martes, 17 de junio de 2014

DISPENDIO Y PRIORIDADES

Uno de los eternos problemas de los gobiernos bolivianos ha sido la falta de inteligencia en el gasto público; mientras unos se caracterizaron hasta por la avaricia otros optaron por el despilfarro y ninguno hizo nada saludable para los bolivianos.
Hay toda una historia que, hasta el momento, no se ha recogido no sólo sobre el gasto del erario nacional sino también sobre el aporte de importantes personalidades que no se supo o no se quiso canalizar debidamente. Una agravante surgió de esta falta de decisión de nuestros gobernantes y se nos vino la dependencia; que ya no sólo era política sino que se hizo económica y teníamos que rendir cuentas sobre lo que gastábamos o pensábamos en gastar y conseguir la aprobación de la embajada del norte; tanto fue así que el Tesoro General dejó de ser nuestro y la excusa del financiamiento externo degradó todavía más nuestra dependencia.
Y, conste, que muchos de nuestros gobernantes se dijeron economistas o abogados y, por los resultados, se vio que nada habían aprendido; como el caso del "libertador económico", Paz Estenssoro, a quien debemos lo más cruel de esa dependencia pues fue él que la inauguró y consolidó a través de varios gobiernos, aunque no estuviera presente.
El caso es que, una vez más, nos vemos ante un panorama confuso donde no sabemos si el gobierno optará por el despilfarro o la prelación de obras, especialmente, en lo que se refiere a la construcción de un estadio o de un hospital de tercer nivel en Cochabamba.
Cada quien quiere llevar agua a su molino con ridículas excusas, como esa de los concejales que no es de su competencia construir hospitales o los comerciantes del deporte que creen que se van a beneficiar los jóvenes y niños.
Pero la situación es bien clara y no puede ser soslayada. Cochabamba tiene un estadio que rara vez se usa y llena; mientras necesita urgentemente más hospitales no únicamente de tercer nivel sino también de segundo y otros. Por lo demás, los déficit más crónicos que arrastran nuestros gobiernos están en áreas como la salud y la educación donde no sólo que sigue faltando infraestructura sino sino personal idóneo; que no se tiene porque también la Universidad anda en la confusión de gastar en lo que debe o en lo que puede.
Lo malo es que la cuestión se está está manipulando de acuerdo a los intereses de la politiquería y del sectarismo partidista y, como siempre, el ciudadano común no puede hacer otra cosa que mirar con total impotencia.

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