La frase se ha escuchado reiteradamente durante los bloqueos y manifestaciones de los profesores, haciendo referencia a los descuentos, y otros sectores que apoyaron las medidas discriminatorias de la COB; Pero, ahora que el Gobierno ha confirmado que día no trabajado no se pagará, amenazan con nuevas medidas.
¿Paradoja? No, la consigna es de los dirigentes, de los que viven sin trabajar, de los que disfrutan de las cuotas sindicales, de los que se pagan bonos, viáticos y un largo etcétera y han hecho comercio del sindicalismo. Ellos son los que no tienen miedo porque, igual, seguirán ganando más y mejor, mientras los borregos de sus seguidores pagan los platos rotos. No es primera vez que sucede y tampoco, tal vez, será la última; pero no deja de ser una hipocresía mayúscula con la que siempre han sorprendido la buena fe de los trabajadores, los que se alzan como sus dirigentes y han pervertido el sindicalismo.
Una profesora, decía en un micro, aunque ya no hay manifestaciones la causa de la COB, "era una causa justa" y. añadía entre sus argumentos, que "nunca se podía igualar un campesino a un profesional". El que estaba a su lado le respondió: "claro, siempre el campesino será mejor, aunque no habría que entrar en discriminaciones"; enfurecida volteó el rostro y calló la boca. Pero no deja de ser sugerente la cuestión porque está implícita una forma de hacer politiquería y demagogia: la discriminación, el sectarismo, el primero yo y después lo que venga.
¿Cuántos millones de dólares o Bolivianos, han costeado los trabajadores de Bolivia a sus dirigentes en las últimas cinco décadas? ¿A quién han rendido cuentas? ¿Acaso los trotskistas del magisterio de La Paz, no han sido acusados de fraude y malversación y siguen como si nada? ¿Ellos tienen miedo a algo y alguien? Sï, a que las cuotas sean voluntarias y el sindicalismo un derecho y no una explotación.
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