"ME OPONGO"

Aunque pareciera que es un chiste, no es tan cierto que muchas personas, sea en Cochabamba o en otras partes, pregunten de qué están hablando sólo para oponerse.
Que hay razones para esta oposición permanente puede que sí, teniendo en cuenta la diversidad de frustraciones y decepciones que hemos sufrido a lo largo de la historia; desde la creación de la república, un hecho usurpado por los "dos caras" ante la impotencia de los verdaderos guerrilleros de la independencia, hasta las mal llamadas revoluciones que, de tales, no han tenido más que el insulto.
Pero que esta actitud se use para disfrazar la majadería y la incapacidad de partidos y personas para oponerse a una persona, en este caso, el primer mandatario, es otra cosa. Porque la situación está como está y vivimos un período de excesos y abusos, no es tanto por la embriaguez del poder de algunos militantes o no del MAS sino por la inexistencia de una oposición oportuna e inteligente que conduzca las cosas a como debieran ser dentro de un sistema democrático. Es tan majadera esta actitud que se oponen al precio real de los combustibles, se oponen a la subvención, se oponen a la elección de magistrados y se oponen a su designación a dedo y por el favor partidista. Si se les dijese que ellos se hagan cargo del Palacio Quemado, seguramente se opondrían.
Nunca en Bolivia hemos tenido una oposición tan incapaz y con total ausencia ideológica y programática; aunque el hecho mismo de su existencia no es otra cosa que nuestra propia culpa, porque los votos no han salido de ellos mismos que, conociéndose, quién sabe si votaron a su favor.
Esta actitud me trae a la memoria una anécdota: Al principio de los sesenta, en una reunión, uno de los asistentes pide la palabra para, supuestamente, oponerse a lo dicho por su antecesor y expresa: "Cuchito ha dicho.... Cuchito expresa..... Cuchito dice.... ¿Qué has dicho Cuchito? Parece como anillo al dedo para expresar la realidad esta realidad que, en todo caso, es negativa para el porvenir.