Como era de suponer el manifiesto, en forma de poema, del autor del "Tambor de Hojalata" ha desatado una gran polémica en Europa porque ha conmovido seriamente muchos intereses económicos que se hallan detrás de la industria de la guerra; la mayor parte de las críticas apuntan al pasado del alemán pero obvian, intencionalmente, el hecho de que muchos miles de millones de personas en el mundo hace rato que quieren expresar lo mismo: su impotencia ante el manejo sectario y materialista del mundo y el riesgo inminente de una conflagración nuclear que pone al planeta entero al borde del abismo y todo porque se les ha ocurrido a unas pocas personas seguir explotando la tierra indiscriminadamente y sin importarles para nada la especie humana.
La estupidez en el planeta no tiene límites y resulta sumamente curioso que, en pleno auge supuesto de la razón, gobierno precisamente la ventralidad, la estulticia, el materialismo, la avaricia y todos esos pecados que se califican así en casi todas las religiones del mundo y resultan la antítesis de la filosofía, del bien común, de la inteligencia. Pero la verdad está ahí para hacer la comprobación de lo que decimos; en el pasado a través de dos guerras mal llamadas mundiales, en el presente la invasión de Irak y todo ese arsenal de mentiras que se maneja en los medios controlados por el poder económico en contra de Irán o de las naciones y gobernantes que no comulgan con la avaricia, con el sectarismo, con el suicidio colectivo o el asesinato masivo y discriminado.
Aunque por estos lados no muchos conozcan ese manifiesto, sería conveniente que lo busquen y lo lean y lo difundan, porque encontrarán que también es su voz la que se alza para decir basta a esa suerte de gobierno oculto en las tinieblas y que quiere acabar con la humanidad.
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