Una de las grandes contradicciones del modelo neoliberal fue que mientras se instaba a: exportar o morir, también se afirmaba que era mejor comprar que producir, algunos de los artículos básicos.
Hoy las cosas tienden a cambiar y varios gobiernos se están preocupando no sólo de producir lo que consumen sino de mejorar la balanza de importaciones y exportaciones.
Algo que ya en la década de los cincuenta se recomendaba pero que el gobierno de la "revolución nacional" echó completamente por tierra al encadenarnos no únicamente a la importación de alimentos sino también a la "donación" y que, además, dio paso a la corrupción galopante de los "compañeros" que, de la noche a la mañana, aparecieron como queriendo hacerles sombra a los mismísimos "barones del estaño" a quienes decían odiar ideológicamente.
Si de algo hay que acusar a quienes enarbolaron las "banderas de abril", independientemente de las vidas que truncaron, las que persiguieron con saña y desterraron a voluntad y capricho, es el de haber desmantelado toda esa infraestructura que podía hacer posible que Bolivia se convirtiese en una potencia latinoamericana, junto a Brasil y la Argentina, que también sufrieron, como nosotros, los vaivenes de la política del Departamento de Estado de EEUU; porque nuestra patria, a diferencia de muchas otras, tenía varios de los factores que se indicaban de crecimiento, como: ahorro interno, paulatina sustitución de las importaciones por exportaciones, tecnología básica, control del mercado interno y autoabastecimiento. Todo se sacrificó en el altar de la dependencia por los "revolucionarios" no sólo movimientistas sino también marxistas y trostkistas que cogobernaron con el "libertador económico, en una no curiosa alianza capitalismo-comunismo, de la que sólo los encargados de la política norteamericana eran ciegos de conveniencia y, por ello, seguían "subvencionando" la "revolución", junto a las cárceles y campos de concentración.
No hay mejor axioma que producir lo que se consume, en este o cualquier tiempo. Ojalá nuestras autoridades así lo comprendan y procedan en consecuencia, ahora que el mercado es más una amenaza que una esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario