Uno de los argumentos, o sofismas, manidos de las autoridades cruceñas y parte de la población es que si el actual gobierno no actúa efectivamente, la ciudad de Santa Cruz se puede volver la Juárez mexicana por la inseguridad y los ajustes de cuentas.
Lo que nos lleva a recordar aquella fracasada persecución en contra del capo máximo de la mafia italiana y donde se vieron involucrados cientos o miles de abogados, jueces, fiscales y muchos otros "personajes" sólo para concluir que era mejor dejar todo como estaba pues los vínculos entre la "nostra" y la política y, por ende, la ciudadanía en general, amenaza desnudar todo un vergonzoso escenario.
Porque en la ciudad oriental boliviana era de público conocimiento el que algunos de sus ciudadanos estaban involucrados en el narcotráfico y ostentaban mansiones o automóviles lujosos ante todos y lo que habría que preguntarse es:¿cómo y por qué la indiferencia se hizo, incluso, complacencia? Porque deben haber factores que, como en Italia, levantaron un manto de impunidad en torno a algunas actividades y sería bueno investigar cuáles pues la historia contemporánea nos enseña cómo, en el mundo, la "guerra del opio" sirvió para consolidar un imperio o cómo el lavado de dólares salvó de la quiebra a los bancos más "prestigiosos" o, la droga misma, para financiar operaciones encubiertas en contra de los intereses de algunos pueblos.
Que el gobierno tiene que garantizar un ambiente se seguridad, es indiscutible; pero que no se puede alegar inocencia en algunas etapas de la historia, es igual. Lo contrario no es otra cosa, que echarle la culpa al empedrado.
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