La explotación de oro siempre ha estado presente en nuestro territorio; ya sea a cargo de transnacionales que casi nunca dejaron nada al Tesoro General, como de mineros independientes que tampoco aportaron más que contaminación.
Pero de pronto nos encontramos que la fiebre del oro ha recrudecido y ya lleva varios muertos y heridos en su haber, porque se disputan unos y otros los yacimientos auríferos conocidos y por conocer.
La pregunta es: ¿Por qué de nuevo la fiebre del oro? Y la respuesta más clara es que da buenas ganancias; no tanto por el precio del mineral en sí sino porque nadie está obligado a nada; ni a pagar regalías o impuestos, ni a no contaminar tierras y aguas con mercurio.
Esta es la realidad que, de pronto, ha reavivado la fiebre y donde los comunarios se han convertido en "cooperativistas" y disputan yacimientos que ya estaban en explotación o quieren adjudicarse nuevas reservas y áreas.
Y es que esto de las "cooperativas", como ya lo comentamos varios veces, sirve para todo, especialmente, para disfrazar sistemas de explotación no únicamente de recursos naturales sino del hombre por el hombre. Se ha denunciado desde hace tiempo, sin que nadie haga caso, que los mineros "cooperativistas" no son más que nuevos patrones con los mismos métodos que ellos criticaban anteriormente; así, mientras los obreros contratados pueden ganar entre 1000 o 2000 Bolivianos o los profesionales entre 5000 y 7000, los "dirigentes" cuentan sus ganancias en miles y, se dice, que mientras unos ganan mensualmente entre 60 y 70000 Bolivianos, otros sacan mucho más o el doble.
De otro lado, las "cooperativas" no están obligadas a tributar el Estado ni a tener sistemas de prevención de contaminación de tierras y aguas; es más, incluso el agua puede ser aprovechada en forma exclusiva sin importar si hay comunidades campesinas alrededor que necesitan para beber y regar sus parcelas.
El negocio pues del "cooperativismo", más que del oro, es lo que está haciendo eclosión y traduciéndose en avasallamientos, enfrentamientos, muertos y heridos; por lo que la presencia policial o de las FFAA no es ninguna solución, mientras no se haga cumplir la ley y se identifique bien a quienes se puede llamar cooperativistas y a quienes simples aprovechadores; pero como estamos en período electoral, no hay ninguna esperanza de que así suceda.
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