Aunque conceptualmente eso de la modernidad es un error, no hay duda que la palabrita tiene millones de seguidores y hasta de fanáticos que, finalmente, no saben lo que quieren; porque apenas caída la URSS un conocido que regresaba de una visita a Moscú contaba sobre la invasión de prostitutas, contrabando, supermercados y comida chatarra y una dama de copete se lamentaba: "Ay, y nosotros cuándo vamos a tener Mc Donalds".
No hay pues que ir muy lejos para ver cómo se suele confundir el progreso o el crecimiento con obras que nada tienen que ver con el individuo o la familia sino, vulgarmente, con el comercio; no por nada alguien dijo "consumo, luego existo" en un sarcasmo del principio cartesiano. Del mismo modo, la "modernidad" puede atraer varias plagas y, en la realidad, lo ha hecho a lo largo de la historia.
Lo peor, es que algunos piensan que no importa no pensar antes de hablar y obran en consecuencia sin darse cuenta del daño que pueden producir y de la estulticia que pueden contagiar y que debiera tenerse como parte de la salud pública tan descuidada en la mayoría de los países, incluso, llamados superdesarrollados.
La "modernidad" es parte del mercado que manejan y manipulan los medios de comunicación de acuerdo a las estrategias eminentemente comerciales de los dueños que, sólo excepcionalmente, se sienten comprometidos con la verdad, la información o la imparcialidad. No por nada, por ejemplo, se ha creado ya la especialidad de "neuromarket", de la que hablaremos después; pero que no deja nada al azar y tiene sus lazos bien extendidos para atrapar a los que confunden o no saben lo que quiere decir la modernidad que, cronológicamente, acabó con la revolución francesa, según algunos autores y en el siglo XVIII, según otros que no coinciden con la exactitud de algunas fechas.
Esta "modernidad", infelizmente, es también culpable de las permanentes metidas de las de andar de nuestros politiqueros que por tener la lengua en los noticieros darían su propia vida y no se percatan que hay gente inteligente que se conduele de ellos.
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