EL MAGISTERIO

En cierta oportunidad una amiga me sorprendió al decir: "yo soy maestra; pero no soy del magisterio" haciendo alusión al abuso del término del que se han apoderado los impostores, los usurpadores, aquellos que han distorsionado completamente la labor y la vocación del maestro y que se turnan en el usufructo de la cuotas, pese a que, genuinamente, no representan ni el 15% de los maestro inscritos en el escalafón.
Y es una lástima porque la educación, mientras tanto, va de crisis en crisis, de desmoralización en desmoralización, de frustración en frustración porque las excusas han dejado de centrar el problema real del sistema, precisamente, en el maestro cuya formación es cada vez más deficiente y, por llamarle algo, controvertida; una conclusión que comparten completamente quienes conocen los problemas y saben de educación.
Que es un problema mundial, es cierto; y tanto que en estos días nomas, en México, el gobierno tuvo que suspender un examen para evaluar a los maestros de primaria, porque éstos se lo habían robado y lo estaban distribuyendo como "chanchullo". Pero el problema tiene que tocarnos con más fuerza porque si no hacemos algo realmente positivo, lo que estamos condenando es el futuro.
Por eso es que no entendemos cómo el gobierno actual se empeña en mantener las "normales" sabiendo que es ahí donde se generan sus males y cómo mantiene el sofisma ese del "aval" que deben conceder las direcciones sindicales para la designación de cargos y autoridades cuando se conoce que los dirigentes usufructuarios de las cuotas no tienen moral para avalar nada.
El problema del sistema de la educación es algo difícil de resolver cuando ya no existen más que unos pocos maestros y los más buscan sólo un salario seguro, por muy insuficiente o suficiente que sea y se dedican a otras tareas que, muchas veces, nada tienen que ver con los alumnos, la educación o la profesión.
Por eso es que cada vez entendemos mejor lo de soy maestra; pero no soy del "magisterio" y a esas personas es que hay que rendirles homenaje en un día como hoy que se ha dedicado al maestro, al verdadero y no al impostor, que algunas veces sigue firme en la tarea de enseñar algo y lo hace no sólo con pedagogía y experiencia sino también con el ejemplo.