El clan no sólo ha sido una organización importante en la formación de la patria, la nación o el Estado sino que, últimamente, se está dando también en la delincuencia o en la búsqueda del poder por el poder.
Se habla, por ejemplo, que el problema de los mineros, en realidad, no responde a ninguna de las percepciones del gobierno o del ciudadano común sino a un trasfondo donde ocho familias controlarían las "cooperativas" que, lógicamente, no son tales sino simples fachadas en que se esconden los pocos miembros filiales que se reparten las ganancias mejor que los antiguos potentados de la minería y que, en algunos casos, se ha satanizado en extremo.
Lo mismo está sucediendo en el narcotráfico desde hace un tiempo y, en el caso boliviano, no son las organizaciones nacionales o internacionales que manejan el negocio sino los clanes que han incursionado en el delito de manera organizada. También en la delincuencia común se da este caso y ya no resulta ninguna sorpresa que una madre de familia sea la cabeza de una organización de asalto, secuestro y robo a mano armada que ha sido desbaratada no hace mucho y es apenas un caso entre varios.
También entre los "loteadores" se habla de familias que se han dedicado al negocio de la usurpación de la propiedad privada y todavía está por descubrirse esa amplia red de lavado de dinero que, de la noche a la mañana, ha creado un "boom" de la construcción en varias ciudades y amenaza con convertirse en una burbuja inmobiliaria con efectos similares en la economía nacional, como la que se ha dado en otros países.
De otra parte, en los mercados locales y nacionales son los clanes que controlan la propiedad de ellos por encima de las funciones y atribuciones de las autoridades pertinentes y es, quizá, uno de los efectos más perversos sobre la economía pues desencadena no sólo el acaparamiento sino también la especulación y el ocultamiento con fines ilegales.
De la participación de la familia en la construcción, hemos pasado a lo mismo en la destrucción de la sociedad organizada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario