A veces hasta da risa la "inventiva" que tienen algunos para seguir con el negocio de la guerra. La acusación sobre uso de viagra y violaciones en Libia sería realmente jocosa, de no ser la tragedia que encubre.
Pero varias industrias del mundo se han creado y sirven la guerra; ahí está la farmacoquímica, la del acero y hasta la nuclear para no reparsar todas, porque el enfrentamiento bélico sigue siendo no sólo el mejor negocio sino también la mejor forma de ocultar las intenciones malévolas de personas e instituciones.
Con tanta mentira que nos ha llevado a la guerra no parece raro que también, ahora, la pobreza, la marginalidad, el hambre, las enfermedades, se hayan convertido en nuevas vetas de explotación de los ricos en contra, precisamente, de quienes dicen representar o defender.
Y, sin embargo, lo mismo en España o cualquier país europeo, asiático o latinoamericano, la gente no se siente representada o ve a la "clase política" como parte del problema y no de la solución; no es pues raro que la iniciativa de los politiqueros del mundo sea fecunda para defenderse y seguir mintiendo, usurpando y engañando a propios y extraños.
Si ayer fue la pólvora, luego la energía atómica y ahora la guerra química o bacteriológica; el mundo pareciera que no tiene salida, porque la estupidez gobierna desde hace siglos y la inteligencia tiene que retroceder porque la barbarie está bien armada y tiene los medios suficientes para seguir simulando que lo hace por el bien de alguien o de todos.
Ningún enfrentamiento armado se excusa siquiera; pero sigue siendo el objetivo de muchos gobernantes para, supuestamente, mantener su hegemonía. La del mal sobre el bien.
Bueno fuera que tanta iniciativa o inventiva se usara en buscar los caminos de la paz y la concordia.
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