sábado, 7 de septiembre de 2013

A LAS PATADAS

Aunque es en el sentido más amplio y menos estricto; al hecho es que, una vez más, el enfrentamiento entre sectores de la universidad se vuelve a dar.
Si antes de ayer fue la UMSA o la UPEA, universidad alteña, ayer fue la UMSS en una de sus Carreras que, en verdad, no llegó a las manos o las patadas sino a las pedradas, los garrotazos y el uso de artefactos explosivos e incendiarios, con los que se enfrentaron dos grupos que, curiosamente, se dedicaron más a causar daño al inmueble de la Carrera de Derecho y su mobiliario que, por cierto, estaba casi recién estrenado, que a causar daños entre ellos. Los resultados mismos lo dicen; pese a la duración y la cantidad de gente, apenas 20 contusos menores. Y no es que nos pese el bajo número sino que da para un mejor análisis.
Porque casi lo mismo se dio en en otras universidades, es decir, daños en el mobiliario o los inmuebles, alejándonos de aquella práctica de antaño de enfrentarse a puñetes, de a dos o en grupos, pero que dirimía ciertas divergencias ideológicas que, a decir de alguien, si no se podía introducir por la razón de las palabras, había que hacerlo por la fuerza de los puños.
Por lo tanto, no es primera vez que sucede y tampoco seguramente será la última; ¿pero daños materiales? Lo que nos lleva a concluir que no se trata de discrepancias ideológicas o incluso partidistas sino a ventralidades que se fomentan desde la cátedra o desde fuera; pero que no pasa de eso: ventralidad.
Por eso es triste referirse a estos episodios recurrentes. Donde era era común la discrepancia, el debate, la discusión ideológica hoy apenas quedan cenizas y los que se mueven en los ambientes de "las ciencias", son apenas ganapanes que no saben qué quieren o a dónde van; porque hasta la misma carrera se ha vuelto una competencia por quien acumula más títulos y vanidades que conocimiento o tecnología y el hecho de que nuestras "mejores" instituciones no figuren ni siquiera entre las primeras 300 del ranking que se maneja internacionalmente, es ya un mal signo pues, antes, se buscaba las aulas nacionales incluso desde el exterior.
Total: Ahí está el avance de nuestras universidades: A las patadas.

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