Muchas veces, especialmente en época preelectoral, escuchamos que los candidatos nos hablan de los nuevos retos que asumen o dicen asumir; pero lo cierto es que hace demasiado tiempo que sólo vemos que se crean nuevas vetas de explotación de la miseria humana.
Porque una vez instalados en el poder, en esos palacios de la omisión y la molicie, se olvidan de todo y sólo se preocupan de sus propios bolsillos; claro que no ocurre solamente con ellos sino hasta con los dirigentes sindicales.
Así, tenemos dirigentes sindicales, por ejemplo, en México, donde aparecen con fortunas valoradas en muchos millones de dólares y, en el caso de Bolivia, se ha hecho una fea costumbre quedar indefinidamente en los directorios para gozar de una serie de beneficios como las cuotas que pagan todos, estén de acuerdo o no, hayan votado por ellos o no, y se complementan con los viáticos, las comisiones y una serie interminable de nuevas vetas de explotación que terminan por distorsionar completamente la lucha sindical de los agramiados.
No hay pues nuevos retos sino nuevas vetas; peor todavía cuando el "fuero sindical" amplía las opciones de enriquecimiento ilícito y de corrupción permanente. Mientras tanto, los sin voz, los sin techo, sin trabajo, sin pan y un largo etcétera siguen esperando que alguien se acuerde de la moral y las buenas costumbres y la lucha por el bien común.
De este modo, hay que darles toda la razón a los indignados de España, a los del prohibido prohibir de Francia y a todos quienes piensan que los políticos son parte del problema y no de la solución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario