde pululan "ambientalistas", "ecologistas", "defensores de derechos" y hasta propulsores de perversiones, como justificando el calendario maya cuando nos habla del tiempo del no tiempo.
Hay una simple pero cruel manipulación de nuestras necesidades y aspiraciones y sólo se busca seguir con el negocio de vender revoluciones o reivindicaciones para que las cosas no cambien; como ya muchas veces ha sucedido. El que quiera ver, que vea.

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