domingo, 15 de septiembre de 2013

DÍA DE LA HIPOCRESÍA

Todos los días sobre tantos y cuantos deberían ser sustituidos por uno solo: el día de la hipocresía. Porque, aparte del consumismo, no otra cosa significa preocuparse o dedicar un día al ambiente, a la paz o lo que fuere, mientras los otros 364, hacemos exactamente todo lo contrario a sabiendas o por ignorancia.
Si no hacemos llegar una tarjeta a la enamorada, a la novia, a la esposa o la amiga, en tal o cual día, teniendo la oportunidad de un encuentro personal y un abrazo, o no, más directo; no estamos cumpliendo con el mercado y, por tanto, no vale. Llega a tal punto la alienación al consumismo que hemos visto cómo muchas personas aunque van personalmente a buscar a otras, llevan su tarjeta adjunto, como si sus palabras y su propia presencia no fueran suficientes.
¿Qué más sincero y espontáneo que decirle a una persona lo que se siente en forma directa y sin intermediarios? ¿O manifestar nuestra adhesión al ambiente con una protesta pública sobre la actitud hipócrita y subversiva de las autoridades que, para tal o cual día, instalan potentes altavoces para contaminar el entorno? ¿Cómo hacerles creer a los niños que nos preocupamos por ellos cuando hacemos lo mismo en las "horas cívicas" o para congratularlos? ¿Qué solidaridad es esa que se expresa en un día y se olvida en los demás?
De esta manera ya no resulta toda una contradicción que los premios Nobel de la paz, verbigracia, sean a militantes de la guerra y de su comercio. Y no nos referimos sólo a Obama, puesto que hay otros ejemplos anteriores; a tal punto, que una ministra, en cierta ocasión, dijo refiriéndose a uno de sus homólogos que si no merecía ese premio, se le debería conceder el Oscar de la academia y la historia le ha dado la razón: Merecía el Oscar y no el Nobel.
Es el mismo premio que se merecen muchos de los propulsores del día de tantos y cuantos y habría no sólo que premiarlos por su actuación sino también castigarlos por su hipocresía, escarnecerlos por tratar de engañar a todos; se trate de la amistad, la juventud, el amor, la tierra, la ecología, la basura, la vida, el aborto, la tercera edad o, finalmente, el día de la suegra.
Juntar todos esos días en un sólo día de la hipocresía, al menos, nos ahorraría recursos y evitaría tener que sufrir lo contrario de lo que se propone alienándonos al materialismo del mercado.
Y las redes sociales hacen lo mismo  con el "me gusta".

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