viernes, 21 de septiembre de 2012

TIRANOS Y TIRANUELOS

La América Latina y el mundo están casi plagados de tiranos y tiranuelos. Y no nos referimos a los que se encuentran en los palacios sino en la vida cotidiana, en la administración, en las tiendas, en los mercados.
Porque actúan como tiranuelos no únicamente los dirigentes sindicales de determinada rama como la salud o la educación sino también los especuladores, los que ocultan mercadería en detrimento del consumidor o los nostálgicos que siguen descubriendo lo que dijo o no el propulsor del fantasma que recorrió el mundo y se apagó como fuego fatuo.
En México, por ejemplo, se dio el caso de una maestra de escuela dirigente de su sector que apareció con alrededor de 3 decenas de millones de dólares en su cuenta y explicó, toda oronda, que era sólo su salario; lo mismo ocurrió con otro dirigente que tiene una fortuna más o menos similar y que, incluso, fue puesto a disposición de la justicia, lo que no impidió que sea reelegido y, por tanto, goce del "fuero sindical", que es una suerte de trinchera de la corrupción.
También en los países detrás de la "cortina de hierro" hubieron y aún continúan nuevos ricos que, contrariamente al discurso de Marx o de Lenin, hicieron del becerro de oro su ídolo y su contribución a la caída del régimen ha sido espectacular y continúan usufructuando de su calidad de tiranos o tiranuelos porque no se olvidan del estalinismo que, en su momento, aplicaron y apoyaron.
Lo mismo pasa con esos desconsolados "opositores" que, en su impotencia, se hacen a los perseguidos, a los descontentos por todo y por nada y extienden su tiranía hasta en los medios de comunicación porque negarles su acceso, sería falta de libre expresión o de la libertad de difamar, calumniar o insultar con total desparpajo.
Los tiranos no hay pues que buscarlos simplemente en los palacios de gobierno sino también en la administración, en la economía de mercado, en la ocupación de las universidades y hasta entre los que se apuntan como miembros de alguna ONG, que nos tiene secuestrada la soberanía.

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