lunes, 3 de septiembre de 2012

¿CONVICCIÓN O HIPOCRESÍA?

Desde que se creó el "día de ...", para distraer a la gente, lo mismo que las ONGs, lo del ambientalismo, la ecología, la defensa de derechos o muchas cosas más; tienen un olor más bien a hipocresía que a convicción.
Y no lo decimos, por ejemplo, por la costumbre de las autoridades ediles de hacer grandes discursos sobre defensa del ambiente y lucha contra la contaminación, por medio de altos decibelios de sonido que emiten los equipos que contratan para hacer oír sus voces o, supuestamente, brindar diversión o entretenimiento o porque muchos desocupados parecen defender, más que la ecología o lo que fuere, el salario que reciben como integrantes de sus ONGs sino porque lo que se ve en las calles tiene signos preocupantes.
Verbigracia; mientras los componentes de la burocracia municipal quieren que todos los perros no sólo lleven nombres sino hasta apellidos y placas, los vecinos mantienen a sus canes como esclavos o elementos de vigilancia sin derecho a protección y comida y, apenas termina la noche, los echan a las calles para que busquen sus sustento. Del mismo modo, aunque se han dispuesto unos feos y malolientes basureros en las calles, la gente prefiere dejar sus bolsas de basura alrededor que destaparlos y hacer lo conveniente. También en la vigilancia del comercio, se hace mucho espectáculo por medio de las cámaras de televisión que dan cuenta de cómo se clausuran locales de venta ilegal de alcohol y se elimina el mismo a través del alcantarillado, mientras los comerciantes de los mercados continúan haciendo de la especulación su modo de vida o del contrabando y la piratería su herramienta de trabajo.
Y todas estas contradicciones se perciben mejor en el día destinado a disminuir la contaminación, es decir, el día del peatón, donde no sólo que aumenta el comercio informal e inseguro sino que se puede ver la superpoblación canina o las pésimas costumbres de los "ecologistas".
No hay que forzar mucho las cosas para pensar que más parece una actitud hipócrita que por convicción; tanto en los de arriba como en los abajo. Y mientras continúe de ese modo, no hay remedio; para la frustración de quienes somos ciclistas del día a día y no de un día al año.

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