He escuchado decir a un historiador, que el actual gobierno es parte y consecuencia del MNR. Podríamos responder diciendo: con razón está fracasando; pero el quid de la cuestión está en la forma superficial con que se mira y escribe la historia y la ausencia casi absoluta de una interpretación correcta de ella, de la verdadera.
Porque, al parecer, estamos condenados al círculo vicioso de promesas y fracasos porque no recogemos las enseñanzas de nuestro pasado. De una parte, están aquellos que reivindican su ancestro español y repudian todo lo que tenga que ver con lo indio; de otra, los que hacen lo contrario y no quieren saber nada del blanco.
Pero la historia nos enseña, la real, que ninguna de esas posiciones es ni sabia ni concreta; porque si atendemos a la cosmogonía andina, no hay por qué renegar de los blancos porque de ellos venimos y ellos nos prometieron regresar, sean atlantes o lo que fueren. Ahora, tampoco la imposición invasora de la cruz y la espada tiene que ver con nuestro futuro porque el mismo descubrimiento es un hecho no sólo cuestionado sino vergonzoso por varias circunstancias.
Lo que nos falta es hacer lo que antes se hacía: escuchar. Y, entonces, podemos no sólo empezar a redescubrir nuestra historia sino también a percibirla mejor, deshaciéndonos de sofismas revolucionarios y otros; porque si habría que colocar la rebelión indígena como premisa, no sólo estarían Belzu, Melgarejo y otros sino también Tupac Amaru. Tupac Katari, Pagador y algunos más.
Lo lamentable es que si tenemos esa clase de historiadores; Dios nos libre de nuestra historia.
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