miércoles, 18 de junio de 2014

"DESCOLONIZACIÓN"

Es siempre suceptible de varias lecturas, la posición que ciertos revolucionarios asumen en determinados momentos. Sucedió en la revolución francesa, en la rusa, en la mexicana y también en la boliviana, para sólo citar algunos ejemplos.
En el caso nuestro la palabrita revolución acompañó siempre a los demagogos como a los utopistas, a los que querían que nada cambie, como a los que sí querían cambios. Pero no es suficiente querer o intentar sino que hay que sembrar para cosechar y es lo que generalmente no se hace.
Hay furibundos "revolucionarios", militantes del cambio, que lo único que quieren es que cambie de bolsillo el dinero o que todos se vuelvan tarugos como él. Pero de revolución o cambio, no entienden nada.
Hay muchos factores que podríamos indicar para que tal suceda pero nos limitaremos al principal: educación. Que no se limita a saber leer y escribir o tener un grado académico sino a entender realmente las cosas.
Dizque, vivimos un proceso de cambio que se habría impulsado especialmente por los cocaleros, es decir, los campesinos residentes en el subtrópico cochabambino, muchos de los cuales son ex mineros o ex obreros; pero si nos ponemos a analizar un poquito la vida en esa región, podemos encontrarnos con que no sólo los nombres denuncian nuevas alienaciones sino que el consumismo es el que manda. Lo primero que hace una persona que alcanza un nivel elevado de gasto, es demostrarlo yendo al cine, comiendo "pipocas", poniéndose ropa "de marca", haciéndose fanáticos de la comida chatarra, luciendo joyas o artilugios electrónicos o asistiendo a "la disco" o cualquier otro sitio de contaminación acústica y alcohólica. Actitud que alcanza lo mismo a los padres que a los hijos.
Lo que no se hace es cultivarse, es decir, crearse a sí mismo a través del conocimiento, el arte o, incluso, la misma tecnología. No, se usa del cientificismo, se degenera el arte o se compra la tecnología; pero sólo para aparentar.
Hay muchos que militan en las filas de la "descolonización" que son militantes o propulsores del rap, del hip hop, de los piercing o los tatuajes; pero que desconocen absolutamente lo que significa la descolonización o la desalienación y, aunque usted no lo crea, hay ciertos personajes del "cambio" que no sólo que los apoyan sino que los promueven.
Ojalá los gobernantes pudieran hacer un efectivo proceso de cambio aunque sea llevando las aguas a la derecha o la izquierda; pero es lo que menos se ve y, por tanto, la descolonización no es más que un mito.

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