Todavía hay personas que siguen echándose cenizas en la cara por la expulsión de USAID de Bolivia. Y es que se han acostumbrado a la colonización. Y no es que no aceptemos ese proceso sino que en algunos se ha hecho manía; de ahí que hasta los mismos "descolonizadores" son colonos ideológicos porque no hacen otra cosa que repetir teorías ajenas, imitar sistemas como el estalinismo de la ex URSS vergonzosamente caída.
Se habla, como si se conociera, de supuestos beneficios de la "ayuda" cuando, en realidad, casi ninguna tiene aspectos positivos, se trate de organismos estatales o no gubernamentales. Se ha exportado decenas o centenares de niños, por ejemplo, porque la "filantropía" de tal o cual no se podía defraudar; pero la realidad nos ha mostrado reiteradas veces que esos niños fueron, en muchos casos, a dar a las calles de los países de "acogida", a ser mendigos en tierra extraña.
El proceso de colonización ha tenido sus cosas buenas y malas; la labor de los que quieren la independencia, por tanto, debiera garantizarse por la autenticidad o la emulación; pero no, nuestros "revolucionarios" y lo están mostrando los "proletarios" en las calles y en estos días, lo que quieren es sustituir a los privilegiados, a los corruptos, a la canalla. Por eso es que da lástima ver como la estulticia se apodera de los que se desgarran las vestiduras porque se vayan los explotadores; sean revolucionarios de café o pretendan ser cerdo satisfecho.
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