Uno de los males de los llamados "nuevos ricos" es la ostentación; sea una fortuna lícita o lo contrario, lo primero que se hace es mostrarla, a través de actitudes, en verdad, que muchas veces llegan al ridículo.
Cuando muy bien esas riquezas mal o bien habidas podrían servir para hacer nuevas inversiones e impulsar un mayor crecimiento en el país. Si, por ejemplo, todo el dinero destinado a la "agroindustria" en el Oriente, se hubiese dedicado efectivamente a crear eso, no sólo que tendríamos un rubro sumamente productivo sino que no tendríamos que lamentar ese despilfarro criminal que se ha dado en bacanales, borracheras, coches de lujo y, menos, en mansiones ostentosas. Pero el dinero público destinado al privado tuvo en gran parte ese destino y lo mismo está sucediendo ahora con todo aquello que produce riqueza: el contrabando, el lavado y otras actividades que si no están en plena ilegalidad la rozan permanentemente.
No se crean nuevas industrias y, a lo mejor,se destina el dinero al comercio puro y simple o, lo que es peor, al contrabando o la explotación humana, como la venta de piratería. Es decir, no se trata de introducir el dinero en la economía formal sino en la clandestina, subversiva, informal, por no calificarla de algo más truculento.
Los vehículos de lujo o los simples utilitarios hacen la diferencia; mientras en las ciudades las marcas renombradas ya no son algo excepcional; en el área rural ha llegado a tal punto la posesión de un coche que los "varayoj"; o sea los que tienen autoridad y llevan una vara de símbolo, ya no son así denominados sino los "autoyoj" que, generalmente, son vehículos introducidos por contrabando y sin papeles. Y lo mismo ha estado sucediendo con el manejo del presupuesto edil: lo primero, equipos de imagen y sonido; luego, automóviles y sólo finalmente, infraestructura sanitaria o de otra índole.
Y mientras no cambiemos esta tendencia de dejarse llevar por lo superficial y la vanidad; estaremos siempre invirtiendo menos en lo importante; sea personal o socialmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario