Bajo el sofisma de perseguir una renta digna, el partido de los trabajadores, creado a expensas de la COB, ha iniciado una acción subversiva en el país, que ya no se puede esconder por mucha miopía que se tenga.
Porque, en primer lugar, una renta digna, sólo es posible, sin sectarismo, con solidaridad, dando a los que menos ganan más; pero lo que se pide es absolutamente todo lo contrario pues se quiere obtener, para los mineros, una jubilación con montos que pueden fluctuar entre los 8000 y los 40.000 Bs., mientras fabriles, profesores y demás trabajadores, tendrían que contentarse con rentas por debajo de los 4000 Bs.
En segundo lugar, hay una paradójica confrontación entre sectores, aparentemente, marxistas y trotskistas y decimos que sólo es apariencia, porque estas mismas tendencias, han estado ligadas, en el pasado, no sólo a la dependencia y sometimiento a los Estados Unidos, sino a la irrupción de militares en el Palacio Quemado y resulta altamente sospechoso que quieran repetir los papeles del servilismo al capital.
En tercer lugar, las declaraciones de algunos dirigentes no dejan dudas cuando amenazan con tumbar al actual gobierno o incendiar tal o cual ciudad y, por mucho que sea simplemente demagogia, los hechos nos muestran los mismos signos que ya antes vivimos cuando los tiranos salían a las calles para acabar con el "caos y la anarquía".
Y, como si fuera poco, también se quiere repetir aquello de matar a la gallina de los huevos de oro pues son los mismos mineros, los que están poniendo a la minería al borde del colapso y la quiebra como ha sucedido con la COMIBOL y la "relocalización" que son episodios casi recientes.
No se persigue pues ninguna renta y, menos, digna; lo que hay es subversión y, nada raro, de las que nos regalaron muchas veces marxistas y trotskistas para dar paso a la dependencia, a la intromisión, al colonialismo.
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