Aunque no se crea, hace tiempo que algunos organismos que actúan clandestinamente para manipular los gobiernos nacionales son bien perceptibles y hasta tienen "fama" e influencia.
Lo malo es que como no hay mejor ciego que el que no quiere ver, nuestros gobernantes hacen de la vista gorda y del bolsillo sediento, para caer en las redes de un economicismo que está sometiendo a la miseria a varias naciones del mundo y sus poblaciones con cada vez más pobres, por muy ricos que sus Estados aparenten ser.
Sólo ahora, por ejemplo, se les ocurre a algunos mandatarios europeos a poner en duda o protestar por los organismos de calificación de riesgos que no actúan de acuerdo a la realidad; pero lo cierto es que desde Bretton Woods, todo se ha hecho inicuo pues la sustitución del patrón oro por el dólar significó una estafa gigante, ya que el precio del mineral lo impuso un organismo internacional en contra de los intereses de las naciones. Ergo, no resulta ya sospechoso que las quiebras, las ganancias o la estabilidad de las economías internas se haya puesto al capricho de entes internacionales que no se sabe exactamente quién controla; pero que no responden ni a la ciencia, la realidad o la verdad.
En el economicismo de hoy no hay pues nada al azar; pero tampoco real, porque se maneja de acuerdo a intrincados, por decir algo, mecanismos que se suelen atribuir a la manipulación de las transnacionales o del gobierno subterráneo de la tierra. Y en lo de subterráneo van muchas cosas implicadas.
La crisis económica del mundo actual va a tener consecuencias muy grandes para la población en la medida en que se descubran los intereses que se juegan o se desmantele todo aquello que está en contra de la propia humanidad. Pero, mientras tanto, puede correr mucha agua bajo los puentes y está visto que muy pocos conocen o se acercan a la verdad de la milanesa.
Lo lamentable es que todavía hay gente que, verbigracia, cree en el libre mercado y será muy difícil erradicar ese tipo de idolatrías impuestas por el materialismo y en contra del planeta. Mucho nos falta por conocer y cada vez somos más ignorantes.
Aunque la economía sigue intentando ser una ciencia; no hay duda que el economicismo es otra cosa y tiene más de esotérico que de conocimiento académico.
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