miércoles, 24 de abril de 2013

EL THATCHERISMO CONTINÚA

En Francia muchísimos ciudadanos salieron a protestar contra el parlamento pidiendo soluciones y no matrimonio de homosexuales. Y, probablemente no es que estén en contra de las minorías y las "rarezas", por decir algo, sino que exigen que los políticos se dediquen a cumplir sus funciones y no a distraer a la gente.
Y no es que se salgan del libreto los franceses legisladores sino que, al contrario, lo están cumpliendo muy bien; porque de acuerdo a la política que inauguró la "dama de hierro" para sojuzgar al mundo e intentar recuperar su espíritu victoriano, incentivó no sólo la atención de las minorías o la corrupción de los sindicatos sino que hizo que la izquierda y la derecha aparecieran socialistas por esa atención o exacerbación de los derechos de unos pocos en contra del bien común, de la colectividad y de la propia esencia del socialismo.
Y tan bien lo hizo que no únicamente los partidos tradicionales o nuevos de la politiquería europea se alienaron a la política distraccionista de la Thatcher, sino que también en la América Latina la izquierda asumió esas obligaciones con un servilismo que va más allá de toda ideología y por eso es que muchas de las acciones "izquierdistas" no son sino una ratificación del neoliberalismo empujado por Reagan y la Thatcher. Y los ejemplos de la Argentina, el Uruguay o Bolivia son más que patéticos con sindicatos cuestionados, tiranía de minorías sobre el sentido común o el relevo del usufructo de la burocracia, con las mismas mañas o artes de la "clase política".
Y mientras haya thatcherismo, nunca sabremos dónde termina la derecha y empieza la izquierda o si el mundo debe ser sacrificado en el dilema.

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