IMPERIO E IMPERIALISMO

No es necesario que exista un emperador para la existencia de un imperio, lo que importa es la conducta que cierto Estado asume con los demás para que sus acciones sean calificadas de uno u otro modo; en el pasado reciente si bien muchos hacían referencia al imperialismo norteamericano, se podía hablar también del imperialismo soviético porque, en los hechos, las conductas de ambos polos eran casi exactamente las mismas, es decir, pedían sujeción y servilismo.
Las cosas no han cambiado y así como algunos mandatarios denuncian el imperialismo del norte, la verdad es que las conductas de prepotencia, de abuso, de desigualdad se siguen dando y ni siquiera se matizan. Es lo que ocurre con las relaciones "diplomáticas" con el país del Norte, que ni siquiera aparentan ser iguales y son cínicamente imperialistas y de intromisión en países ajenos que, supuestamente, son iguales aunque sea teóricamente.
Lo malo es que algunos latinoamericanos se han acostumbrado a la servidumbre y prefieren vivir a la sombra del imperio que ser libres e independientes; por eso es que se critica algunas muestras de libertad que los gobernantes regionales se animan a hacer públicas; siempre hay "opositores" que, como no tienen espíritu de libertad ni conciencia nacional, se lanzan como cachorros a la defensa de los mandamases de la Casa Blanca.
Si comparásemos el Imperio Romano con el actual imperio del materialismo, podríamos ver que el primero fue incluso más humano, más equitativo, menos violento que el último que ha hecho de la guerra y de la confrontación interna y externa su forma de abuso y expansión.
Sin importar dónde puede hallarse el imperio de turno; mientras los humanos no aprendamos a vivir libres, iguales y de acuerdo a nuestras propias concepciones filosóficas o religiosas, el mundo seguirá siendo un simple sitio de explotación y expoliación donde unos pobres diablos condenan a la pobreza a la mayoría de los habitantes que, a veces, ni siquiera se dan cuenta de su propio estado, por una variedad de circunstancias, entre las que se puede señalar la educación y la manipulación de la mayoría de los medios de comunicación.