Parece que es general el reclamo de los indignados de España. Los gobernantes ya no nos representan y no sólo son instrumentos de pequeños intereses sino de los organismos financieros que no tienen otro norte que sus propios privilegios.
Tanto se trate de gobiernos de derecha como de izquierda la ilegitimidad, la falta de representación y hasta la ilegalidad está causando esta frustración colectiva que se extiende por el planeta y que ya se manifiesta en algunas ciudades con movimientos que no se pueden desconocer ni pasar por alto.
Y los nombres de esos gobernantes hacen una lista interminable que puede empezar, por dar un ejemplo, con Berlusconi y terminar con Gadafi y entre los que hay que incluir lo mismo las naciones que se creen desarrolladas como las subdesarrolladas; las pobres o ricas, las invasoras o las invadidas.
En la percepción de este fenómeno de frustración y reclamo de representatividad no hay que olvidar que hace décadas o siglos, la política ha sido sustituida por la politiquería, es decir, por su distorsión porque de la ciencia y el arte de gobernar para el bien común, para el Estado, los gobiernos se han hecho simples usufructuarios, en unos casos, o intermediarios de grupos pequeños de especuladores, de avaros, de especímenes materialistas que niegan la propia condición humana.
Si ya no nos representan tampoco, entonces, es válido ya el sistema de la democracia formal; de esa otra distorsión que se ha estado manejando desde el mercado y que sólo estaba al alcance del dinero y alejado de las ideas, de la ideología, del programa de gobierno; para convertirse en soez reparto de la burocracia y de los feudos de la corrupción y la impunidad. Una razón demás para preocuparse por lo que viene sucediendo en el mundo entero, porque no se tiene soluciones a la vista, porque todavía no hay los líderes suficientes para dirigir el cambio, porque todavía muchos no se han dado cuenta que todo sigue igual, pese a la demagogia del cambio, a la oferta de revoluciones o la hueca palabrería.
Hay que crear la nueva representación; hay que buscar nuevas opciones de gobierno, hay que renovar las ideas y las ideologías.
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