miércoles, 6 de julio de 2011

LA ESPECULACIÓN

Como si fuese un problema reciente, algunas autoridades europeas empiezan a preocuparse por la especulación en la economía y advierten que si continúa la misma, las economías del mundo pueden colapsar.
¡Mama mía qué Colón! Habría que decir porque la especulación es tan vieja como la economía, esa rama distorsionada de la administración del hogar que ha hecho de los hombres unos esclavos del vil metal y adoradores del nuevo dios: la bolsa.
Porque la especulación está archidemostrada con los altísimos sueldos que, por ejemplo, se pagan los ejecutivos de la banca y, mejor todavía, si está en quiebra o en riesgo. La llamada crisis de varias naciones del viejo continente se debe, y así lo han repetido hasta el cansacio varios especialistas, a la denominada "burbuja inmobiliaria" que aún tiene centenas de miles de viviendas sin posibilidad de compra y que está causando serios problemas con los que las adquirieron y ya no pueden hacer frente a los pagos y las garantías que para tal efecto negociaron.
De otro lado, la "economía formal", aquella que paga bajos precios por las materias primas y lucra con los productos con valor agregado, está formada por una interminable cantidad de intermediarios que, lógicamente, hacen subir el precio al consumidor. En México un producto determinado de la canasta básica puede aumentar su valor hasta en 360 veces y hasta en Cochabamba, por ejemplo, una arroba de papalisas cuesta lo que una carga de 10 o más arrobas en el mercado campesino, que es el lugar donde los rescatistas lo ofrecen, después de comprar a los pobres agricultores que no pueden trasladar sus productos a la ciudad por el alto costo del transporte.
Ergo, la economía es especulativa y empobrece tanto al productor como al consumidor final. No hay pues por qué desgarrarse las vestiduras ahora que las crisis se multiplican y recién los gobernantes se animan a decir esta boca es mía.
Y mientras la "economía" siga así, el mundo está condenado porque siempre los ricos pueden sacar ventaja de la explotación y de los pobres.

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