martes, 10 de abril de 2012

¿INSULTO O HALAGO?

Algunas personas creen halagar a alguien y terminan insultándola. Es lo que pasa con algún despistado militante del extinto MNR que dice que Evo Morales es producto del 52.
Si ese fuera el caso sería un insulto porque se lo estaría tildando de demagogo, farsante e impostor, cosas en la que se distinguió el "libertador económico" que nos llevó a la extrema dependencia condicionando una suerte de boicot y desmantelamiento de las condiciones que, hasta el 52, Bolivia tenía para erigirse en una potencia subcontinental.
Y es que hasta las miradas son completamente diferentes; porque el propio usurpador de la revuelta popular del 52, siendo, aparentemente, de la línea marxista leninista, no tuvo el menor reparo en entregarse al imperialismo yanki, con tal de servirse del "árbol de las peras" que es como su máximo líder calificó la administración estatal donde, además, convocaba a robar; pero dando su diezmo al partido. En verdad, la realidad fue completamente diferente de una postura revolucionaria porque se abrieron campos de concentración, cárceles y un abanico de persecución indiscriminada donde, curiosamente, los guardianes eran "milicianos" marxistas leninistas o trotskistas que se beneficiaban de la subvención que EEUU dispuso para atender los menesteres de esa ignominiosa farsa.
Ni qué decir de la época en que nadie puso reparos a la política neoliberal que dilapidó la riqueza nacional, una vez más, y entregó nuevamente nuestro destino a la "Embajada" que no sólo disponía de las políticas de "ajuste estructural" sino que daba su conformidad hasta con los candidatos a alcaldes, concejales y demás sirvientes de la democracia de mercado.
Tal como dijera su principal "ideólogo", el MNR nunca tuvo ideología y, entonces, no es raro que en lugar de halagar a alguien se lo insulte porque, finalmente, aunque se vista a la moda, el mono, mono se queda y no hay forma de mentir eternamente en la historia.

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