Para las personas que conocen la zona y no se dejan llevar por el dice que dice que dice; hace décadas que la región es parte de una permanente explotación maderera en manos de contrabandistas e individuos al margen de la ley y con conexiones de influencia en el propio Palacio Quemado; pero si esa era la realidad que hoy se trata de esconder, actualmente sucede que no únicamente son ellos los explotadores sino también los agitadores, los seudoambientalistas, los politiqueros y los sectarios de toda laya.
Y, lo peor, sin proyecto ni plan alguno para el futuro porque al no decir nada del contrabando de maderas que supone una fuerte deforestación, tampoco se dice nada respecto al porvenir de las familias que moran en la zona y que no se sabe si lo que se pretende para ellos es anclarlos en el tiempo, explotarlos económicamente para mostrarlos como atracción turística o dejar que sigan solos su camino en la larga evolución humana. Lo que sí está claro es que el tema es uno más de esos que se explotan sectariamente para fines inconfesables, como el supuesto asesinato del Archiduque para iniciar la primera guerra mundial o el supuesto nacionalismo exacerbado para lo mismo en la segunda.
Lo curioso es que los explotadores se hacen llamar ecologistas, defensores de los derechos o lo que fuere y no son más que tontos útiles o simples ignorantes como cierta dirigente del magisterio que afirma que sus movilizaciones se deben a su solidaridad con "los tipnis" como si fueran alguna tribu y si la "maestra" actúa así. ¿cómo actuarán los discípulos? Una ocasión más para repetir aquello de Dios salve a Bolivia o: ¿"Quién podrá defendernos"?
Pobres nativos de la zona, quieren reivindicar sus derechos y se han convertido en más explotados todavía; algunos, tal vez, sin saberlo, ¿Pero serán todos tan ingenuos? Lo que nos reitera la frustración de muchas revoluciones que no fueron tales y sirvieron otros fines que se mantienen entre los recovecos de la historia de las traiciones de la humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario