Al parecer la situación en el departamento del Beni puede resolver por medio de la interpretación que le quiera dar al reporte de un "periodista" de una cadena de televisión que, preguntado sobre si llovió o llovía, dijo: "ha llovido en todas partes y en otras no".
Tan evidente es la controversia sobre las inundaciones que no podemos dejarnos llevar por quienes quieren, curiosamente, llevar las aguas a su molino, por mucho que vaya a producir inundaciones. Lo lamentable y condenable es que se use a las víctimas, sus necesidades, sus sufrimientos, para entrar en una polémica que tiene mucho de politiquería y no de política y, lo más lamentable, es que haya personas que entran en el juego.
Lo menos que podemos hacer por quienes sufren, o no, la acometida de las aguas en turbión es respetar su situación y tratar de que se la maneje con responsabilidad y buen criterio pues ya estamos cansados que la filantropía se haya convertido en artículo de propaganda o de manipulación artera por quienes han perdido todo sentido de responsabilidad y de humanidad.
Y así como sucede en el Beni, ocurre también en otras partes donde no sólo se puede percibir el mismo manejo abusivo de la situación sino también la presencia de vivillos que quieren hacer comercio con el sufrimiento de los demás.
El mundo ha perdido el horizonte de su propia conducta, de sus reglas morales, de su ética y es una pena que suceda so capa de evolución, de progreso o avance científico que, en lo más, a donde se nos quiere llevar es a la incredulidad, al ateísmo, al materialismo.
Paradójicamente, es el mismo cientificismo que ya no puede sostener su sofisticación, su engaño, sus trampas y tiene que confesar que muchas de las cosas que suceden en el planeta no las puede explicar porque también ellos han perdido el rumbo; razón demás para desconfiar de las otras cosas, de eso que se hace llamar política, moral o conducta intachable; cuando la realidad, cada día y sólo con lo que puede llegar a las páginas de información, nos agobia con su corrupción y su impunidad. ¿No es lo mismo acaso que mientras cierto diputado español esconde millones en cuentas suizas y sufren los trabajadores, hayan otros que quieren hacer ídem en nuestras tierras y el sufrimiento ajeno?
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