Cuando empezaba a puntar esto de la igualdad, sospechábamos que de algo más se trataba y todo quedaría en demagogia o especulación simple y llana; el tiempo, en cierto modo, nos ha dado razón. Porque por mucho que se hayan esforzado algunas mujeres por intentarlo, han sido más los factores de distorsión que se han colado: féminas machistas, desorientados sexuales y hasta pervertidos.
Y no es que el mundo no apunte hacia la igualdad. No, lo que pasa es que mientras vivamos en un sistema económico mercantilista y atados al consumismo; mientras se echan loas a la equidad se impone la propaganda donde la mujer, o el hombre, no es más que objeto y, por tanto, se disminuye su integridad y se puede llegar hasta la discriminación y el racismo, como ha ocurrido con la reciente elección de Mis América que recayó en una descendiente de los verdaderos americanos: los nativos; pero que no es del agrado de los,dizque, blancos.
Por lo demás, si bien hay un excesivo machismo en algunas sociedades no podemos desconocer tampoco que en otras sociedades, como varias de las nuestras, lo que se vive, en los hechos, es un matriarcado, no sólo de la mano de las chicheras, verbigracia, que han creado toda una industria y un carácter sino también, quién lo dijera, en el transporte donde se puede ver no sólo a mujeres conduciendo todo tipo de vehículos sino también acompañando a sus asalariados pues la dueña del negocio es ella, además de las comerciantes que abundan por doquier.
Y es que esto de la equidad, la justicia o la igualdad, siendo una teoría, tiene que ajustarse a la práctica que es donde más dificultades se encuentra porque la diferencia sexual no se limita a los órganos reproductores sino a la mentalidad y la forma de encarar la organización social. Y la justicia no es la preeminencia de esto o aquello sino la relación pacífica entre las diferencias.
Otra cosa que nos hizo sospechar desde el principio sobre la autenticidad de la corriente, fue que venía de la mano de la politiquería criolla y mundial; esa distorsión de la política que nos hace pasar por negro lo que es blanco y al contrario, sólo con el fin de continuar con sus negocios, su dominio, sus sistema de explotación, marginalidad y racismo.
Si bien muchos individuos pueden estar maduros para establecer definitivamente la equidad de género, se ve que no es lo mismo en las instituciones, los gobiernos encubiertos y en río revuelto, ganancia de pescadores.
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