Desde la impostura de la "revolución nacional", se viene arrastrando una lacra llamada "loteadores", que no son otra cosa que personas que han hecho negocio de las necesidades y aspiraciones de la gente común o, peor aún, de los desposeídos. Cuando el MNR regresó a la politiquería, de la mano de la UDP, algunas personas intentaron lotear la propiedad de una institución de atención a los niños marginados y tuvimos que acudir a diferentes instancias para impedir el atropello; pero no faltó la sorpresa de descubrir que el líder de la banda, pues eso era, no sólo fungía de funcionario público de la Prefectura del departamento sino que contaba con un largo historial y también propiedades en casas o lotes por doquier, es decir, por donde iba a usurpar propiedad ajena.
No era pues ningún dirigente de los sin techo, sin propiedad o lo que fuera sino de los sin vergüenza; que, infelizmente, se ha extendido por una serie de actividades, entre ellas, el sindicalismo, que habría que entrecomillar para diferenciarlo del excepcional que todavía queda en servicio gremial; pero lo más lamentable es que la plaga alcanza a las "cooperativas" que han aparecido como tales sin serlo y usurpando funciones y atribuciones en beneficio de unos pocos que aparecen como "dirigentes" o administradores y, en los hechos, no son más que explotadores vulgares y silvestres; los ejemplos los hallamos tanto entre los mineros, que reciben una serie de beneficios del gobierno, como entre los que deciden apoderarse del dinero ajeno de la forma más directa: haciendo una cooperativa de ahorro.
Por el momento no se puede hacer nada, porque son las propias "cooperativas" que salen en defensa de una opción de organización económica que no puede tener este pésimo uso; lo que está sucediendo con las "cooperativas" telefónicas en Bolivia es apenas una muestra de cómo los loteadores han variado de rubro de explotación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario