Aunque muchos digan que no creen en los medios o leen la información con sentido crítico, no hay duda que, de todas maneras, influye en la conciencia.
A propósito, en cierta ocasión Saramago dijo: "La manipulación de la conciencia ha llegado a un punto intolerable... Forma parte de una banalización que es cultivada sistemáticamente. Revistas que antes eran de reflexión y pensamiento son ahora frívolas; la televisión, que puede ser un instrumento de educación extraordinario, se ha convertido en eso que algunos llaman muy bien 'telebasura'. Y hay gente muy interesada en ello, en que sea así. En el fondo esto no es nuevo. Ya en la época de los romanos se daba la política de 'pan y circo'. Un golpe genial de las sociedades modernas ha sido convertirnos a todos en actores. Todo hoy es un gran escenario: es la panacea universal, porque ha hecho que todos estemos interesados en aparecer como actores. Y desvelamos nuestra intimidad sin pudor, se relatan miserias morales y físicas, porque pagan por ello, vivimos en un mundo que se ha convertido en un espectáculo bochornoso, en el que se muestra en directo la muerte, la humillación..."
Los informativos, las telenovelas, los programas de "reality" o como se llamen, los anuncios sobre la contratación de fulano o mengano en tantos millones de esto o lo otro, no son sino parte de ese espectáculo donde todos quisiéramos convertirnos en un Messi, Ronaldo o cualquier actorzuelo de cine; lo que queremos y perseguimos es ser protagonistas; así sea de la muerte, como cuando a los terroristas se les ocurre sacar una pistola o una bomba y acabar con la vida de otros porque, están seguros, que serán noticia y les servirá de propaganda, aunque sea después de muertos, son sus segundos de gloria.
Lo mismo se hace en las universidades, ya no es suficiente ser un simple y mortal licenciado, hay que ser "magister", "doctor", no importa que no implique conocimiento alguno, la cuestión es la imagen, que es lo que se vende.
Y, aunque usted no lo crea, las redes sociales son parte de la trampa aunque haya muchos que, sinceramente, quieran aprovechar esos medios para destapar la desinformación y, por consiguiente, la alienación al consumismo, al espectáculo, a la banalización. Por esto hay que leer cuidadosamente lo dicho por el Nobel portugués.
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