Se está haciendo una costumbre que los violentos nos salgan con que son pacifistas y no agresivos, a veces, hasta el extremo. No sólo ha pasado con los bloqueadores de caminos o los manifestante diarios de nuestras calles que usan explosivos, insultos y agresiones físicas sino también con los policías que, armados y pertrechados, amenazaban la institucionalidad "pacíficamente".
Es también lamentable que, pese a disposiciones internacionales, se siga usando a los niños, las mujeres embarazadas o los ancianos en fines de pura violencia, por mucho que se lo haga so pretexto de reivindicar algo; es un tema recurrente que, después, se usa en contra de la ley, de la institucionalidad o el gobierno, haciendo aparecer a los transgresores como víctimas.
Que la cuestión fuera causal pasaría; pero como decimos se está haciendo una costumbre. Desde los universitarios que salen a las calles armados de piedras, garrotes e insultos, hasta los loteadores que desafían abiertamente el orden establecido y un amplio abanico de acciones que no únicamente violan el estado de derecho sino hasta el mismo sentido común. Es lo que pasa, para citar un ejemplo, con los campesinos que invaden tierras en las ciudades so pretexto de su derecho de acceder a una vivienda, cuando lo que debieran hacer es asegurar su identidad, poner un poco de sentido común en el ambiente y, por tanto, promover una campaña de regreso y recuperación del agro que saque de la alienación civilizadora a tanta gente que no encuentra otra cosa que frustraciones y penas en los barrios marginales, en el desempleo o el subempleo y, en lo que es peor, en la pérdida de identidad sin posible adopción de otra.
Y lo curioso es que todo esto pasa en momentos en que más demagógica que realmente, se habla de la "madre tierra", de la Pachamama, del "indígena-originario" y otros sofismas y eufemismos que nos hacen más presas todavía del mundo del consumismo al que todos quieren entrar aunque juren que están en contra de la economía de mercado, la especulación o la avaricia.
Y así como se usa la violencia para la "reivindicación", olvidando que, como dijera Juárez, "el respeto al derecho ajeno es la paz"; así también se alzan como dirigentes personas cuestionadas moralmente, incluso, con prontuario policial o involucradas en negociados que está en contra del bien común, de la decencia y de la ética y hay una nómina larga para dar ejemplos donde están "sindicalistas", "ambientalistas", "ecologistas", "socialistas", "antiliberales", "políticos", "analistas" y muchas otras yerbas más.
Y tampoco faltan los que echan leña al fuego, los que confunden olímpicamente complicidad con solidaridad o los que quieren pescar en río revuelto a título de opositores, críticos o lo que fuere.
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