Un incidente en un canal nacional sigue siendo manipulado por gente que quiere llevar agua a sus molinos y, para ello, ya no sabe a qué acudir. Ha pasado en el canal oficial del gobierno, donde unos "comunicadores sociales", felizmente no dijeron que eran periodistas, especularon sobre la realidad, la objetividad y la subjetividad, como quisieron, sin fijarse ni siquiera en el uso adecuado el lenguaje.
Y es que, de acuerdo a Hegel, Kant o Kierkegard, Platón o cualquier otro personaje de la filosofía o la historia, es difícil definir qué es objetivo y qué subjetivo y sólo sirve para disfrazar la persona, las cosas o el mundo mismo; pero no faltan osados que se animan a determinar, redondos y lirondos, qué es qué sin sonrojarse nadita de nada, incluidos Marx y otros "materialistas" que, como decía Buñuel, eran ateos, gracias a Dios.
No es raro ni nunca se ha dado; es más, casi siempre se da y no hay nada mejor para comprobar esa manipulación o interpretación, que leer los comentarios editoriales de los diarios para saber cómo se quiere confundir al lector; pues lo que es negro, para unos, es blanco para los otros.
Como vivimos una "realidad" discutible o nos atenemos a que los sueños sueños son; tampoco podemos hacer lo mismo y decir esta es la verdad; pero lo que sí hay que lamentar es la falta de habilidad en el manejo del lenguaje, por decir lo menos, y que se está haciendo casi, casi, una característica de los "comunicadores sociales".
Quién hubiera pensado en que en una era signada por la tecnología, precisamente, de la comunicación sea el lenguaje el que falle y produzca lo mismo que se quiere evitar: la manipulación o el monopolio de la verdad y la información.
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