Ya para nadie pasa desapercibida la tremenda crisis de la economía, o del economicismo, pero de ahí a prever las soluciones que se aportan, hay una gran distancia y diferencia.
Pues mientras en algunas partes se imita a los indignados de España y se hacen tomas de calles o plazas, como cerca del corazón del economicismo en USA, resulta que los banqueros han respondido a la crisis con el alza de sus comisiones e intereses que se han empezado a cobrar, precisamente, donde hay dificultades, como queriendo decir: sigue quejándote y tendrás más palo.
Y que es el vil metal es el nuevo dios del materialismo que lo mismo se da en las llamadas derechas como izquierdas; mientras en las primeras se da como objetivo en las segundas sirve para pasar de socialista con los bolsillos llenos y las comodidades adoptadas. A nadie, ni a uno ni otro extremo del espectro de la politiquería, le importa la salud o los intereses del pueblo. De este modo, no hay pues sorpresa alguna en que las supuestas respuestas a la crisis pasen por más sacrificios de los pobres que, al final, son las víctimas tanto en la prosperidad como en la quiebra; como nos demuestra el hecho de que cualquiera sea la situación los banqueros siempre reparten beneficios y si no que lo digan los españoles de cierta caja que se repartieron, entre pocos, indemnizaciones en millones de Euros, mientras millones se quedan sin salario y sin fuente de trabajo.
Con razón nomas cierto ex corredor y trabajador de la bolsa advierte a todos quienes tengan dinero en los bancos, que los saquen antes de esfumarse; aunque hayan salido espontáneos, y no tanto, para desmentirlo pero sin éxito. Y es que en el economicismo casi siempre se ha dado eso de caer de la sartén al fuego y está registrado en la historia real de muchos pueblos y gobiernos.
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