En sus inicios, la Fiesta del Gran Poder no era sino una pequeña fiesta de barrio que se circunscribía a dos cuadras a la redonda del templo donde estaba la imagen del Señor que se caracterizaba por tener tres caras, una dirigida hacia el frente y las otras a los costados, de modo que siempre tenía uno la sensación de verlo cara a cara.
Desde entonces ha corrido mucha agua bajo los puentes y la fiesta en sí arrastra una característica que ha gozado desde siempre: el excesivo consumo de bebidas alcohólicas y que se debe a la largueza con que se manejan los patrocinadores o prestes del acontecimiento.
No todo es religión, si hay que aceptar que la fiesta tenga esta característica, porque alrededor de quienes organizan y viven esos días existían ya, y seguramente siguen existiendo, ligazones económicas que se analizaban y solucionaban mientras se saboreaba un plato de fricasé en uno de los restaurantes de la vecindad. La unidad en torno a los negocios, los más dedicados a la venta de electrodomésticos de contrabando, era fuerte y constituía la base de la organización.
Eso produjo la insurgencia de otros personajes en el ambiente económico, desplazando la calle "honda" y otros centros comerciales dedicados a la importación de una serie de artículos y debe tener también su influencia en esa "arquitectura" que se está dando en la ciudad de El Alto y que se ha dado por denominar los "cholets" cuyos dueños, al parecer, son gente dedicada al negocio que comentamos.
La Fiesta del Gran Poder tiene pues connotaciones muy distintas a las que se pueden encontrar en los carnavales de Oruro o Urkupiña en Cochabamba y tiene un fuerte sabor a movimiento económico y "desprendimiento" de los pasantes que no miden los gastos con tal de satisfacer sus amistades y compromisos.
Que se ligue o no a la fe; es algo escabroso por investigar y tiene paralelos con otras fiestas que, en lugar de ser manifestaciones de sincretismo, decaen en la danza folclórica que se "estiliza" o distorsiona totalmente por el acompañamiento, además, del consumo libre y abundante de cerveza y otras variedades de alcohol.
Hasta ahora, que conozcamos, se han hecho pocos estudios alrededor de esta fiesta que así como se dice fácilmente que mueve millones, no se sabe si la fe o la devoción también se mueven o simplemente son actores pasivos.
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