En el fondo, la cuestión de la manipulación del TIPNIS, por unos y otros, lo que nos está revelando es una profunda frustración constitucional porque no sólo que el sectarismo se impone al bien común sino porque todos quieren meterse en el asunto y sin saber lo que en verdad representa.
Y esta frustración no sólo hay que achacarla a los "indios", los "indígenas" o "indígena-originarios" porque de la asamblea constituyente también participaron algunos "intelectuales" que, como dice la gente, "ni asna ni kappa" y, entre todos, permitieron la intromisión de oficiosos, de "asesores", de gente que no tiene norte ni conocimiento y, es lógico, salió ese armatoste constitucional que uno no sabe si es algo serio o una broma pesada porque, constituir, no lo hace sino todo lo contrario.
Y es que se desconocen las reglas mínimas de la constitución y de las leyes; se hace prevalecer el sectarismo ante el bien común, se hace neoliberalismo en lugar de socialismo y en lugar de aclarar bien las cosas se confunde todo. Tarde o temprano lo que hay que hacer con esta CPE es revisarla completamente, desde el propio nombre, hasta los mínimos detalles y reponer, por ejemplo, la cuestión de la república que, curiosamente, se ha marginado por los sofismas de seudorevolucionarios que, al final, no fueron más que simples tontos útiles de un liberalismo llevado al extremo; por muchas excusas que se quieran dar, tanto por los que estuvieron en la asamblea como por quienes se mantuvieron en los entornos para meterse donde no los llamaron y actuaron solapada e ilegalmente. Pero, antes, necesitamos deshacernos de la politiquería a la que se han subido oficialistas y opositores; de lo contrario, las cosas pueden ponerse color de hormiga si recordamos la historia de tantas "revoluciones". y recogemos las lecciones que debiéramos haber aprendido ya.
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