En la Universidad cruceña, los candidatos a Rector y Vice Rector han anunciado que para el cierre de sus campañas, contratarán artistas internacionales pues los universitarios "se merecen" esas atenciones; aunque es insulso saber que el costo de estas campañas supera los 100.000 dólares americanos, por aquello de la "inversión" en la democracia de mercado que usamos; lo que sí hay que preguntarse es: ¿Candidatos a qué son los postulantes?
Porque si fueran a la dirección de una importante institución de formación de profesionales, de investigación científica y tecnológica y de estímulo a la conciencia nacional, entonces, estamos perdidos porque, hasta ahora, ni un solo planteamiento con referencia a esos temas se les ha escuchado y tampoco sus más inmediatos seguidores, entre los estudiantes, saben a dónde van o qué quieren. Aunque el hecho no es singular pues se ha presentado también en Cochabamba, con gran despliegue de contaminación acústica y profusión de bebidas alcohólicas y se habría dado en otras ciudades; por mucho que se hable de certificaciones, títulos o lo que fuera, queda desde hace tiempo pendiente la asignatura de la universidad boliviana con respecto a su pueblo: La investigación de la ciencia y la tecnología que sólo muy excepcionalmente se da y que es tan difícil, incluso, percibir que pasa sin los bombos y platillos que acompañan las campañas de sus principales aspirantes a dirigir el "alma mater" que, dicho sea de paso, se ha convertido en una triste figura de hedonismo, consumismo y muchos ismos.
Lo peor de este ambiente de declinación o retroceso de la universidad respecto a su pueblo, es que se halla en manos de grupos oligárquicos que se suceden hasta partidista o familiarmente en sus administraciones y cátedras; curiosamente, dentro de un aparente entorno de discusión ideológica o de ideas en general "socialistas" muchas veces desvirtuadas por la presencia de grupos fascistoides, al estilo de la definición de la simple violencia por la violencia, denominados, según las circunstancias, trotskistas o marxistas.
Hay tanta vacuidad en los actuales campus universitarios que el acartonamiento ha hecho presa de los más de sus componentes que no sólo buscan el "cartón" por el cartón sino que han acartonado (ponerse rígido y seco como el cartón) su intelecto o personalidad. Ahora cualquier ignorante es "magister" como confirmando la sospecha nacida en pleno nacimiento del siglo XVI, cuando se advertía que la ignorancia se estaba titulando.
¡Qué pena que estos candidatos de la juerga, el despilfarro y la vacuidad, tengan en sus manos el futuro nacional, en uno de sus sectores críticos: La ciencia!
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