lunes, 4 de julio de 2011

4 DE JULIO

Para muchos bolivianos esta fecha es ignominiosa porque nos recuerda cómo los politiqueros se disputaban las invitaciones de la embajada y el virrey se ufanaba de sus cachorros, posando feliz en las fotos que daban cuenta de su poder para imponer candidatos desde presidente hasta simples y vulgares concejales.
Los politiqueros, lógicamente, vestían sus mejores galas, ampliaban sus sonrisas y mostraban la mejor predisposición a bajarse los pantalones a la mínima indicación del mandón y todos felices.
En el bunker, pues eso era, no importaba quiénes podían o no entrar, la cuestión era competir en sumisión; si uno se presentaba degradantemente dispuesto a todo, no faltaba quien quisiera emularlo y las muestras más cínicas se podían ver en las páginas de los diarios o los informativos de la televisión que, a su vez, se regodeaban de tanto servilismo.
Felizmente eso ha pasado o, por lo menos, ya no es tan público y cínico como hace unos años, lo que no quiere decir que no persistan los intentos de algunos bolivianos por hacerse obedientes y sumisos y, de ese modo, asegurarse el refugio para después de descubiertas sus fechorías.
Lógicamente, no fue la única muestra de intromisión y servidumbre; también cuando existía la embajada de la URSS, otros se disputaban lo mismo o más todavía por los privilegios del "reconocimiento" que, muchas veces, implicaba también la recepción de subvenciones económicas sin ningún certificado de solvencia o cuenta de gastos. No por nada, algunas peleas intestinas por esos dineros dieron como resultado la ejecución de los llamados "traidores", arrancando una lágrima más a todos, por la forma cómo reptaba la politiquería en los ambientes palaciegos.
No hay pues nada que festejar como se hizo costumbre decir cuando no se tenían beneficios personales, familiares o sectarios, en estas ocasiones donde lo que más duele a todos es la forma cómo la dependencia se ha ligado a lo más bajo de la condición humana y cómo éstos han alcanzado las cimas del poder, por medio de las simas de la vergüenza.
Lo que más daño le ha hecho a la patria es esta manifestación de servilismo de pocos bolivianos, que no sólo manchan la lucha de nuestros guerrilleros de la independencia sino que condicionaron un porvenir donde muy pocas veces se ha visto el final del túnel

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