domingo, 3 de junio de 2012

¿ÚLTIMA REUNIÓN?

Se acaba de instalar la cuadragésima segunda reunión de la OEA que, para muchos, puede ser también la última porque no ha cumplido su papel para con la comunidad iberoamericana y, por el otro lado, sí para la hegemonía de los EEUU, que no sólo es una gran contradicción sino la expresión de una realidad a la que no podemos escapar ni desconocer.
Si la OEA hubiese cumplido con las naciones latinoamericanas, no habría habido necesidad de crear otros instrumentos de integración como los presentes CAN, ALBA y otros sino, incluso, como los del pasado como el Acuerdo de Cartagena que tampoco supo traducir lo que nuestros pueblos piensan y quieren.
Y, paradógicamente, esta última reunión va a debatir una cuestión que ha pasado desapercibida para el común de la gente como instrumento de intervención e intromisión: la provisión alimentaria o, lo que ahora se tratará, la "seguridad alimentaria" o "soberanía alimentaria". Porque lo primero que ha hecho la dependencia en América Latina ha sido cancelar el autoabastecimiento e infiltrar su propia industria para copar los mercados; el caso de Bolivia es tremendamente patético porque de tener un "Granero de Bolivia" y, por consiguiente, autoabastecimiento seguro, pasamos a depender de la "ayuda norteamericana" que se hizo totalmente hegemónica con nuestra alienación al trigo de "regalo" y el desmantelamiento de toda la agropecuaria de los valles que era donde se asentaba la producción principal y está también la cuestión de la industria brasileña o argentina que pasaron a depender de las patentes o "know how" de las transnacionales para comercializar su producción tradicional.
En el desván de los recuerdos de esta institución títere quedan infinidad de problemas no resueltos, como la reivindicación marítima de Bolivia o la impunidad de una gran serie de gobiernos y gobernantes ilegales que tuvieron todo el apoyo para instalarse en los países respectivos y caracterizarse por lo que, teóricamente, era uno de los objetivos constitucionales: la defensa de los derechos humanos y la igualdad; curiosamente, también de consideración en la presente asamblea.
Si se cancela la OEA los países latinoamericanos ganan, por mucho que el Pentágono y el Departamento de Estado estén ejecutando ya nuevos planes para recuperar su poder coercitivo y hegemónico, lo que no quiere decir tampoco que los Estados Unidos de Norte América quede al margen sino que intervendría en las mismas condiciones que los otros, con paridad de votos, sin veto y sin chantajes.
Estamos pues a las puertas del que puede ser al último acto de un organismo creado como palanca de la hegemonía y no como un instrumento de integración; la historia, la verdadera, ya se encargará de recoger toda esa tramoya que se montó en diferentes escenarios para excusar o justificar intervenciones armadas, invasiones, intromisiones, gobiernos tiránicos, operaciones de conculcación de derechos humanos y usurpación de recursos naturales y hasta humanos.
El futuro dependerá de que los nuevos instrumentos de integración sea eso y no otra cosa; porque sólo donde hay igualdad puede haber respeto y, por tanto, esperanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario