Se está haciendo una costumbre que los violentos nos salgan con que son pacifistas y no agresivos, a veces, hasta el extremo. No sólo ha pasado con los bloqueadores de caminos o los manifestante diarios de nuestras calles que usan explosivos, insultos y agresiones físicas sino también con los policías que, armados y pertrechados, amenazaban la institucionalidad "pacíficamente".
Es también lamentable que, pese a disposiciones internacionales, se siga usando a los niños, las mujeres embarazadas o los ancianos en fines de pura violencia, por mucho que se lo haga so pretexto de reivindicar algo; es un tema recurrente que, después, se usa en contra de la ley, de la institucionalidad o el gobierno, haciendo aparecer a los transgresores como víctimas.
Que la cuestión fuera causal pasaría; pero como decimos se está haciendo una costumbre. Desde los universitarios que salen a las calles armados de piedras, garrotes e insultos, hasta los loteadores que desafían abiertamente el orden establecido y un amplio abanico de acciones que no únicamente violan el estado de derecho sino hasta el mismo sentido común. Es lo que pasa, para citar un ejemplo, con los campesinos que invaden tierras en las ciudades so pretexto de su derecho de acceder a una vivienda, cuando lo que debieran hacer es asegurar su identidad, poner un poco de sentido común en el ambiente y, por tanto, promover una campaña de regreso y recuperación del agro que saque de la alienación civilizadora a tanta gente que no encuentra otra cosa que frustraciones y penas en los barrios marginales, en el desempleo o el subempleo y, en lo que es peor, en la pérdida de identidad sin posible adopción de otra.
Y lo curioso es que todo esto pasa en momentos en que más demagógica que realmente, se habla de la "madre tierra", de la Pachamama, del "indígena-originario" y otros sofismas y eufemismos que nos hacen más presas todavía del mundo del consumismo al que todos quieren entrar aunque juren que están en contra de la economía de mercado, la especulación o la avaricia.
Y así como se usa la violencia para la "reivindicación", olvidando que, como dijera Juárez, "el respeto al derecho ajeno es la paz"; así también se alzan como dirigentes personas cuestionadas moralmente, incluso, con prontuario policial o involucradas en negociados que está en contra del bien común, de la decencia y de la ética y hay una nómina larga para dar ejemplos donde están "sindicalistas", "ambientalistas", "ecologistas", "socialistas", "antiliberales", "políticos", "analistas" y muchas otras yerbas más.
Y tampoco faltan los que echan leña al fuego, los que confunden olímpicamente complicidad con solidaridad o los que quieren pescar en río revuelto a título de opositores, críticos o lo que fuere.
Reflexiones y noticias desde un ángulo absolutamente personal y que no compromete a nadie sino a mí mismo. Puede ser ampliado con fotografías sobre la actualidad; no siempre esas "importantes" sino de la vida cotidiana.
viernes, 29 de junio de 2012
jueves, 28 de junio de 2012
LAMENTABLE DISTORSIÓN
Para quienes no se dejan llevar por la desinformación, el tema del TIPNIS ha sufrido una lamentable distorsión que lo ha desvirtuado todo. Desde el goce de los derechos de los nativos, hasta la función de la tierra en el planeta, pasando por situaciones curiosas, por decir algo, donde organismos no gubernamentales no les permiten a los habitantes del sector ejercer sus derechos y hacen bandera de ellos en una clara figura de impostura y de usurpación.
De otro lado, independientemente de reconocer los derechos de los "indígenas", hay que establecer que el Estado, es decir, el común de la gente asentada en determinado territorio y sujeto a leyes espontáneamente aceptadas, tiene preminencia sobre cualquier sectarismo o expresión de una voluntad particular, que no puede desconocer la voluntad general.
Entonces, las obras que pudieran ejecutarse en ese territorio tienen que consultar la mayoría, la voluntad general, el bien común y, peor todavía, cuando en ese mismo lugar hace rato que se practica la deforestación, la caza de animales silvestres, la explotación de la flora, el alquiler de tierras para la construcción de pistas de aterrizaje y una serie de negocios que, al parecer, son la causa de la controversia pues mientras unos quieren mantener el monopolio, otros piensan que no se puede sostener en una suerte de extraterritorialidad que es más dañina que su propia extinción como reserva.
Tanto el Gobierno como las ONGs han acudido a lo que les conviene en el tratamiento del asunto y, por tanto, no están actuando de manera correcta en torno a las cuestiones de derecho universal, de la democracia, en una lamentable disputa para ver quién distorsiona más el tema.
Hablar de ejemplos de obras públicas que han pasado sobre patrimonios naturales, históricos, arquitectónicos o de otra índole sería extenso y la única manera de encarar la cuestion con autenticidad sería proponer un nuevo estilo de vida, diferente, muy diferente, al que la humanidad tiene actualmente a lo largo y ancho del planeta, donde el concepto de desarrollo o crecimiento sirve, más que a tales propósitos, como una estrategia para mantener el materialismo, la hegemonía, la politiquería y el sistema de explotación del hombre por el hombre.
Se ha montado un escenario sofístico de principio a fin; desmontarlo no es fácil y hay que luchar no únicamente contra la desinformación sino también con la alienación cultural y materialista que se extiende por doquier, hasta entre los mismo nativos, "indígenas", ONGs, asesores o simples e ingenuos voluntarios. Pero, por lo menos, hay que aclarar algunas cuestiones urgentente y, entre ellas, esta lamentable distorsión donde los que menos cuentan son los propios nativos. Y, si no, que lo digan los mismos marchistas.
De otro lado, independientemente de reconocer los derechos de los "indígenas", hay que establecer que el Estado, es decir, el común de la gente asentada en determinado territorio y sujeto a leyes espontáneamente aceptadas, tiene preminencia sobre cualquier sectarismo o expresión de una voluntad particular, que no puede desconocer la voluntad general.
Entonces, las obras que pudieran ejecutarse en ese territorio tienen que consultar la mayoría, la voluntad general, el bien común y, peor todavía, cuando en ese mismo lugar hace rato que se practica la deforestación, la caza de animales silvestres, la explotación de la flora, el alquiler de tierras para la construcción de pistas de aterrizaje y una serie de negocios que, al parecer, son la causa de la controversia pues mientras unos quieren mantener el monopolio, otros piensan que no se puede sostener en una suerte de extraterritorialidad que es más dañina que su propia extinción como reserva.
Tanto el Gobierno como las ONGs han acudido a lo que les conviene en el tratamiento del asunto y, por tanto, no están actuando de manera correcta en torno a las cuestiones de derecho universal, de la democracia, en una lamentable disputa para ver quién distorsiona más el tema.
Hablar de ejemplos de obras públicas que han pasado sobre patrimonios naturales, históricos, arquitectónicos o de otra índole sería extenso y la única manera de encarar la cuestion con autenticidad sería proponer un nuevo estilo de vida, diferente, muy diferente, al que la humanidad tiene actualmente a lo largo y ancho del planeta, donde el concepto de desarrollo o crecimiento sirve, más que a tales propósitos, como una estrategia para mantener el materialismo, la hegemonía, la politiquería y el sistema de explotación del hombre por el hombre.
Se ha montado un escenario sofístico de principio a fin; desmontarlo no es fácil y hay que luchar no únicamente contra la desinformación sino también con la alienación cultural y materialista que se extiende por doquier, hasta entre los mismo nativos, "indígenas", ONGs, asesores o simples e ingenuos voluntarios. Pero, por lo menos, hay que aclarar algunas cuestiones urgentente y, entre ellas, esta lamentable distorsión donde los que menos cuentan son los propios nativos. Y, si no, que lo digan los mismos marchistas.
miércoles, 27 de junio de 2012
TAREA INCONCLUSA
Con el arreglo eventual que se ha firmado entre el gobierno boliviano y la tropa policial, el tema no ha concluído y hay que seguirlo con una profunda reestructuración que haga justicia a cualquier salario que perciban los uniformados; porque de lo que más se queja la ciudadanía es de sus omisiones y de sus tendencias a la corrupción; mientras la seguridad ciudadana es cada vez más pura teoría porque no sólo que los policías no están capacitados para hacer una buena investigación sino también porque la sombra de la "mordida" está siempre presente y puede ir desde aquellas infracciones que se negocian cuando un conductor es sorprendido conduciendo ebrio, hasta delitos mayores que hace que los delincuentes entren y salgan de las cárceles con una permisividad y facilidad que asombra.
De otro lado, no podemos estar arrastrando la improvisación secular en este organismo de seguridad y hay que hacer lo posible no únicamente para que la oficialidad se forme convenientemente sino también la tropa y en instituciones de prestigio y no tan cuestionadas como las que existen actualmente, donde se han descubierto negociados que van desde el ingreso a la academia, hasta la venta de uniformes para posibilitar ese ingreso y donde están involucrados varios sectores de la entidad "verde olivo".
Si cualquier ciudadano quiere comprobar la eficiencia del servicio policial no tiene más que ver lo que pasa, por ejemplo, en las esquinas de nuestras calles de la ciudad donde los llamados agentes de tránsito o, comúnmente, "varitas" no cumplen más función que charlar entre ellos, ver indolentes cómo se repiten las infracciones al Reglamento de Tránsito o, lo que es peor, actuar para exigir una coima. Lo hemos hecho varias veces y cuando reclamamos sobre esta ineficiencia tanto a simples policías como sus oficiales recibimos respuestas como: "no tengo ojos en mi trasero", "usted no me paga", "¿no ve que estoy cumpliendo con mi deber?" que, en su oportunidad, comentamos a través de las páginas de un diario local sin recibir otra respuesta que el silencio.
Cualquier ciudadano común está vacunado por la acción de los policías y esta percepción que tiene es causa también de impunidad porque cuando se le consulta por qué no acudió a denunciar un robo, un asalto, una violación, un secuestro, la respuesta casi siempre es la misma: ¿para qué? Y hasta conocemos de víctimas que, después de haber contratado un detective privado, tuvieron que conformarse porque el botín ya había sido repartido entre policías y delincuentes y no había otra cosa que hacer, como decía el contratado, que ir a "rayar en el río" la pérdida sufrida.
Además, en el caso presente, hay que hacer las respectivas investigaciones de inteligencia para determinar algunos actos que no tienen explicación, como la quema de documentos de inteligencia y de su comisión disciplinaria, así como la conexión con afanes golpistas que sí pueden estar presentes considerando varios factores que se están dando en la América Latina.
De otro lado, no podemos estar arrastrando la improvisación secular en este organismo de seguridad y hay que hacer lo posible no únicamente para que la oficialidad se forme convenientemente sino también la tropa y en instituciones de prestigio y no tan cuestionadas como las que existen actualmente, donde se han descubierto negociados que van desde el ingreso a la academia, hasta la venta de uniformes para posibilitar ese ingreso y donde están involucrados varios sectores de la entidad "verde olivo".
Si cualquier ciudadano quiere comprobar la eficiencia del servicio policial no tiene más que ver lo que pasa, por ejemplo, en las esquinas de nuestras calles de la ciudad donde los llamados agentes de tránsito o, comúnmente, "varitas" no cumplen más función que charlar entre ellos, ver indolentes cómo se repiten las infracciones al Reglamento de Tránsito o, lo que es peor, actuar para exigir una coima. Lo hemos hecho varias veces y cuando reclamamos sobre esta ineficiencia tanto a simples policías como sus oficiales recibimos respuestas como: "no tengo ojos en mi trasero", "usted no me paga", "¿no ve que estoy cumpliendo con mi deber?" que, en su oportunidad, comentamos a través de las páginas de un diario local sin recibir otra respuesta que el silencio.
Cualquier ciudadano común está vacunado por la acción de los policías y esta percepción que tiene es causa también de impunidad porque cuando se le consulta por qué no acudió a denunciar un robo, un asalto, una violación, un secuestro, la respuesta casi siempre es la misma: ¿para qué? Y hasta conocemos de víctimas que, después de haber contratado un detective privado, tuvieron que conformarse porque el botín ya había sido repartido entre policías y delincuentes y no había otra cosa que hacer, como decía el contratado, que ir a "rayar en el río" la pérdida sufrida.
Además, en el caso presente, hay que hacer las respectivas investigaciones de inteligencia para determinar algunos actos que no tienen explicación, como la quema de documentos de inteligencia y de su comisión disciplinaria, así como la conexión con afanes golpistas que sí pueden estar presentes considerando varios factores que se están dando en la América Latina.
martes, 26 de junio de 2012
NIVELACIÓN, NIVELACIÓN...
A este grito los policías se amotinaron en Bolivia; pero para conocer mejor el problema, no el conflicto que tiene otras derivaciones, hay que decir que si se pide nivelación o mejor sueldo hay que justificarlo y no simplemente imponerlo.
Hace algunas décadas atrás, quien escribe, fue invitado a la fiesta de promoción de "nuevos policías" donde los 3 anfitriones al preguntárseles en qué sección preferirían trabajar, respondieron casi en coro: "en narcóticos"; ¿por qué? "Porque ahí está el dinero". De otro lado, los policías de tropa, no hacen ningún curso de preparación y son parte del sistema de corrupción que impera pues no únicamente que exigen su coima por el "artículo" 20 o 50, que no se refieren a ninguna disposición sino al monto de lo que la gente debe pagar con o sin razón, sino que hasta se les asigna una cuota por los de mayor rango para recaudar durante el día. Últimamente se han sucedido varios casos de corrupción que han llamado la atención y a los que se ha tratado de imponer la respectiva ley, sin muchos resultados no sólo por la "chicanería" o "incidentalismo" de los abogados defensores sino también por los efectos que estamos viendo en el "motín".
El sentido común nos dice permanentemente que es difícil asignar un salario justo cuando la situación de todo el pueblo es precaria; pero es más difícil todavía cuando se asigna ese sueldo a personas que no sólo incumplen su función sino que se han acostumbrado a las "caídas", como se denominan las "mordidas" o coimas.
Por lo demás, no teniendo preparación alguna, ¿cómo asignarles un salario justo? Tendrían que tener cursos de entrenamiento y preparación que los habiliten no sólo física sino también intelectualmente para cumplir su misión; pero, en los hechos, es una tarea de largo alcance porque habría que empezar por la completa reestructuración de la propia academia, hoy llamada pomposamente universidad, seguir con la permanente evaluación de todos sus miembros y continuar con cursos de especialización que los habiliten para cumplir mejor su papel de investigadores y de primera instancia en la aplicación de la ley. No es pues simple cuestión de sueldos.
Pero, ninguna de estas consideraciones descarta la probabilidad casi cierta de estar haciendo el papel de tontos útiles, porque ya se ha visto cómo algunos sectores intransigentes, por decir algo, se han acercado a ellos y les han expresado su "solidaridad" o figuras de la politiquería nacional han hecho lo mismo o tratan de echar sombras a la posibilidad de una subversión en proceso.
Como decíamos hace unos días, el tema policial se les puede echar encima a los propios policías porque no queda otra opción, después del "amotinamiento", que la profunda reestructuración de ese organismo que hace décadas está en la sospecha generalizada o la certidumbre ídem.
Hace algunas décadas atrás, quien escribe, fue invitado a la fiesta de promoción de "nuevos policías" donde los 3 anfitriones al preguntárseles en qué sección preferirían trabajar, respondieron casi en coro: "en narcóticos"; ¿por qué? "Porque ahí está el dinero". De otro lado, los policías de tropa, no hacen ningún curso de preparación y son parte del sistema de corrupción que impera pues no únicamente que exigen su coima por el "artículo" 20 o 50, que no se refieren a ninguna disposición sino al monto de lo que la gente debe pagar con o sin razón, sino que hasta se les asigna una cuota por los de mayor rango para recaudar durante el día. Últimamente se han sucedido varios casos de corrupción que han llamado la atención y a los que se ha tratado de imponer la respectiva ley, sin muchos resultados no sólo por la "chicanería" o "incidentalismo" de los abogados defensores sino también por los efectos que estamos viendo en el "motín".
El sentido común nos dice permanentemente que es difícil asignar un salario justo cuando la situación de todo el pueblo es precaria; pero es más difícil todavía cuando se asigna ese sueldo a personas que no sólo incumplen su función sino que se han acostumbrado a las "caídas", como se denominan las "mordidas" o coimas.
Por lo demás, no teniendo preparación alguna, ¿cómo asignarles un salario justo? Tendrían que tener cursos de entrenamiento y preparación que los habiliten no sólo física sino también intelectualmente para cumplir su misión; pero, en los hechos, es una tarea de largo alcance porque habría que empezar por la completa reestructuración de la propia academia, hoy llamada pomposamente universidad, seguir con la permanente evaluación de todos sus miembros y continuar con cursos de especialización que los habiliten para cumplir mejor su papel de investigadores y de primera instancia en la aplicación de la ley. No es pues simple cuestión de sueldos.
Pero, ninguna de estas consideraciones descarta la probabilidad casi cierta de estar haciendo el papel de tontos útiles, porque ya se ha visto cómo algunos sectores intransigentes, por decir algo, se han acercado a ellos y les han expresado su "solidaridad" o figuras de la politiquería nacional han hecho lo mismo o tratan de echar sombras a la posibilidad de una subversión en proceso.
Como decíamos hace unos días, el tema policial se les puede echar encima a los propios policías porque no queda otra opción, después del "amotinamiento", que la profunda reestructuración de ese organismo que hace décadas está en la sospecha generalizada o la certidumbre ídem.
lunes, 25 de junio de 2012
LA SUBVERSIÓN PERMANENTE
En realidad, los latinoamericanos hace décadas que vivimos en un estado permanente de subversión, no sólo porque el fantasma de los cuartelazos no ha terminado sino porque se hace sentir donde más necesitamos: en la educación y la salud.
Y, en el primer caso, es donde tenemos una tiranía "sindicalista", al menos en Bolivia, donde no importa qué se intente que todo se destina al fracaso porque la convicción "socialista" de marxistas y trotskistas, ahoga todo intento de mejorar el sector so pretexto de estabilidad laboral de una mediocridad que realmente asusta, teniendo en cuenta las necesidades colectivas. Cualquiera diría que esta oposición permanente a mejorar el sistema educativo responde a requerimientos de la población, la cultura o la identidad; pero, en verdad, sólo es parte de toda esa manipulación que hace el capital entre sus serviles de la izquierda.
En tanto que en el sector salud, vemos un sistema donde tienen acomodo los burgueses o los aspirantes a serlo; sean de extracción o formación socialista o elitista, total, se dan modos para explotar el sector sin que, muchas veces, se perciba siquiera como tal porque la salud nunca ha sido una función del socialismo latinoamericano sino de la "meritocracia"; por eso es que no podemos encontrar muchos apellidos nativos entre los especialistas o profesionales porque difícilmente se han abierto campo.
Cuando hablamos de subversión permanente, nos referimos a esa manipulación continua de nuestras "élites" sean civiles o militares, por medio de sofismas y eufemismos que los mantienen en la ignorancia y el supuesto alza en el estatus; si antes era tal haber egresado de la "escuela de las Américas" u otra institución similar, después fue mejor ser egresado de altos estudios militares, que no se reduce a los de uniforme sino también a los civiles y, actualmente, hay otra cartilla de "méritos" que se hacen valer, aunque a través de ellos se cuelen los infiltrados.
En el caso de Bolivia sólo dos partidos no quisieron ser parte del espectáculo de títeres y, por tanto, desaparecieron: el PIR y FSB, por mucho que se hagan aparecer supuestos motivos que los descalificaban, lo cierto es que al tener una visión ideológica completa mente independiente, no entraban en el juego de la pendulación que maneja el mundo para el vil metal.
Este estado de permanente subversión está nuevamente en su apogeo si miramos lo que ocurre en varias naciones hermanas; lo mismo en Colombia y el Perú, que Bolivia, la Argentina o Venezuela, como dándonos, otra vez, la percepción que siempre es posible polarizar a la gente con el manejo adecuado de los medios de comunicación, de uno u otro sector del abanico de la politiquería.
Aunque parezca exagerado, lo que se afirma desde el gobierno actual es cierto. O, por lo menos, los antecedentes de nuestra historia subcontinental nos hacen creer que así es efectivamente.
Y, en el primer caso, es donde tenemos una tiranía "sindicalista", al menos en Bolivia, donde no importa qué se intente que todo se destina al fracaso porque la convicción "socialista" de marxistas y trotskistas, ahoga todo intento de mejorar el sector so pretexto de estabilidad laboral de una mediocridad que realmente asusta, teniendo en cuenta las necesidades colectivas. Cualquiera diría que esta oposición permanente a mejorar el sistema educativo responde a requerimientos de la población, la cultura o la identidad; pero, en verdad, sólo es parte de toda esa manipulación que hace el capital entre sus serviles de la izquierda.
En tanto que en el sector salud, vemos un sistema donde tienen acomodo los burgueses o los aspirantes a serlo; sean de extracción o formación socialista o elitista, total, se dan modos para explotar el sector sin que, muchas veces, se perciba siquiera como tal porque la salud nunca ha sido una función del socialismo latinoamericano sino de la "meritocracia"; por eso es que no podemos encontrar muchos apellidos nativos entre los especialistas o profesionales porque difícilmente se han abierto campo.
Cuando hablamos de subversión permanente, nos referimos a esa manipulación continua de nuestras "élites" sean civiles o militares, por medio de sofismas y eufemismos que los mantienen en la ignorancia y el supuesto alza en el estatus; si antes era tal haber egresado de la "escuela de las Américas" u otra institución similar, después fue mejor ser egresado de altos estudios militares, que no se reduce a los de uniforme sino también a los civiles y, actualmente, hay otra cartilla de "méritos" que se hacen valer, aunque a través de ellos se cuelen los infiltrados.
En el caso de Bolivia sólo dos partidos no quisieron ser parte del espectáculo de títeres y, por tanto, desaparecieron: el PIR y FSB, por mucho que se hagan aparecer supuestos motivos que los descalificaban, lo cierto es que al tener una visión ideológica completa mente independiente, no entraban en el juego de la pendulación que maneja el mundo para el vil metal.
Este estado de permanente subversión está nuevamente en su apogeo si miramos lo que ocurre en varias naciones hermanas; lo mismo en Colombia y el Perú, que Bolivia, la Argentina o Venezuela, como dándonos, otra vez, la percepción que siempre es posible polarizar a la gente con el manejo adecuado de los medios de comunicación, de uno u otro sector del abanico de la politiquería.
Aunque parezca exagerado, lo que se afirma desde el gobierno actual es cierto. O, por lo menos, los antecedentes de nuestra historia subcontinental nos hacen creer que así es efectivamente.
domingo, 24 de junio de 2012
EL TIRO POR LA CULATA
Lo del título o las historias pírricas puede fácilmente darse al final del motín policial porque ya mucha gente empieza a preguntarse:¿es realmente justo lo que pagamos por una seguridad que no existe? Lo que implica no sólo que no están tan de acuerdo con las "reivindicaciones salariales" de los policías sino que las están cuestionando más por muy insuficientes que sean.
Lo que agrava la cuestión es la forma violenta en que se ha procedido "pacíficamente" y no únicamente con gran despliegue de armas sino con insultos y agresiones físicas a sus propios camaradas, periodistas y personas ajenas y, además, la "solidaridad" que han recibido de parte de delincuentes prontuariados y sectores anarquistas u oportunistas que no buscan más que cualquier acto de subversión para sumarse, aunque no sepan qué es lo que quieren; como el de los llamados "minoristas" que casi de frente le hacen juego a la conspiración interna y externa, aunque se desgarren las vestiduras porque no es así.
Cualquier ciudadano, con un mínimo de sentido común tiene que preguntarse hasta cuándo un salario puede ser justo, por obligaciones que no se cumplen o, peor todavía, que se incumplen deliberadamente y en complicidad de otros, que es el tema de todo ese entorno que hace a la actividad policial que, por esos mismos cuestionamientos, ha perdido el control de las oficinas de identificación y licencias de conducir que ahora incorporan en la negociación con el Gobierno.
Por mucho que, eventualmente, aparezcan como ganadores o triunfantes pues la situación que han creado complica no sólo la institucionalidad sino la democracia, los policías han comprometido más todavía su imagen aunque quieran desvincularla de la "jerarquía" y hacerla simplemente de la tropa. Pero la presencia de algunos "solidarios" ha dado al traste con ese intento.
Si recordamos la historia reciente en el país, no hay que perder de vista tampoco la forma cómo la misma institución policial, donde ya nadie sabe quién es quién, ha complicado la situación nacional apenas hace unos años porque ha dado curso, intencional o involuntariamente, al manipuleo de sectores que lo que buscan es desestabilizar cualquier régimen de gobierno, para seguir manteniendo el sistema de dependencia-corrupción-impunidad y es un secreto a voces su íntima ligazón con organismos de "ayuda" norteamericana.
Para sintetizar esta suerte de tiro por la culata, está la impresión que tiene un ciudadano común y que se expresa textualmente así: "Si te roban los delincuentes, no pues hacer nada; si te roban los policías, tampoco" ¿Patético, verdad?
Lo que agrava la cuestión es la forma violenta en que se ha procedido "pacíficamente" y no únicamente con gran despliegue de armas sino con insultos y agresiones físicas a sus propios camaradas, periodistas y personas ajenas y, además, la "solidaridad" que han recibido de parte de delincuentes prontuariados y sectores anarquistas u oportunistas que no buscan más que cualquier acto de subversión para sumarse, aunque no sepan qué es lo que quieren; como el de los llamados "minoristas" que casi de frente le hacen juego a la conspiración interna y externa, aunque se desgarren las vestiduras porque no es así.
Cualquier ciudadano, con un mínimo de sentido común tiene que preguntarse hasta cuándo un salario puede ser justo, por obligaciones que no se cumplen o, peor todavía, que se incumplen deliberadamente y en complicidad de otros, que es el tema de todo ese entorno que hace a la actividad policial que, por esos mismos cuestionamientos, ha perdido el control de las oficinas de identificación y licencias de conducir que ahora incorporan en la negociación con el Gobierno.
Por mucho que, eventualmente, aparezcan como ganadores o triunfantes pues la situación que han creado complica no sólo la institucionalidad sino la democracia, los policías han comprometido más todavía su imagen aunque quieran desvincularla de la "jerarquía" y hacerla simplemente de la tropa. Pero la presencia de algunos "solidarios" ha dado al traste con ese intento.
Si recordamos la historia reciente en el país, no hay que perder de vista tampoco la forma cómo la misma institución policial, donde ya nadie sabe quién es quién, ha complicado la situación nacional apenas hace unos años porque ha dado curso, intencional o involuntariamente, al manipuleo de sectores que lo que buscan es desestabilizar cualquier régimen de gobierno, para seguir manteniendo el sistema de dependencia-corrupción-impunidad y es un secreto a voces su íntima ligazón con organismos de "ayuda" norteamericana.
Para sintetizar esta suerte de tiro por la culata, está la impresión que tiene un ciudadano común y que se expresa textualmente así: "Si te roban los delincuentes, no pues hacer nada; si te roban los policías, tampoco" ¿Patético, verdad?
sábado, 23 de junio de 2012
MOTÍN, REVUELTA, SUBVERSIÓN
Lo que está sucediendo con la tropa policial en Bolivia puede tener varias lecturas. Algunos califican la cuestión como un motín, otros como una revuelta y no hay duda que también es subversión porque está en contra de la ley, los reglamentos y hasta el sentido común.
Pero después de lo que ha sucedido en el Paraguay, donde el Presidente fue sustituido por su vice, por el que nadie votó en realidad, no sólo pone fuertes cuestionamientos a la democracia de mercado que se nos ha impuesto sino que hace demasiado sospechosas otras acciones que se están dando en la América Latina. Por eso hay que aceptar en todas sus implicaciones las declaraciones de Lugo; no se está hiriendo a un hombre, a un primer mandatario sino a la democracia y la historia, porque después de esto lo lógico es esperar nuevos "salvadores", esos tiranuelos que han asolado nuestras tierras bajo el influjo del sistema: dependencia-corrupción-impunidad y que se adivina ya por las propias acciones de los policías que no sólo que se amotinaron sino que, curiosa o coincidentemente, se encargaron de quemar los archivos de su entidad disciplinaria y de inteligencia y, también curiosamente, reciben el apoyo de la población existente entre rejas.
Sumando hechos, apoyos y hasta oportunistas como los trotskistas que siempre quieren pescar en río revuelto, el panorama hacia el futuro es de incertidumbre porque por mucho que la democracia fuera de mercado, no fuera lo que deseamos los latinoamericanos, no responda exactamente a las necesidades y aspiraciones de nuestros pueblos, era y es mejor que cualquier tiranía porque, al menos, es un camino perfectible.
Además, hay que sumar hechos y hasta acontecimientos al parecer sin importancia porque todo nos indica que hay alguien calentando las orejas de algunos irresponsables; sean cocaleros, "cooperativistas", loteadores, sin tierra, "indígena-originarios" o simples sinvergüenzas que no entran, incluso, dentro de las contradicciones que siempre suelen darse en procesos sociales y donde es demasiado perceptible la defensa abierta que se hace de la impunidad; por medio de autoexiliados, "perseguidos políticos" o quemadores de archivos.
La democracia sí está en pleno proceso de sustitución; lo malo es que todo nos indica que retornaremos a esos ambientes de dependencia, corrupción e impunidad, que hace décadas impide nuestro crecimiento económico, social y hasta cultural.
Y ahora, ¿quién podrá defendernos? Y no es chiste porque ni oposición seria tenemos.
Pero después de lo que ha sucedido en el Paraguay, donde el Presidente fue sustituido por su vice, por el que nadie votó en realidad, no sólo pone fuertes cuestionamientos a la democracia de mercado que se nos ha impuesto sino que hace demasiado sospechosas otras acciones que se están dando en la América Latina. Por eso hay que aceptar en todas sus implicaciones las declaraciones de Lugo; no se está hiriendo a un hombre, a un primer mandatario sino a la democracia y la historia, porque después de esto lo lógico es esperar nuevos "salvadores", esos tiranuelos que han asolado nuestras tierras bajo el influjo del sistema: dependencia-corrupción-impunidad y que se adivina ya por las propias acciones de los policías que no sólo que se amotinaron sino que, curiosa o coincidentemente, se encargaron de quemar los archivos de su entidad disciplinaria y de inteligencia y, también curiosamente, reciben el apoyo de la población existente entre rejas.
Sumando hechos, apoyos y hasta oportunistas como los trotskistas que siempre quieren pescar en río revuelto, el panorama hacia el futuro es de incertidumbre porque por mucho que la democracia fuera de mercado, no fuera lo que deseamos los latinoamericanos, no responda exactamente a las necesidades y aspiraciones de nuestros pueblos, era y es mejor que cualquier tiranía porque, al menos, es un camino perfectible.
Además, hay que sumar hechos y hasta acontecimientos al parecer sin importancia porque todo nos indica que hay alguien calentando las orejas de algunos irresponsables; sean cocaleros, "cooperativistas", loteadores, sin tierra, "indígena-originarios" o simples sinvergüenzas que no entran, incluso, dentro de las contradicciones que siempre suelen darse en procesos sociales y donde es demasiado perceptible la defensa abierta que se hace de la impunidad; por medio de autoexiliados, "perseguidos políticos" o quemadores de archivos.
La democracia sí está en pleno proceso de sustitución; lo malo es que todo nos indica que retornaremos a esos ambientes de dependencia, corrupción e impunidad, que hace décadas impide nuestro crecimiento económico, social y hasta cultural.
Y ahora, ¿quién podrá defendernos? Y no es chiste porque ni oposición seria tenemos.
viernes, 22 de junio de 2012
¿MOTÍN POLICIAL?
Para los que conocen la politiquería que se maneja en el mundo, es difícil creer que el motín policial ejecutado en Bolivia, responda a reivindicaciones o intereses de la tropa o la propia institución; no sólo porque quienes la encabezan son las esposas, ajenas a la institución y pidiendo públicamente el motín, sino que el mismo se efectúa a cara encubierta como dando mucho pie a la sospecha.
El Departamento de Estado, de USA, muchas veces ha utilizado la táctica de "trasladar la crisis", que consiste en provocar conflictos en otras naciones para no tener que enfrentar los suyos propios, como viene sucediendo hoy como emergencia de la crisis mundial de la economía, la devaluación del dólar, el creciente desempleo o la incertidumbre sobre la acostumbrada reelección presidencial; como si fuera poco, tuvimos hace poco la firma de un "pacto del Pacífico", entre gobiernos sumisos al Norte que, coincidentemente, se da como respuesta a la controversia sobre instituciones que no responden a los intereses latinoamericanos o la conformación de otros bloques, apartados de su hegemonía.
Al sur del río Bravo tenemos: los conflictos en Bolivia, que no paran de sucederse ya sea con motivos salariales o sofísticos como el del TIPNIS o los "cooperativistas" mineros; las protestas que amenazan la Casa Rosada por la actitud de los propietarios del agro argentino que, curiosamente, son mayoritariamente extranjeros; la probable destitución del primer mandatario paraguayo por una supuesta mala gestión en problemas que afectan la hegemonía propietaria de ese territorio que hace décadas es sospechosa de latifundio y varios otros menores que se dan en el Brasil, el Uruguay, Venezuela o el Ecuador.
La táctica de trasladar la crisis es pues repetitiva y ya se ha dado varias veces en nuestras naciones como ha sucedido, por ejemplo, con la competencia por el "subimperialismo" que se ha fomentado, especialmente, entre el Brasil y la Argentina, con el sólo objetivo de mantener el subdesarrollo del sur, como una permanente subvención del crecimiento del Norte y que es una de esas verdades que poca oportunidad tiene de hacerse conocer al común de la gente, pese a la extensa bibliografía existente al respecto.
Resulta pues sumamente sospechoso que, de otro lado, las instituciones más ligadas a la "ayuda" norteamericana, resulten ahora siendo generadoras de conflictos que ponen en riesgo la institucionalidad, no sólo en cuanto a la estabilidad del régimen de gobierno sino en cuanto al propio estado de derecho y la vigencia irrestricta de la ley.
Por lo demás, no hay que olvidar que el imperio del vil metal está en su caída final y, por tanto, es cuando más feroz lo podemos encontrar en un entorno mundial cuya característica principal es la sospecha generalizada; que lo mismo se da entre los movimientos de descontento o las fuertes réplicas a instituciones prepotentes financiera o armamentísticamente.
Por lo tanto, es lícito preguntarse: ¿motín policial?
El Departamento de Estado, de USA, muchas veces ha utilizado la táctica de "trasladar la crisis", que consiste en provocar conflictos en otras naciones para no tener que enfrentar los suyos propios, como viene sucediendo hoy como emergencia de la crisis mundial de la economía, la devaluación del dólar, el creciente desempleo o la incertidumbre sobre la acostumbrada reelección presidencial; como si fuera poco, tuvimos hace poco la firma de un "pacto del Pacífico", entre gobiernos sumisos al Norte que, coincidentemente, se da como respuesta a la controversia sobre instituciones que no responden a los intereses latinoamericanos o la conformación de otros bloques, apartados de su hegemonía.
Al sur del río Bravo tenemos: los conflictos en Bolivia, que no paran de sucederse ya sea con motivos salariales o sofísticos como el del TIPNIS o los "cooperativistas" mineros; las protestas que amenazan la Casa Rosada por la actitud de los propietarios del agro argentino que, curiosamente, son mayoritariamente extranjeros; la probable destitución del primer mandatario paraguayo por una supuesta mala gestión en problemas que afectan la hegemonía propietaria de ese territorio que hace décadas es sospechosa de latifundio y varios otros menores que se dan en el Brasil, el Uruguay, Venezuela o el Ecuador.
La táctica de trasladar la crisis es pues repetitiva y ya se ha dado varias veces en nuestras naciones como ha sucedido, por ejemplo, con la competencia por el "subimperialismo" que se ha fomentado, especialmente, entre el Brasil y la Argentina, con el sólo objetivo de mantener el subdesarrollo del sur, como una permanente subvención del crecimiento del Norte y que es una de esas verdades que poca oportunidad tiene de hacerse conocer al común de la gente, pese a la extensa bibliografía existente al respecto.
Resulta pues sumamente sospechoso que, de otro lado, las instituciones más ligadas a la "ayuda" norteamericana, resulten ahora siendo generadoras de conflictos que ponen en riesgo la institucionalidad, no sólo en cuanto a la estabilidad del régimen de gobierno sino en cuanto al propio estado de derecho y la vigencia irrestricta de la ley.
Por lo demás, no hay que olvidar que el imperio del vil metal está en su caída final y, por tanto, es cuando más feroz lo podemos encontrar en un entorno mundial cuya característica principal es la sospecha generalizada; que lo mismo se da entre los movimientos de descontento o las fuertes réplicas a instituciones prepotentes financiera o armamentísticamente.
Por lo tanto, es lícito preguntarse: ¿motín policial?
jueves, 21 de junio de 2012
EL AÑO 5520
En muchas partes del mundo andino, que incluye el llamado amazónico pues el río que le da el nombre nace en la alta montaña, se celebra hoy el año 5520, de los que se tienen memoria, de una cultura ancestral cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos porque no hay registro confiable para determinar cuándo, cómo y por qué se hizo patente en manifestaciones diversas como la tiwanakota, la maya, la egipcia, sólo para citar las principales, probablemente, de una ascendencia atlántica que es el gran misterio del mundo.
Con el solsticio de invierno, se celebra también el "willka kuti", es decir, el regreso del gran nigromante, del gran hacedor que, erróneamente, algunos interpretan como el retorno del sacerdote al estilo occidental.
Si, como dice el tango, 20 años no es nada; tampoco más de cinco mil son mucho para una humanidad que, cíclicamente, se desenvuelve entre cimas y simas, entre alzas y bajas, entre auroras y ocasos; por eso es que más que buscar en el espacio habría que buscar en la tierra nuestras respuestas porque, nada raro, que estén más cerca de lo que creemos o lo que la ignorancia nos dice.
Y ahí están esos enigmáticos monumentos o megalitos, como les dicen algunos, a los que fácilmente y con mucha ramplonería se les achaca ritos o formas que no tienen mucho asidero a la hora de la verdad. Aunque mucho de ese patrimonio de la humanidad se ha destruido por la invasión de la barbarie, a partir de 1492, y, tal vez, conscientemente por el peligro que significaba en una confrontación entre el mundo conocido y el por conocer, todavía las huellas de nuestros ancestros están esperando la inteligencia de los hombres para decir su verdad.
Si se lee bien esos mensajes y se tiene la capacidad suficiente como para hacer una correcta lectura, hay todo un abismo entre antropólogos, de los verdaderos, y arqueólogos formados o aficionados y atisban elementos francamente sorprendentes, como la cola del moreno de las comparsas folclóricas que apunta hacia arriba y enroscándose, como una clara alusión al kundalini o activación de los chacras por medio del sacro y que sugiere un investigador boliviano del tema; lo que no sólo que nos da una concepción diferente, completamente diferente, del origen del hombre andino, sino que data la creación de esa manifestación folclórica a mucho más antes de lo que se creía.
Esta fecha del calendario gregoriano que nos sitúa en el solsticio de invierno, para el hemisferio sur, tiene pues un sin fin de sugerencias si no nos limitamos a la interpretación de un nuevo año o de una fiesta tradicional y eventual; aunque algunos ignorantes y, por ello mismo, prejuiciosos no quieran darle importancia. Felicidades para todos.
Con el solsticio de invierno, se celebra también el "willka kuti", es decir, el regreso del gran nigromante, del gran hacedor que, erróneamente, algunos interpretan como el retorno del sacerdote al estilo occidental.
Si, como dice el tango, 20 años no es nada; tampoco más de cinco mil son mucho para una humanidad que, cíclicamente, se desenvuelve entre cimas y simas, entre alzas y bajas, entre auroras y ocasos; por eso es que más que buscar en el espacio habría que buscar en la tierra nuestras respuestas porque, nada raro, que estén más cerca de lo que creemos o lo que la ignorancia nos dice.
Y ahí están esos enigmáticos monumentos o megalitos, como les dicen algunos, a los que fácilmente y con mucha ramplonería se les achaca ritos o formas que no tienen mucho asidero a la hora de la verdad. Aunque mucho de ese patrimonio de la humanidad se ha destruido por la invasión de la barbarie, a partir de 1492, y, tal vez, conscientemente por el peligro que significaba en una confrontación entre el mundo conocido y el por conocer, todavía las huellas de nuestros ancestros están esperando la inteligencia de los hombres para decir su verdad.
Si se lee bien esos mensajes y se tiene la capacidad suficiente como para hacer una correcta lectura, hay todo un abismo entre antropólogos, de los verdaderos, y arqueólogos formados o aficionados y atisban elementos francamente sorprendentes, como la cola del moreno de las comparsas folclóricas que apunta hacia arriba y enroscándose, como una clara alusión al kundalini o activación de los chacras por medio del sacro y que sugiere un investigador boliviano del tema; lo que no sólo que nos da una concepción diferente, completamente diferente, del origen del hombre andino, sino que data la creación de esa manifestación folclórica a mucho más antes de lo que se creía.
Esta fecha del calendario gregoriano que nos sitúa en el solsticio de invierno, para el hemisferio sur, tiene pues un sin fin de sugerencias si no nos limitamos a la interpretación de un nuevo año o de una fiesta tradicional y eventual; aunque algunos ignorantes y, por ello mismo, prejuiciosos no quieran darle importancia. Felicidades para todos.
miércoles, 20 de junio de 2012
¿CANDIDATOS A QUÉ?
En la Universidad cruceña, los candidatos a Rector y Vice Rector han anunciado que para el cierre de sus campañas, contratarán artistas internacionales pues los universitarios "se merecen" esas atenciones; aunque es insulso saber que el costo de estas campañas supera los 100.000 dólares americanos, por aquello de la "inversión" en la democracia de mercado que usamos; lo que sí hay que preguntarse es: ¿Candidatos a qué son los postulantes?
Porque si fueran a la dirección de una importante institución de formación de profesionales, de investigación científica y tecnológica y de estímulo a la conciencia nacional, entonces, estamos perdidos porque, hasta ahora, ni un solo planteamiento con referencia a esos temas se les ha escuchado y tampoco sus más inmediatos seguidores, entre los estudiantes, saben a dónde van o qué quieren. Aunque el hecho no es singular pues se ha presentado también en Cochabamba, con gran despliegue de contaminación acústica y profusión de bebidas alcohólicas y se habría dado en otras ciudades; por mucho que se hable de certificaciones, títulos o lo que fuera, queda desde hace tiempo pendiente la asignatura de la universidad boliviana con respecto a su pueblo: La investigación de la ciencia y la tecnología que sólo muy excepcionalmente se da y que es tan difícil, incluso, percibir que pasa sin los bombos y platillos que acompañan las campañas de sus principales aspirantes a dirigir el "alma mater" que, dicho sea de paso, se ha convertido en una triste figura de hedonismo, consumismo y muchos ismos.
Lo peor de este ambiente de declinación o retroceso de la universidad respecto a su pueblo, es que se halla en manos de grupos oligárquicos que se suceden hasta partidista o familiarmente en sus administraciones y cátedras; curiosamente, dentro de un aparente entorno de discusión ideológica o de ideas en general "socialistas" muchas veces desvirtuadas por la presencia de grupos fascistoides, al estilo de la definición de la simple violencia por la violencia, denominados, según las circunstancias, trotskistas o marxistas.
Hay tanta vacuidad en los actuales campus universitarios que el acartonamiento ha hecho presa de los más de sus componentes que no sólo buscan el "cartón" por el cartón sino que han acartonado (ponerse rígido y seco como el cartón) su intelecto o personalidad. Ahora cualquier ignorante es "magister" como confirmando la sospecha nacida en pleno nacimiento del siglo XVI, cuando se advertía que la ignorancia se estaba titulando.
¡Qué pena que estos candidatos de la juerga, el despilfarro y la vacuidad, tengan en sus manos el futuro nacional, en uno de sus sectores críticos: La ciencia!
Porque si fueran a la dirección de una importante institución de formación de profesionales, de investigación científica y tecnológica y de estímulo a la conciencia nacional, entonces, estamos perdidos porque, hasta ahora, ni un solo planteamiento con referencia a esos temas se les ha escuchado y tampoco sus más inmediatos seguidores, entre los estudiantes, saben a dónde van o qué quieren. Aunque el hecho no es singular pues se ha presentado también en Cochabamba, con gran despliegue de contaminación acústica y profusión de bebidas alcohólicas y se habría dado en otras ciudades; por mucho que se hable de certificaciones, títulos o lo que fuera, queda desde hace tiempo pendiente la asignatura de la universidad boliviana con respecto a su pueblo: La investigación de la ciencia y la tecnología que sólo muy excepcionalmente se da y que es tan difícil, incluso, percibir que pasa sin los bombos y platillos que acompañan las campañas de sus principales aspirantes a dirigir el "alma mater" que, dicho sea de paso, se ha convertido en una triste figura de hedonismo, consumismo y muchos ismos.
Lo peor de este ambiente de declinación o retroceso de la universidad respecto a su pueblo, es que se halla en manos de grupos oligárquicos que se suceden hasta partidista o familiarmente en sus administraciones y cátedras; curiosamente, dentro de un aparente entorno de discusión ideológica o de ideas en general "socialistas" muchas veces desvirtuadas por la presencia de grupos fascistoides, al estilo de la definición de la simple violencia por la violencia, denominados, según las circunstancias, trotskistas o marxistas.
Hay tanta vacuidad en los actuales campus universitarios que el acartonamiento ha hecho presa de los más de sus componentes que no sólo buscan el "cartón" por el cartón sino que han acartonado (ponerse rígido y seco como el cartón) su intelecto o personalidad. Ahora cualquier ignorante es "magister" como confirmando la sospecha nacida en pleno nacimiento del siglo XVI, cuando se advertía que la ignorancia se estaba titulando.
¡Qué pena que estos candidatos de la juerga, el despilfarro y la vacuidad, tengan en sus manos el futuro nacional, en uno de sus sectores críticos: La ciencia!
martes, 19 de junio de 2012
EL DESPERDICIO DE LA TECNOLOGÍA
En Bolivia, cuando algún canal nos anuncia: "más producción nacional"; es difícil saber si es una amenaza o una promesa porque, al igual que en el mundo entero, hay un desperdicio total de la tecnología de los medios de comunicación y que podría servir mejor a las necesidades y aspiraciones de todos. Y es que tanto la radio como la televisión se han vulgarizado tanto que han perdido el respeto que debieran tener al oyente o televidente al que, contrariamente, han rebajado de tal modo que ya no creen, es lo que dicen, que pueda recibir espacios de instrucción, orientación o cultura en general y se conforma con ver faldas cada vez más cortas, escotes más bajos o contoneos groseros de hombres y mujeres.
Además, lo de producción nacional es un decir porque generalmente no se hace otra cosa que copiar algún pésimo programa de la tv internacional o, lo que es peor, contratar su difusión como si fuese algo bueno o digno de verse cuando no es más que basura con "rating".
Si los medios de comunicación en el mundo entero cumplieran sus objetivos primarios de orientación, educación e información, hace rato que la guerra sería un acto inaceptable en cualquier lugar del planeta; las diferencias entre ricos y pobres ya no existirían y ya nadie declararía como una reivindicación la educación o la salud pues estarían satisfechas esas necesidades.
Y es que la concentración del poder de las transnacionales o el materialismo gobernante de la tierra, ha hecho que los medios de comunicación se vulgaricen, pierdan los estribos, no tengan ya filosofía y se hayan convertido en simples piezas del engranaje de esclavitud al vil metal; por eso es que la mejor y gran característica que tienen es que son eminentemente comerciales; se mire por dónde se mire.
El desperdicio de toda esa tecnología de la radio, la televisión, la imprenta es pues más que evidente e, infelizmente, es lo que amenaza también la insurgencia de medios alternativos como el "ciberespacio" donde el comercio no está ausente y es cada vez más perturbador.
El primer prejuicio a vencer, es la propia identidad, el orgullo; porque no es cierto que todos somos simples consumidores de "comida chatarra", "medios chatarra" o "cultura chatarra", ya que tenemos un sentido estético y un gusto real por el arte que, realmente, es arte; en segundo lugar, que todos estemos alienados al sofisma del desarrollo, esa mentira secular con que se maneja al mundo entero y que, más bien, ha servido para mantener los estados de "subdesarrollo" que han financiado el "desarrollo" de los imperios del materialismo y que puede ser objeto de otro comentario; en tercer lugar, hay que ser iconoclasta especialmente en una época en que los mitos se han convertido en mentiras y no contribuyen ni al crecimiento espiritual ni intelectual de las personas.
Hay pues que seguir lamentando todo ese desperdicio que se hace de la tecnología, por muy escasa que sea, y que no contribuye verdaderamente al crecimiento del ser o la especie humana.
Además, lo de producción nacional es un decir porque generalmente no se hace otra cosa que copiar algún pésimo programa de la tv internacional o, lo que es peor, contratar su difusión como si fuese algo bueno o digno de verse cuando no es más que basura con "rating".
Si los medios de comunicación en el mundo entero cumplieran sus objetivos primarios de orientación, educación e información, hace rato que la guerra sería un acto inaceptable en cualquier lugar del planeta; las diferencias entre ricos y pobres ya no existirían y ya nadie declararía como una reivindicación la educación o la salud pues estarían satisfechas esas necesidades.
Y es que la concentración del poder de las transnacionales o el materialismo gobernante de la tierra, ha hecho que los medios de comunicación se vulgaricen, pierdan los estribos, no tengan ya filosofía y se hayan convertido en simples piezas del engranaje de esclavitud al vil metal; por eso es que la mejor y gran característica que tienen es que son eminentemente comerciales; se mire por dónde se mire.
El desperdicio de toda esa tecnología de la radio, la televisión, la imprenta es pues más que evidente e, infelizmente, es lo que amenaza también la insurgencia de medios alternativos como el "ciberespacio" donde el comercio no está ausente y es cada vez más perturbador.
El primer prejuicio a vencer, es la propia identidad, el orgullo; porque no es cierto que todos somos simples consumidores de "comida chatarra", "medios chatarra" o "cultura chatarra", ya que tenemos un sentido estético y un gusto real por el arte que, realmente, es arte; en segundo lugar, que todos estemos alienados al sofisma del desarrollo, esa mentira secular con que se maneja al mundo entero y que, más bien, ha servido para mantener los estados de "subdesarrollo" que han financiado el "desarrollo" de los imperios del materialismo y que puede ser objeto de otro comentario; en tercer lugar, hay que ser iconoclasta especialmente en una época en que los mitos se han convertido en mentiras y no contribuyen ni al crecimiento espiritual ni intelectual de las personas.
Hay pues que seguir lamentando todo ese desperdicio que se hace de la tecnología, por muy escasa que sea, y que no contribuye verdaderamente al crecimiento del ser o la especie humana.
lunes, 18 de junio de 2012
FALTA DE INFORMACIÓN
Supuestamente, vivimos la era de la información; pero si nos detenemos a analizar un poco la cuestión nos podemos encontrar con que, más bien, seguimos en la era de la desinformación, ya que todavía creemos en una serie de mentiras y mitos que la historia "oficial" nos ha impuesto desde las aulas.
¿Quién se animaría a poner en duda, por ejemplo, el llamado holocausto? Los que lo han hecho ya han pagado las consecuencias y el poder del vil metal es tan grande que esta mentira es un hecho indiscutible; por mucho que haya otros "holocaustos" donde la cifra de muertos sube a 40 millones o más, como en el caso de la "revolución rusa", aliada del capital.
Lo que más afecta a la humanidad actual es la falta de información; porque hasta las mismas redes sociales que, teóricamente, debieran cubrir el vacío que los medios de las transnacionales ocupan por la fuerza, no lo hacen porque vibran al estilo de la moda, de acuerdo a las circunstancias y son en verdad excepciones que salen de la regla de la "modernidad" que no es más que sofisma y, por tanto, engaño.
Si en el ámbito internacional todavía sostenemos los orígenes de las guerras mundiales como nos dicen los ganadores y no nos animamos a discrepar porque no hay información suficiente para hacerlo; en el nivel interno nos dejamos llevar por sofismas y mentiras cínicas, como los que se manejan por "ambientalistas", "ecologistas" y una serie de yerbas en torno al TIPNIS o las causas dele enfrentamiento entre los mineros "cooperativistas" y asalariados que amenaza diversos yacimientos. O, en la cuestión del mar o la reivindicación nacional donde todavía hay algunos que le hacen juego a la diplomacia mapochina o no quieren darse por enterados de lo que significa el enclaustramiento que, en cierto modo, podemos comparar con los efectos agravados que produce la desinformación en el mundo del papel, la radio, la tv o la cibernética.
Si estuviésemos bien informados, no tendríamos que soportar esas medidas de "salvación" de los banqueros que afectan con características de desastre a la población mundial, no quedaría más camino que el de la paz y toda guerra sería severamente criticada; lo mismo que las políticas de alimentación discurrirían por lo sano y no por la "chatarra".
Hay toda una serie de factores que hacen a la desinformación y viabilizan la dominación de unas cuantas personas en detrimento del planeta; cerrar los ojos ante tal realidad es criminal y por eso es preferible desechar ese sofisma que afirma que vivimos la era de las comunicaciones o de la información y asumir que todavía nos desenvolvemos en el oscurantismo.
¿Quién se animaría a poner en duda, por ejemplo, el llamado holocausto? Los que lo han hecho ya han pagado las consecuencias y el poder del vil metal es tan grande que esta mentira es un hecho indiscutible; por mucho que haya otros "holocaustos" donde la cifra de muertos sube a 40 millones o más, como en el caso de la "revolución rusa", aliada del capital.
Lo que más afecta a la humanidad actual es la falta de información; porque hasta las mismas redes sociales que, teóricamente, debieran cubrir el vacío que los medios de las transnacionales ocupan por la fuerza, no lo hacen porque vibran al estilo de la moda, de acuerdo a las circunstancias y son en verdad excepciones que salen de la regla de la "modernidad" que no es más que sofisma y, por tanto, engaño.
Si en el ámbito internacional todavía sostenemos los orígenes de las guerras mundiales como nos dicen los ganadores y no nos animamos a discrepar porque no hay información suficiente para hacerlo; en el nivel interno nos dejamos llevar por sofismas y mentiras cínicas, como los que se manejan por "ambientalistas", "ecologistas" y una serie de yerbas en torno al TIPNIS o las causas dele enfrentamiento entre los mineros "cooperativistas" y asalariados que amenaza diversos yacimientos. O, en la cuestión del mar o la reivindicación nacional donde todavía hay algunos que le hacen juego a la diplomacia mapochina o no quieren darse por enterados de lo que significa el enclaustramiento que, en cierto modo, podemos comparar con los efectos agravados que produce la desinformación en el mundo del papel, la radio, la tv o la cibernética.
Si estuviésemos bien informados, no tendríamos que soportar esas medidas de "salvación" de los banqueros que afectan con características de desastre a la población mundial, no quedaría más camino que el de la paz y toda guerra sería severamente criticada; lo mismo que las políticas de alimentación discurrirían por lo sano y no por la "chatarra".
Hay toda una serie de factores que hacen a la desinformación y viabilizan la dominación de unas cuantas personas en detrimento del planeta; cerrar los ojos ante tal realidad es criminal y por eso es preferible desechar ese sofisma que afirma que vivimos la era de las comunicaciones o de la información y asumir que todavía nos desenvolvemos en el oscurantismo.
domingo, 17 de junio de 2012
LA MANO Y EL CODO
La raíz del conflicto en la mina de Huanuni y también en la de Colquiri, puede reducirse a esa vieja manía de algunas personas que cuando se les la mano, quieren el codo más, como reza el dicho popular, Porque después que el Gobierno acordara una serie de ventajas para la explotación de las minas que, en cierto modo, reactivaría ese sector; ahora todos quieren ser "cooperativistas" cuando hace tiempo que la realidad ha desvelado que tales "cooperativas" no dejan de ser un cruel sustituto de las viejas empresas explotadoras porque mientras unos ganan entre 30 y 50.000 Bolivianos al mes, otros apenas si tienen el salario básico, lo que desdice el tipo de organización y revela que muchos "socialistas", educados en el marxismo y hasta en el estalinismo, dejan de ser tales cuando el vil metal se les mete en los bolsillos y entre la ceja y oreja.
Bueno fuera que el propio régimen de gobierno quitara esta suerte de subvención a la minería privada, Primero, porque no cumple una función efectivamente social o económica en bien de colectivo alguno; segundo, porque es una desviación de las verdaderas intenciones de reactivación que hace ricos a unos pocos, entre ellos a los "dirigentes cooperativistas".
Lo que pasa es que sólo excepcionalmente las cooperativas en el país son tales; las más han optado por enconder verdaderos sistemas de explotación que, tal vez,algunos creían que habían pasado y se han convertido en trampolines para nuevos ricos y se manejan hasta como dinastías personales o familiares. Un somero inventario de la situación nos sorprendería con la realidad de esas instituciones y tendría que enviar a la cárcel a muchos, por la frustración de sus "socios" y por la hipocresía con que se maneja un sistema que, hasta el momento, no ha cumplido con su filosofía.
El pésimo manejo de estas organizaciones ha llegado pues a la minería y se esconden entre "cooperativistas" los neoexplotadores, los sustitutos de los "barones del estaño", aunque es excesivo decirlo porque no tienen las miras ni las perspectivas de algunos de ellos. Hay que revisar no únicamente las concesiones mineras sino también la forma de explotación de las vetas, para no estar dando paso a un renovado neoliberalismo que, esta vez, se encarama entre el "socialismo marxista" o trotskista.
De otro modo, si hoy se arregla eventualmente el tema en Colquiri, mañana puede resurgir en Huanuni o repetirse en algún sitio de la geografía nacional, porque así como los mineros reaccionaban ante la explotación de los extranjeros pueden también reaccionar ante sus sustitutos criollos. Lo que nos lleva, una vez más, a preguntarnos:¿cuál el aporte del "socialismo", la "lucha de clases" o la izquierda a la historia nacional? ¿No será una frustración todavía más grande que la que nos ha legado la derecha? Ya habrá tiempo de hacer una evaluación de cuánto debemos y a quién.
Bueno fuera que el propio régimen de gobierno quitara esta suerte de subvención a la minería privada, Primero, porque no cumple una función efectivamente social o económica en bien de colectivo alguno; segundo, porque es una desviación de las verdaderas intenciones de reactivación que hace ricos a unos pocos, entre ellos a los "dirigentes cooperativistas".
Lo que pasa es que sólo excepcionalmente las cooperativas en el país son tales; las más han optado por enconder verdaderos sistemas de explotación que, tal vez,algunos creían que habían pasado y se han convertido en trampolines para nuevos ricos y se manejan hasta como dinastías personales o familiares. Un somero inventario de la situación nos sorprendería con la realidad de esas instituciones y tendría que enviar a la cárcel a muchos, por la frustración de sus "socios" y por la hipocresía con que se maneja un sistema que, hasta el momento, no ha cumplido con su filosofía.
El pésimo manejo de estas organizaciones ha llegado pues a la minería y se esconden entre "cooperativistas" los neoexplotadores, los sustitutos de los "barones del estaño", aunque es excesivo decirlo porque no tienen las miras ni las perspectivas de algunos de ellos. Hay que revisar no únicamente las concesiones mineras sino también la forma de explotación de las vetas, para no estar dando paso a un renovado neoliberalismo que, esta vez, se encarama entre el "socialismo marxista" o trotskista.
De otro modo, si hoy se arregla eventualmente el tema en Colquiri, mañana puede resurgir en Huanuni o repetirse en algún sitio de la geografía nacional, porque así como los mineros reaccionaban ante la explotación de los extranjeros pueden también reaccionar ante sus sustitutos criollos. Lo que nos lleva, una vez más, a preguntarnos:¿cuál el aporte del "socialismo", la "lucha de clases" o la izquierda a la historia nacional? ¿No será una frustración todavía más grande que la que nos ha legado la derecha? Ya habrá tiempo de hacer una evaluación de cuánto debemos y a quién.
sábado, 16 de junio de 2012
PARQUES Y CONTAMINACIÓN
Desde que los propios trabajadores de las fábricas quemaran éstas, como protesta por la contaminación que producían, apenas iniciada la era industrial, ha pasado mucha agua bajo los puentes; pero lo que seguramente nadie pensó era que la industria se iba a dedicar al desecho, o, más exactamente, al desechable para así mantener un mercado siempre abierto.
Porque desde hace tiempo, las fábricas producen artículos que no tienen mucha expectativa de vida y deben ser reemplazados en determinado tiempo; pasa con los televisores, la línea blanca, los automóviles o cualquier otro producto que no sólo pasa de moda sino que se gasta fácilmente, al contrario de lo que se producía hace unas décadas atrás.
La contaminación es pues algo intencional, deliberado, porque lógicamente que los desechos tienen que ir a alguna parte y no se han creado basureros especiales para eliminarlos; ahí están los ejemplos de las pilas, los monitores, los CPU, las impresoras y un largo etcétera que involucra también los autos que se envían a países y ciudades para evitar una mayor polución.
Algo que también llama la atención es que los parques, las "reservas", han pasado a ser parte del negocio de las transnacionales o de la hegemonía porque no únicamente que se los declara de acuerdo a parámetros que no son nuestros sino que su "manejo" se lo adjudica a capitales extranjeros, como ha pasado reiteradamente en varias partes del planeta y cuya propiedad apenas si sus verdaderos dueños se han dado cuenta que ya no les pertenece, como en el caso de cierto acuífero argentino.
La economía "de mercado" ha ido extendiendo sus garras por todas partes y no es que el hombre, por sí solo, sea un contaminador nato sino que la industria lo ha transformado en tal imponiéndole el uso desde la bolsa de plástico hasta el automóvil "utilitario" o de "lujo" que, en los hechos, son irreparables pero, eso sí, muy sustituibles.
Por lo tanto, lo que llama la atención es que, ahora, todo el mundo se autocalifique de ambientalista, ecologista, o cualquier ista de moda; pero que los verdaderos responsables del drama del planeta no sólo queden indemnes sino vivitos y contentos y dispuestos a seguir explotando la estulticia de la gente, que no quiere darse por enterada que no es más que un títere del mercado; que tampoco es cierto que se regula a sí mismo sino que responde a los intereses de los especuladores, los acaparadores, los avaros; así se trate del azúcar, del petróleo o los metales preciosos, donde tampoco escapan los productores renovables porque hasta un registro internacional se ha creado para cobrar patentes y otras exigencias como si fuera el vil metal el dios del mundo.
No nos engañemos; la contaminación también es un buen negocio y en él entran los parques, las reservas y todo lo que se pueda cambiar por unas monedas o por miles de millones del "verde" que ya no está tan seguro y que quiere torpedear las otras monedas para asegurar su subsistencia.
Porque desde hace tiempo, las fábricas producen artículos que no tienen mucha expectativa de vida y deben ser reemplazados en determinado tiempo; pasa con los televisores, la línea blanca, los automóviles o cualquier otro producto que no sólo pasa de moda sino que se gasta fácilmente, al contrario de lo que se producía hace unas décadas atrás.
La contaminación es pues algo intencional, deliberado, porque lógicamente que los desechos tienen que ir a alguna parte y no se han creado basureros especiales para eliminarlos; ahí están los ejemplos de las pilas, los monitores, los CPU, las impresoras y un largo etcétera que involucra también los autos que se envían a países y ciudades para evitar una mayor polución.
Algo que también llama la atención es que los parques, las "reservas", han pasado a ser parte del negocio de las transnacionales o de la hegemonía porque no únicamente que se los declara de acuerdo a parámetros que no son nuestros sino que su "manejo" se lo adjudica a capitales extranjeros, como ha pasado reiteradamente en varias partes del planeta y cuya propiedad apenas si sus verdaderos dueños se han dado cuenta que ya no les pertenece, como en el caso de cierto acuífero argentino.
La economía "de mercado" ha ido extendiendo sus garras por todas partes y no es que el hombre, por sí solo, sea un contaminador nato sino que la industria lo ha transformado en tal imponiéndole el uso desde la bolsa de plástico hasta el automóvil "utilitario" o de "lujo" que, en los hechos, son irreparables pero, eso sí, muy sustituibles.
Por lo tanto, lo que llama la atención es que, ahora, todo el mundo se autocalifique de ambientalista, ecologista, o cualquier ista de moda; pero que los verdaderos responsables del drama del planeta no sólo queden indemnes sino vivitos y contentos y dispuestos a seguir explotando la estulticia de la gente, que no quiere darse por enterada que no es más que un títere del mercado; que tampoco es cierto que se regula a sí mismo sino que responde a los intereses de los especuladores, los acaparadores, los avaros; así se trate del azúcar, del petróleo o los metales preciosos, donde tampoco escapan los productores renovables porque hasta un registro internacional se ha creado para cobrar patentes y otras exigencias como si fuera el vil metal el dios del mundo.
No nos engañemos; la contaminación también es un buen negocio y en él entran los parques, las reservas y todo lo que se pueda cambiar por unas monedas o por miles de millones del "verde" que ya no está tan seguro y que quiere torpedear las otras monedas para asegurar su subsistencia.
viernes, 15 de junio de 2012
LOS HACEDORES DE MILAGROS
Han pasado ya varios días de la reunión de Cancilleres de la OEA y todavía hay algunos hacedores de milagros que se desgarran las vestiduras porque, según ellos, el gobierno no consiguió que en esa reunión Chile devolviera lo usurpado.
Pero, independientemente, de la majadería de esos "opositores", el nerviosismo de la diplomacia araucana es cada vez más perceptible y está a punto de romper en llanto. No otra cosa significa que uno de sus diputados sorprendiera son sus "leseras" de "huaso" diciendo que si el Presidente boliviano iba a La Haya, lo iba a recibir el portero o que el propio Canciller pida que no hable tanto porque, seguramente, es cada vez más comprometida la situación de Chile en la comunidad internacional.
Y, aunque no quieran, es una verdad que el Tratado de 1904 está muerto desde hace tiempo porque los primeros en incumplirlo fueron los propios chilenos y nosotros nada tuvimos que ver es esas situaciones donde la ambición y la prepotencia de la diplomacia de La Moneda, quiso hacer creer a todo el mundo que no sólo que no había robado el territorio arrebatado a Bolivia sino que se le estaba compensando pródigamente, cuando la verdad es muy diferente y bastaría hacer un inventario de cómo ha cambiado la situación de Chile, a propósito de las concesiones bolivianas y cómo se ha agudizado nuestro enclaustramiento por la complicidad de algunos malos bolivianos con la antipatria.
Sin ir más lejos; ahí están los ejemplos de la desviación del río Lauca que, incluso, se hizo con trabajadores y dineros bolivianos, el usufructo de las aguas del Silala, aunque ya no existe la Bolivian Ralway administrador del ferrocarril que era el verdadero concesionario, la construcción del oleoducto Sica Sica-Arica, la ayuda proporcionada a los gobiernos de Ibañez del Campo y Pinochet por los gobiernos civiles y militares de Paz Estenssoro y Banzer, que les sacaron las castañas del fuego o ese silencio cómplice de la oligarquía cruceña que permitió una infiltración comercial y financiera alarmante en ese departamento.
¿Qué recibió Bolivia? Nada; trabas arancelarias, de transporte, en los puertos y hasta una política de discriminación del ingreso de mercaderías como nunca ha existido en nación alguna.
Tienen pues muchas razones los diplomáticos y gobernantes chilenos para sentir ese nerviosismo que están expresando en sus declaraciones que no hacen sino ratificar que no quieren la revisión del Tratado y la devolución de parte del territorio usurpado, que es lo que corresponde si nos atenemos a un mínimo de justicia y de juridicidad.
Hay que seguir "pinchando" a los políticos chilenos para que vayan poniéndose más nerviosos todavía y revelando la hipocresía mayúscula de su diplomacia. Veremos si aguantan.
Pero, independientemente, de la majadería de esos "opositores", el nerviosismo de la diplomacia araucana es cada vez más perceptible y está a punto de romper en llanto. No otra cosa significa que uno de sus diputados sorprendiera son sus "leseras" de "huaso" diciendo que si el Presidente boliviano iba a La Haya, lo iba a recibir el portero o que el propio Canciller pida que no hable tanto porque, seguramente, es cada vez más comprometida la situación de Chile en la comunidad internacional.
Y, aunque no quieran, es una verdad que el Tratado de 1904 está muerto desde hace tiempo porque los primeros en incumplirlo fueron los propios chilenos y nosotros nada tuvimos que ver es esas situaciones donde la ambición y la prepotencia de la diplomacia de La Moneda, quiso hacer creer a todo el mundo que no sólo que no había robado el territorio arrebatado a Bolivia sino que se le estaba compensando pródigamente, cuando la verdad es muy diferente y bastaría hacer un inventario de cómo ha cambiado la situación de Chile, a propósito de las concesiones bolivianas y cómo se ha agudizado nuestro enclaustramiento por la complicidad de algunos malos bolivianos con la antipatria.
Sin ir más lejos; ahí están los ejemplos de la desviación del río Lauca que, incluso, se hizo con trabajadores y dineros bolivianos, el usufructo de las aguas del Silala, aunque ya no existe la Bolivian Ralway administrador del ferrocarril que era el verdadero concesionario, la construcción del oleoducto Sica Sica-Arica, la ayuda proporcionada a los gobiernos de Ibañez del Campo y Pinochet por los gobiernos civiles y militares de Paz Estenssoro y Banzer, que les sacaron las castañas del fuego o ese silencio cómplice de la oligarquía cruceña que permitió una infiltración comercial y financiera alarmante en ese departamento.
¿Qué recibió Bolivia? Nada; trabas arancelarias, de transporte, en los puertos y hasta una política de discriminación del ingreso de mercaderías como nunca ha existido en nación alguna.
Tienen pues muchas razones los diplomáticos y gobernantes chilenos para sentir ese nerviosismo que están expresando en sus declaraciones que no hacen sino ratificar que no quieren la revisión del Tratado y la devolución de parte del territorio usurpado, que es lo que corresponde si nos atenemos a un mínimo de justicia y de juridicidad.
Hay que seguir "pinchando" a los políticos chilenos para que vayan poniéndose más nerviosos todavía y revelando la hipocresía mayúscula de su diplomacia. Veremos si aguantan.
jueves, 14 de junio de 2012
SABIDURÍA - IGNORANCIA
Cuando un magistrado boliviano anunció que recurría a la hoja de coca para ayudarse en sus decisiones judiciales; se le vino el mundo encima pues muchos "intelectuales" no sólo que lo ridiculizaron y se desgarraron las vestiduras sino que hasta lo convocaron a una explicación en la Asamblea Legislativa. El magistrado lógicamente se ratificó en su decisión y práctica.
Los "opositores" dicen que no están de acuerdo con él; pero que está ejerciendo su derecho de expresión; lo que nos da una idea de cómo andan desorientados porque no atañe a la expresión sino a la libertad misma ya que es parte de la cultura. Mas, lo curioso, resulta no únicamente de la expresión de cierto sentido peyorativo y hasta discriminatorio con el "indígena" sino que los que se creen fieles descendientes de la razón y, por ende, de los griegos, se ve que ignoran que hasta sus más grandes estadistas recurrían a augures y hasta adivinos para tomar sus decisiones más trascendentales y la historia nos habla de pitonizas y oráculos famosos que colaboraron con muchos gobernantes.
Lo que nos lleva, una vez más, a recordar cómo ya en el siglo XVI se hablaba de la "ignorancia titulada" que es lo que venimos soportando desde entonces, pues da para la risa la suntuosidad o el pavoneo con que algunos se presentan luciendo sus títulos y queriendo dar cátedra de ellos.
Y es que nuestro medio "intelectual", en el mundo entero, se hace más de fanfarronería que de conocimiento o sabiduría; el hecho mismo que la ciencia no haya podido hasta ahora develar muchos misterios de la historia antigua del hombre y continúe con un incierto porvenir pues no sabe si su deber primario es acercarse a la tierra o huir de ella, nos hace sospechar que mucho nos falta de saber, de aprender, de aprehender la realidad y, consiguientemente no sólo explicarla sino proyectarla.
Lo que pasa con nuestro magistrado aymara y sus detractores puede extenderse a infinidad de anécdotas o hechos históricos a lo largo y ancho del planeta, que dejan pálida la inquisición a la que se le atribuyen verdades y mentiras. Lo único cierto que queda es la soberbia o la vanidad, con cuanta razón decían los latinos: vanitas, vanitatum, omnia vanitas, que podríamos traducir como: vanidad de vanidades y todo es vanidad, aunque no sea literal.
Entretanto, sea nuestro magistrado sabio o impostor, no hay duda que está pasando las de Caín, porque no logra hacerse entender y, quizá, es como dar margaritas a los chanchos. Y, en su posición, traduce la realidad en general de la tierra que ya no sabe si se acerca más a la sabiduría o la ignorancia.
Los "opositores" dicen que no están de acuerdo con él; pero que está ejerciendo su derecho de expresión; lo que nos da una idea de cómo andan desorientados porque no atañe a la expresión sino a la libertad misma ya que es parte de la cultura. Mas, lo curioso, resulta no únicamente de la expresión de cierto sentido peyorativo y hasta discriminatorio con el "indígena" sino que los que se creen fieles descendientes de la razón y, por ende, de los griegos, se ve que ignoran que hasta sus más grandes estadistas recurrían a augures y hasta adivinos para tomar sus decisiones más trascendentales y la historia nos habla de pitonizas y oráculos famosos que colaboraron con muchos gobernantes.
Lo que nos lleva, una vez más, a recordar cómo ya en el siglo XVI se hablaba de la "ignorancia titulada" que es lo que venimos soportando desde entonces, pues da para la risa la suntuosidad o el pavoneo con que algunos se presentan luciendo sus títulos y queriendo dar cátedra de ellos.
Y es que nuestro medio "intelectual", en el mundo entero, se hace más de fanfarronería que de conocimiento o sabiduría; el hecho mismo que la ciencia no haya podido hasta ahora develar muchos misterios de la historia antigua del hombre y continúe con un incierto porvenir pues no sabe si su deber primario es acercarse a la tierra o huir de ella, nos hace sospechar que mucho nos falta de saber, de aprender, de aprehender la realidad y, consiguientemente no sólo explicarla sino proyectarla.
Lo que pasa con nuestro magistrado aymara y sus detractores puede extenderse a infinidad de anécdotas o hechos históricos a lo largo y ancho del planeta, que dejan pálida la inquisición a la que se le atribuyen verdades y mentiras. Lo único cierto que queda es la soberbia o la vanidad, con cuanta razón decían los latinos: vanitas, vanitatum, omnia vanitas, que podríamos traducir como: vanidad de vanidades y todo es vanidad, aunque no sea literal.
Entretanto, sea nuestro magistrado sabio o impostor, no hay duda que está pasando las de Caín, porque no logra hacerse entender y, quizá, es como dar margaritas a los chanchos. Y, en su posición, traduce la realidad en general de la tierra que ya no sabe si se acerca más a la sabiduría o la ignorancia.
miércoles, 13 de junio de 2012
DEPENDENCIA-CORRUPCIÓN-IMPUNIDAD
El título es el sistema que EEUU ha usado en la América Latina para sojuzgar nuestros pueblos y controlar sus gobiernos; no podemos olvidar al respecto que el mismo se instaló en Bolivia paralelamente a la "revolución nacional" de 1952 cuando el llamado "libertador económico" se hizo cargo del Palacio Quemado, sin haber participado en la refriega que tuvo sus vaivenes y donde se sospecha también de un amaño cuando los militares reaccionaban y circularon misteriosos maletines.
En todo caso, desde entonces se institucionalizó la corrupción, aunque sea una contradicción el admitirlo, porque no únicamente que entre los gobernantes se distribuyeron "préstamos de honor" que nadie sabe quién devolvió, si es que alguno hubo, sino que la administración del Estado se llenó de negociados a cual más diversos; desde las famosas latas de manteca que nunca existieron hasta la palas cerealeras que se compraron para las minas y su explotación. Claro que, como el poder judicial se hizo parte del sistema, nunca cumplió sus funciones y si alguna vez lo hizo fue simplemente gracias a esas excepciones que justifican la regla y entre los que hay unos pocos que reconocer y ponderar.
Por eso es que se hizo también costumbre aprobar dentro del presupuesto general, una partida importante de "gastos reservados" y cuyo destino, como dice actualmente un ex General de las FFAA, era "secreto", aunque todos sabían a qué estaban destinados y no era, precisamente, para los organismos de inteligencia o seguridad sino para comprar dirigentes sindicales o financiar los caprichos de algunos que se mostraban díscolos con el oficialismo; en medio hay toda una variedad de formas de corrupción, desde el propio enriquecimiento, el envío de divisas al exterior para una eventual fuga o exilio, hasta la mantención de amantes y algún "cuartito azul" destinado a los bacanales.
Se puede pues decir que todo estaba "dentro de la ley" pero lógicamente fuera de la moral y de la ética, por lo que la investigación que ahora se hace de esos dineros que ya se eliminaron del presupuesto, tiene que tropezar con el leguleyismo de abogados y defendidos que, en cierto modo, pueden decir que todo era legal; pero que es imposible que digan que fue moral.
Y si de levantar la moral y la ética como escudos, se trata, no es nada convincente porque, por encima de lo reservados y secretos que eran esos gastos y dineros, todo el pueblo sabe por qué se aprobaban y quienes eran sus beneficiarios y a qué estaban destinados, es decir, a mantener el sistema de dependencia-corrupción e impunidad que no sólo ha dado resultados al sur del río Bravo sino también en el mundo entero, incluso, fuera o dentro de lo que se conocía como la "cortina de hierro".
Si hiciésemos un inventario de todo nuestro acontecer en las últimas 6 décadas, nos encontraríamos con asuntos verdaderamente escandalosos que se generaron por la dependencia que muchos gobernantes aceptaron voluntariamente o por las circunstancias.
Que se haga los esfuerzos pertinentes para revelar toda esa sórdida trama de la dependencia, es ya una hazaña que revela hasta qué punto los bolivianos queremos deshacernos de todo paternalismo siniestro que nos encadenó al subdesarrollo y los problemas crónicos.
En todo caso, desde entonces se institucionalizó la corrupción, aunque sea una contradicción el admitirlo, porque no únicamente que entre los gobernantes se distribuyeron "préstamos de honor" que nadie sabe quién devolvió, si es que alguno hubo, sino que la administración del Estado se llenó de negociados a cual más diversos; desde las famosas latas de manteca que nunca existieron hasta la palas cerealeras que se compraron para las minas y su explotación. Claro que, como el poder judicial se hizo parte del sistema, nunca cumplió sus funciones y si alguna vez lo hizo fue simplemente gracias a esas excepciones que justifican la regla y entre los que hay unos pocos que reconocer y ponderar.
Por eso es que se hizo también costumbre aprobar dentro del presupuesto general, una partida importante de "gastos reservados" y cuyo destino, como dice actualmente un ex General de las FFAA, era "secreto", aunque todos sabían a qué estaban destinados y no era, precisamente, para los organismos de inteligencia o seguridad sino para comprar dirigentes sindicales o financiar los caprichos de algunos que se mostraban díscolos con el oficialismo; en medio hay toda una variedad de formas de corrupción, desde el propio enriquecimiento, el envío de divisas al exterior para una eventual fuga o exilio, hasta la mantención de amantes y algún "cuartito azul" destinado a los bacanales.
Se puede pues decir que todo estaba "dentro de la ley" pero lógicamente fuera de la moral y de la ética, por lo que la investigación que ahora se hace de esos dineros que ya se eliminaron del presupuesto, tiene que tropezar con el leguleyismo de abogados y defendidos que, en cierto modo, pueden decir que todo era legal; pero que es imposible que digan que fue moral.
Y si de levantar la moral y la ética como escudos, se trata, no es nada convincente porque, por encima de lo reservados y secretos que eran esos gastos y dineros, todo el pueblo sabe por qué se aprobaban y quienes eran sus beneficiarios y a qué estaban destinados, es decir, a mantener el sistema de dependencia-corrupción e impunidad que no sólo ha dado resultados al sur del río Bravo sino también en el mundo entero, incluso, fuera o dentro de lo que se conocía como la "cortina de hierro".
Si hiciésemos un inventario de todo nuestro acontecer en las últimas 6 décadas, nos encontraríamos con asuntos verdaderamente escandalosos que se generaron por la dependencia que muchos gobernantes aceptaron voluntariamente o por las circunstancias.
Que se haga los esfuerzos pertinentes para revelar toda esa sórdida trama de la dependencia, es ya una hazaña que revela hasta qué punto los bolivianos queremos deshacernos de todo paternalismo siniestro que nos encadenó al subdesarrollo y los problemas crónicos.
martes, 12 de junio de 2012
SALVAR BANQUEROS
En el mundo, cuando se habla de salvar bancos, en realidad se trata de salvar banqueros y, con ellos, el sistema materialista y avaro con que se maneja el planeta. La situación crítica de la economía actual no sólo es repetitiva sino que tampoco aportará solución alguna al problema estructural que sufre la humanidad: su excesivo materialismo, al que no pueden escapar ni los más fanáticos izquierdistas porque se han hecho parte del consumismo.
Pero lo que más irrita es que siempre sea el pueblo en general, el ciudadano común, es decir, los menos afortunados, los que acudan en rescate de los banqueros que nunca pierden ni han perdido un centavo porque por mucho que sus negocios se vayan al naufragio ellos siempre tienen listos varios salvavidas con que seguir engordando los bolsillos, con que seguir explotando el planeta con fines sectarios, con que seguir arriesgándolo todo, desde la vida hasta la muerte.
Y pierde el pueblo no únicamente porque tiene que pagar la factura de los gordos por duplicado o multiplicado sino porque lo hace con restricciones; que van desde las que afectan a la libertad en general, hasta las que comprometen obras sociales que mejoren su calidad de vida. Cada centavo que se compromete para salvar un sinvergüenza significa la precariedad o la condena de cientos o miles de ciudadanos en todo el planeta; porque tampoco es cierto que la crisis tenga fronteras pues se extiende como dominó por toda la tierra y hasta las economías más seguras, si las hay, no pueden escapar a las consecuencias de tanto egoísmo.
Lo peor de este sistema avaricioso es que compromete, fundamentalmente, la paz en el mundo, porque así como puede manifestarse en descontento ciudadano en las ciudades, en más desocupación o restricciones salariales, puede también conducirnos a la guerra entre naciones para reactivar uno de los negocios más nefastos del planeta: la guerra.
Y precisamente por ésto es que sorprende que las crisis sean repetitivas porque conociendo cómo se maneja la economía en el planeta, donde la inversión o el gasto formal, diríamos legal, es el que menos ganancias da; entonces, es lícito preguntarse: ¿dónde van las jugosas ganancias del tráfico de personas, de drogas, de armas y hasta del mismo dinero? Porque ya para nadie es desconocido que la economía "subterránea" gobierna el mundo y sólo la hipocresía nos hace pensar que se persigue narcotraficantes, esclavizadores, especuladores o negociantes de la prostitución.
No hay duda que lo que más nos falta es información y, de tenerla, podría significar un detonante mucho más grande que el actual donde ya se empieza a percibir que no todos están idiotizados y que empieza a surgir una corriente para no seguir salvando banqueros corruptos hasta la médula.
Si, como se dice tanto, los capitales son de riesgo, especialmente cuando se trata de socorrer algún país, ¿por qué no lo asumen los banqueros y no claman al Estado cuando les conviene?
Pero lo que más irrita es que siempre sea el pueblo en general, el ciudadano común, es decir, los menos afortunados, los que acudan en rescate de los banqueros que nunca pierden ni han perdido un centavo porque por mucho que sus negocios se vayan al naufragio ellos siempre tienen listos varios salvavidas con que seguir engordando los bolsillos, con que seguir explotando el planeta con fines sectarios, con que seguir arriesgándolo todo, desde la vida hasta la muerte.
Y pierde el pueblo no únicamente porque tiene que pagar la factura de los gordos por duplicado o multiplicado sino porque lo hace con restricciones; que van desde las que afectan a la libertad en general, hasta las que comprometen obras sociales que mejoren su calidad de vida. Cada centavo que se compromete para salvar un sinvergüenza significa la precariedad o la condena de cientos o miles de ciudadanos en todo el planeta; porque tampoco es cierto que la crisis tenga fronteras pues se extiende como dominó por toda la tierra y hasta las economías más seguras, si las hay, no pueden escapar a las consecuencias de tanto egoísmo.
Lo peor de este sistema avaricioso es que compromete, fundamentalmente, la paz en el mundo, porque así como puede manifestarse en descontento ciudadano en las ciudades, en más desocupación o restricciones salariales, puede también conducirnos a la guerra entre naciones para reactivar uno de los negocios más nefastos del planeta: la guerra.
Y precisamente por ésto es que sorprende que las crisis sean repetitivas porque conociendo cómo se maneja la economía en el planeta, donde la inversión o el gasto formal, diríamos legal, es el que menos ganancias da; entonces, es lícito preguntarse: ¿dónde van las jugosas ganancias del tráfico de personas, de drogas, de armas y hasta del mismo dinero? Porque ya para nadie es desconocido que la economía "subterránea" gobierna el mundo y sólo la hipocresía nos hace pensar que se persigue narcotraficantes, esclavizadores, especuladores o negociantes de la prostitución.
No hay duda que lo que más nos falta es información y, de tenerla, podría significar un detonante mucho más grande que el actual donde ya se empieza a percibir que no todos están idiotizados y que empieza a surgir una corriente para no seguir salvando banqueros corruptos hasta la médula.
Si, como se dice tanto, los capitales son de riesgo, especialmente cuando se trata de socorrer algún país, ¿por qué no lo asumen los banqueros y no claman al Estado cuando les conviene?
lunes, 11 de junio de 2012
EL ANZUELO DEL MAR
En Bolivia, nuestros gobernantes, han mordido varias veces el anzuelo del mar o por estulticia o por compromiso pues, curiosamente, con el abrazo de Arica y el de Charaña es cuando menos nos acercamos a la reivindicación y servimos la política de hegemonía del Norte que no sólo nos obligó a financiar la campaña electoral de Ibañez del Campo sino también la falta de alimentos de primera necesidad y energía que tuvo que enfrentar el régimen de Pinochet, con gran ahorro de divisas del "hermano mayor".
En realidad, esta estrategia ha sido varias veces denunciada por estudiosos del tema; pero siempre nuestras burocracias partidistas o logieras han preferido seguir sus propios caminos que buscar el real retorno al mar. Por eso es que ahora se siente el nerviosismo de la Casa de La Moneda, cuando se advierte el derecho que tenemos de recurrir a organismos internacionales en búsqueda de justicia y de paz. Porque no hay tratado irrevisable y menos todavía cuando alguno se ha impuesto por la fuerza de las armas, que es lo que ocurrió con el del 1904.
Pero, independientemente de esas mordidas al anzuelo del mar por estulticia o compromiso, en las últimas 6 décadas hemos sido objeto de la "continentalización" que busca la diplomacia chilena de sus intereses, ya que está convencida que no tiene perspectivas futuras con su territorio escaso, escasísimo habría que decir si le restamos el usurpado a Bolivia, y aprovecha su condición de incondicional de los imperialismos de turno para extenderse o extender los dominios del vil metal y del materialismo.
Le hemos dado un oleoducto importante (Sica Sica - Arica) para que se beneficie de nuestro petróleo, le hemos desviado uno de nuestros ríos (el Lauca) y todavía le damos gratuitamente el agua del Silala para irrigar sus tierras; nos hacemos a los ciegos con su penetración económica en el oriente boliviano y sus tenebrosas apuestas a la desintegración y todavía algunas instituciones, como la OEA, se hacen a los suecos o a los suizos.
Pero algo que no habíamos conseguido en el pasado es que se quitara la máscara, como lo ha hecho en la última reunión de Cancilleres de la OEA en Tiquipaya, donde no tuvo otra opción que mostrar sus verdaderas intenciones.
Este es, tal vez, el mejor logro de la diplomacia boliviana en esa hipócrita disputa entre la víctima del pasado y el verdugo desde entonces y es importante para acudir a los tribunales internacionales aunque no contemos, como ellos, con el respaldo de las potencias del materialismo que explota el planeta y que se sirve de estas oligarquías seudointermediarias que no son sino sirvientes de intereses ajenos y onerosos para la América Latina.
De ahora en adelante, el anzuelo del mar ya no cobrará más ingenuos ni dará paso a más sinvergüenzas que especulan y especularon con las aspiraciones y necesidades de nuestro pueblo.
En realidad, esta estrategia ha sido varias veces denunciada por estudiosos del tema; pero siempre nuestras burocracias partidistas o logieras han preferido seguir sus propios caminos que buscar el real retorno al mar. Por eso es que ahora se siente el nerviosismo de la Casa de La Moneda, cuando se advierte el derecho que tenemos de recurrir a organismos internacionales en búsqueda de justicia y de paz. Porque no hay tratado irrevisable y menos todavía cuando alguno se ha impuesto por la fuerza de las armas, que es lo que ocurrió con el del 1904.
Pero, independientemente de esas mordidas al anzuelo del mar por estulticia o compromiso, en las últimas 6 décadas hemos sido objeto de la "continentalización" que busca la diplomacia chilena de sus intereses, ya que está convencida que no tiene perspectivas futuras con su territorio escaso, escasísimo habría que decir si le restamos el usurpado a Bolivia, y aprovecha su condición de incondicional de los imperialismos de turno para extenderse o extender los dominios del vil metal y del materialismo.
Le hemos dado un oleoducto importante (Sica Sica - Arica) para que se beneficie de nuestro petróleo, le hemos desviado uno de nuestros ríos (el Lauca) y todavía le damos gratuitamente el agua del Silala para irrigar sus tierras; nos hacemos a los ciegos con su penetración económica en el oriente boliviano y sus tenebrosas apuestas a la desintegración y todavía algunas instituciones, como la OEA, se hacen a los suecos o a los suizos.
Pero algo que no habíamos conseguido en el pasado es que se quitara la máscara, como lo ha hecho en la última reunión de Cancilleres de la OEA en Tiquipaya, donde no tuvo otra opción que mostrar sus verdaderas intenciones.
Este es, tal vez, el mejor logro de la diplomacia boliviana en esa hipócrita disputa entre la víctima del pasado y el verdugo desde entonces y es importante para acudir a los tribunales internacionales aunque no contemos, como ellos, con el respaldo de las potencias del materialismo que explota el planeta y que se sirve de estas oligarquías seudointermediarias que no son sino sirvientes de intereses ajenos y onerosos para la América Latina.
De ahora en adelante, el anzuelo del mar ya no cobrará más ingenuos ni dará paso a más sinvergüenzas que especulan y especularon con las aspiraciones y necesidades de nuestro pueblo.
domingo, 10 de junio de 2012
TIEMPOS DE CAMBIO
En el mundo entero vivimos tiempos de cambio. ¿Pero por qué? Hay una diversidad de factores que se pueden resumir en uno solo: el fracaso de la política o, más exactamente, la politiquería; porque desde que los griegos en el ágora se presentaban con la soga al cuello para proponer políticas de administración estatal y, si no convencían, tiraban de la cuerda, la politiquería se ha ido adueñando del planeta para sus fines materialistas y egoístas.
Esta frustración popular y fracaso politiquero se siente lo mismo entre los indignados europeos, en las disputas de minorías sobre falsos problemas en nuestras tierras o en la discrepancia sobre las políticas de la primera mandataria argentina. Las especulaciones al respecto, van también de uno a otro lado sin concierto; mientras para los idealistas lo que hay que sustituir es el capital, la avaricia, el egoísmo, para los más realistas todos se debe a las intrigas que se tejen alrededor del gobierno oculto de la tierra, aunque todo parezca contradictorio.
En todo caso, el proceso de cambio continúa; en unas partes con la insurgencia abierta de descontentos que quieren ser escuchados, en otras pidiendo una democracia real y no de mercado y en muchas otras en contradicciones sobre la realidad y las "políticas", como tanto vemos diariamente en el acontecer europeo donde ya nadie sabe si fortalecer el Euro o el retorno a las monedas locales puede ser la salvación.
Lo malo de este ambiente de cambio es que está sembrado de confusión, de impostores y usurpadores mientras la realidad nos hace percibir, más claramente cada día, que tanto la derecha como la izquierda son lo mismo, que ya no hay opositores porque el debate ideológico no existe más, que la credulidad en el hombre, en sus instituciones corre grave riesgo porque ya no trasuntan ninguna realidad.
Y, aunque no se crea, todo este vacío lo que nos está reclamando es una mejor atención no únicamente al planeta, al sistema de vida de la humanidad sino también al contacto con el exterior, es decir, el universo en general, no buscando los planetas que, probablemente, tengan vida sino el origen de todo. Volver a las cosmogonías es hasta imperativo si queremos estar de acuerdo a la actualidad, porque ya el materialismo ha fracasado y sigue fracasando, vestido del verde del dólar, del rojo de la supuesta resurrección rusa o del azul monárquico francés. ¿Y quién puede guiarnos en esta búsqueda de cosmogonías, cuando todo hemos teñido de mitos y hasta de mentiras?
Esta es la más profunda realidad de los tiempos de cambio: Compromete la esencia misma del hombre.
Esta frustración popular y fracaso politiquero se siente lo mismo entre los indignados europeos, en las disputas de minorías sobre falsos problemas en nuestras tierras o en la discrepancia sobre las políticas de la primera mandataria argentina. Las especulaciones al respecto, van también de uno a otro lado sin concierto; mientras para los idealistas lo que hay que sustituir es el capital, la avaricia, el egoísmo, para los más realistas todos se debe a las intrigas que se tejen alrededor del gobierno oculto de la tierra, aunque todo parezca contradictorio.
En todo caso, el proceso de cambio continúa; en unas partes con la insurgencia abierta de descontentos que quieren ser escuchados, en otras pidiendo una democracia real y no de mercado y en muchas otras en contradicciones sobre la realidad y las "políticas", como tanto vemos diariamente en el acontecer europeo donde ya nadie sabe si fortalecer el Euro o el retorno a las monedas locales puede ser la salvación.
Lo malo de este ambiente de cambio es que está sembrado de confusión, de impostores y usurpadores mientras la realidad nos hace percibir, más claramente cada día, que tanto la derecha como la izquierda son lo mismo, que ya no hay opositores porque el debate ideológico no existe más, que la credulidad en el hombre, en sus instituciones corre grave riesgo porque ya no trasuntan ninguna realidad.
Y, aunque no se crea, todo este vacío lo que nos está reclamando es una mejor atención no únicamente al planeta, al sistema de vida de la humanidad sino también al contacto con el exterior, es decir, el universo en general, no buscando los planetas que, probablemente, tengan vida sino el origen de todo. Volver a las cosmogonías es hasta imperativo si queremos estar de acuerdo a la actualidad, porque ya el materialismo ha fracasado y sigue fracasando, vestido del verde del dólar, del rojo de la supuesta resurrección rusa o del azul monárquico francés. ¿Y quién puede guiarnos en esta búsqueda de cosmogonías, cuando todo hemos teñido de mitos y hasta de mentiras?
Esta es la más profunda realidad de los tiempos de cambio: Compromete la esencia misma del hombre.
sábado, 9 de junio de 2012
"REFUGIADOS" y "PERSEGUIDOS"
Nunca mejor ocasión para aplicar aquello de: "no son todos los que están, ni están todos los que son"; porque en cuestión de perseguidos y refugiados hay una amplia variedad. Desde aquellos que efectivamente lo son hasta los que se hacen para conseguir una visa, una recompensa económica o, finalmente, simple protagonismo.
Además, no hay que olvidar que la democracia de mercado que vivimos ha comercializado todo: desde la militancia, hasta la candidatura; ya nada depende de las ideas, los programas o las propuestas sino de la "inversión", como decía cínicamente el "Goni", la punta de lanza del neoliberalismo.
Hace un buen tiempo, se presentaron ante las autoridades algunas personas para autocalificarse de víctimas de las repetidas tiranías que vivimos los bolivianos y solicitar una "compensación" económica y lo que más llamó la atención era que, posteriormente, la lista se hizo más profusa que una guía telefónica, aunque, de acuerdo a un caricaturista nacional, en la lista debiéramos estar todos los bolivianos y no sólo los "vivos".
El tema tiene que volver a la polémica por la supuesta concesión de asilo al senador Pinto, que es acusado por una decena de delitos comunes y económicos y que se asemeja a otros "perseguidos" que prefirieron poner tierra de por medio, antes que responder por sus actos de evidente corrupción que puede que no tenga las pruebas judiciales necesarias pero que el pueblo conoce sin necesidad de tecnicismos.
Lo que pasa es que en Bolivia la administración de la justicia sólo excepcionalmente ha sido acertada y dentro del marco de la equidad; la mayor parte de las veces el "tercer poder" del Estado se ha caracterizado por ser partidista, sectario, prebendal y, por consiguiente, parte del sistema de dependencia-corrupción e impunidad y es lógico que cuando quiere hacer las cosas bien cause sospechas.
Pero para quienes han sufrido, realmente, persecución y daños por parte de regímenes tiránicos o "democráticos", instaurados en el Estado o, incluso, institucionalmente, no deja de ser una burla que se aprovechen de la ideología, de las ideas, de la libertad de pensamiento y de expresión, para hacer negocio los que sólo contribuyen a ampliar el mercado de las cosas.
Pero así están las cosas y ahora más todavía cuando vivimos todos los signos y síntomas de una decadencia de la humanidad en general que es ya imparable y, por muy cíclica que sea, lamentable y desastrosa porque trae como consecuencia confusión y caos; donde nada es posible construir.
Que la concedan el asilo al senador de la oposición, no quiere decir nada, no significa nada y en vano se pueden formar bandos alrededor de él o en contra porque nadie sabe ya dónde está la verdad y es una cuestión que no hay que achacar al presente sino más bien al pasado.
Además, no hay que olvidar que la democracia de mercado que vivimos ha comercializado todo: desde la militancia, hasta la candidatura; ya nada depende de las ideas, los programas o las propuestas sino de la "inversión", como decía cínicamente el "Goni", la punta de lanza del neoliberalismo.
Hace un buen tiempo, se presentaron ante las autoridades algunas personas para autocalificarse de víctimas de las repetidas tiranías que vivimos los bolivianos y solicitar una "compensación" económica y lo que más llamó la atención era que, posteriormente, la lista se hizo más profusa que una guía telefónica, aunque, de acuerdo a un caricaturista nacional, en la lista debiéramos estar todos los bolivianos y no sólo los "vivos".
El tema tiene que volver a la polémica por la supuesta concesión de asilo al senador Pinto, que es acusado por una decena de delitos comunes y económicos y que se asemeja a otros "perseguidos" que prefirieron poner tierra de por medio, antes que responder por sus actos de evidente corrupción que puede que no tenga las pruebas judiciales necesarias pero que el pueblo conoce sin necesidad de tecnicismos.
Lo que pasa es que en Bolivia la administración de la justicia sólo excepcionalmente ha sido acertada y dentro del marco de la equidad; la mayor parte de las veces el "tercer poder" del Estado se ha caracterizado por ser partidista, sectario, prebendal y, por consiguiente, parte del sistema de dependencia-corrupción e impunidad y es lógico que cuando quiere hacer las cosas bien cause sospechas.
Pero para quienes han sufrido, realmente, persecución y daños por parte de regímenes tiránicos o "democráticos", instaurados en el Estado o, incluso, institucionalmente, no deja de ser una burla que se aprovechen de la ideología, de las ideas, de la libertad de pensamiento y de expresión, para hacer negocio los que sólo contribuyen a ampliar el mercado de las cosas.
Pero así están las cosas y ahora más todavía cuando vivimos todos los signos y síntomas de una decadencia de la humanidad en general que es ya imparable y, por muy cíclica que sea, lamentable y desastrosa porque trae como consecuencia confusión y caos; donde nada es posible construir.
Que la concedan el asilo al senador de la oposición, no quiere decir nada, no significa nada y en vano se pueden formar bandos alrededor de él o en contra porque nadie sabe ya dónde está la verdad y es una cuestión que no hay que achacar al presente sino más bien al pasado.
viernes, 8 de junio de 2012
"MENTALIDAD ONEGESISTA"
Precisamente porque nos contrastan con la realidad, las declaraciones del Presidente ecuatoriano en Cochabamba, nos permiten hacer una serie de reflexiones necesarias para percibir, leer, la cotidianeidad en que nos desenvolvemos en el mundo actual.
Por eso es que la "mentalidad onegesista" que denuncia ese mandatario con relación a varias instituciones, es necesario analizarla porque está ligada a la insurgencia de esa clase de entidades que, desprevenidamente, asolaron el mundo en general so pretexto de ayudar a los pueblos en vista de la corrupción e ineficiencia de sus gobiernos. Un ligero análisis nos permite ver que se han constituido en una suerte de grupos de personas que se han colocado por encima del bien y del mal, que son indiscutibles en sus resoluciones e intangibles en su financiamiento o dinámica y que se han arrogado el derecho de inmiscuirse donde nadie los ha llamado.
En una especie de inventario que se hizo de estas organizaciones en España, a principios de la década anterior, si no nos equivocamos, se llegó a la conclusión que el 99% de ellas no cumplían ni cumplieron sus objetivos y se redujeron a ganar bien por lo que muchas fueron canceladas y apenas muy pocas sobrevivieron al escrutinio por su innegable eficiencia, por ejemplo, Médicos sin Fronteras.
No es pues una simple percepción de quienes sufrimos las consecuencias de la intromisión sino también de quienes financian ese tipo de "yerba mala" que crece en nuestros campos con el pretexto de defender derechos o promoverlos pero que no es más que el caballo de Troya del neoliberalismo, curiosamente, adoptado y aceptado por la denominada izquierda.
Si el Presidente ecuatoriano se queja de esa mentalidad en organismos como algunos de la OEA, los bolivianos tendremos oportunidad de hacer lo mismo por su oficiosa injerencia en la redacción de la Constitución Política del Estado, que se ha plagado de generalizaciones, sectarismos, discrepancias y contradicciones seguramente como en ninguna otra parte del mundo y cuyas consecuencias se empiezan a sentir en la posición que asumen algunas minorías para impedir el desarrollo normal del Estado o el propio accionar del Gobierno que ya no sabe qué hacer y donde las propias ONGs son las que ayudan a poner las piedras en el camino como se ve claramente en la cuestión del TIPNIS que ya no responde a ninguna teoría ecologista, ambientalista o reivindicativa.
Hay pues y evidentemente una mentalidad "onegesista" que está contribuyendo a que la América Latina mantenga su dependencia, su subdesarrollo, su crisis, para beneficio del poder hegemónico y hay que enfrentarla, antes que cause más daño todavía.
Desconocer esta situación no contribuye a nada y, por el contrario, habría que abrir el debate para hacer una escrutinio de quienes contribuyen al bien común y quienes simplemente se dedican a ganar su salario pese a su ominoso accionar.
Por eso es que la "mentalidad onegesista" que denuncia ese mandatario con relación a varias instituciones, es necesario analizarla porque está ligada a la insurgencia de esa clase de entidades que, desprevenidamente, asolaron el mundo en general so pretexto de ayudar a los pueblos en vista de la corrupción e ineficiencia de sus gobiernos. Un ligero análisis nos permite ver que se han constituido en una suerte de grupos de personas que se han colocado por encima del bien y del mal, que son indiscutibles en sus resoluciones e intangibles en su financiamiento o dinámica y que se han arrogado el derecho de inmiscuirse donde nadie los ha llamado.
En una especie de inventario que se hizo de estas organizaciones en España, a principios de la década anterior, si no nos equivocamos, se llegó a la conclusión que el 99% de ellas no cumplían ni cumplieron sus objetivos y se redujeron a ganar bien por lo que muchas fueron canceladas y apenas muy pocas sobrevivieron al escrutinio por su innegable eficiencia, por ejemplo, Médicos sin Fronteras.
No es pues una simple percepción de quienes sufrimos las consecuencias de la intromisión sino también de quienes financian ese tipo de "yerba mala" que crece en nuestros campos con el pretexto de defender derechos o promoverlos pero que no es más que el caballo de Troya del neoliberalismo, curiosamente, adoptado y aceptado por la denominada izquierda.
Si el Presidente ecuatoriano se queja de esa mentalidad en organismos como algunos de la OEA, los bolivianos tendremos oportunidad de hacer lo mismo por su oficiosa injerencia en la redacción de la Constitución Política del Estado, que se ha plagado de generalizaciones, sectarismos, discrepancias y contradicciones seguramente como en ninguna otra parte del mundo y cuyas consecuencias se empiezan a sentir en la posición que asumen algunas minorías para impedir el desarrollo normal del Estado o el propio accionar del Gobierno que ya no sabe qué hacer y donde las propias ONGs son las que ayudan a poner las piedras en el camino como se ve claramente en la cuestión del TIPNIS que ya no responde a ninguna teoría ecologista, ambientalista o reivindicativa.
Hay pues y evidentemente una mentalidad "onegesista" que está contribuyendo a que la América Latina mantenga su dependencia, su subdesarrollo, su crisis, para beneficio del poder hegemónico y hay que enfrentarla, antes que cause más daño todavía.
Desconocer esta situación no contribuye a nada y, por el contrario, habría que abrir el debate para hacer una escrutinio de quienes contribuyen al bien común y quienes simplemente se dedican a ganar su salario pese a su ominoso accionar.
jueves, 7 de junio de 2012
SE CERRÓ LA VITRINA
Aunque, hipócritamente, algunos van a seguir criticando una supuesta falsa actuación respecto al mar, no hay duda que la reunión de la OEA ha servido hasta para que los extravagantes quieran aparecer en las pantallas de televisión, haciéndose a los perseguidos, reclamando derechos o diciendo que tenían la fórmula de la paz o de la eterna juventud.
Lo malo de estas reuniones es eso: La intromisión; de una parte, la que se hace patente para que algunos embajadores voten en corporación obedeciendo consignas ajenas; de otra, de aquellos que se creen con el derecho de intervenir por mucho que no tengan idea siquiera del evento que se trate.
Lo que ha quedado, una vez más, claro en esta asamblea es que se puede percibir el reacomodo de los que buscan estar detrás de EEUU o servir de carne de cañón y los que quieren buscar nuevas opciones. Una división que, ciertamente, no favorece sino a los intereses de la desintegración, de la controversia; pero tampoco es para alarmarse pues ha sido el papel que siempre ha tenido la OEA, no como instrumento de integración sino de manipulación por el poder del norte que se acuerda de sus "hermanos" del sur a la hora de buscar algún beneficio pero ni los toma en cuenta en el momento de establecer derechos.
Tampoco es paradójico que mientras se intentaba tratar algunos asuntos de interés hemisférico en Cochabamba, en otro lugar surja un nuevo acuerdo para intentar otro proceso de cooperación como el que han suscrito México, Perú, Chile y Colombia y que toca asuntos eminentemente comerciales del vil metal.
La vida de los latinoamericanos, diferente a la de los "americanos" ha sido siempre así: discriminatoria, manipulada, materialista y en función del espíritu de esclavo que mantienen algunos para servir los intereses de otros.
Habría que revisar toda la historia de la América Latina para reiterar cómo los intereses del Norte se impusieron a las necesidades y aspiraciones del sur y entre esos episodios podemos citar desde la guerra a los gobiernos de Francia o Rosas, y su completa distorsión histórica, hasta los enfrentamientos fronterizos que se han saldado con beneficios para intereses extracontinentales, como los casos de Bolivia o la Argentina en sus guerras del Pacífico y de Las Malvinas.
Este andar dinosáurico de organismos como la OEA ha dado también otro resucitado como es el caso de la renuncia a seguir formando parte del TIAR, por los gobiernos de Nicaragua, Venezuela, Bolivia y otros; que era una verdadera ridiculez que se mantenía en pro de la seguridad de los norteamericanos pero que nunca sirvió para apoyar la reacción ante la agresión del Reino Unido a la Argentina, en el caso Malvinas, donde los del Norte ni se dieron por enterados, es más, colaboraron con los ingleses, comprometiendo también a los chilenos que ayudaron en las tareas de espionaje y apoyo a la aviación inglesa.
Claro que estas cosas no son las que salen en las vitrinas de estas reuniones que tratan de ser aprovechadas por toda clase de oligrofrénicos o de los que no pueden vivir sin el "hermano mayor" y recurren a ellas en busca de refugio o apoyo para hacer quedar mal no sólo a los gobiernos de turno sino al espíritu mismo de la integración latinoamericana.
Lo malo de estas reuniones es eso: La intromisión; de una parte, la que se hace patente para que algunos embajadores voten en corporación obedeciendo consignas ajenas; de otra, de aquellos que se creen con el derecho de intervenir por mucho que no tengan idea siquiera del evento que se trate.
Lo que ha quedado, una vez más, claro en esta asamblea es que se puede percibir el reacomodo de los que buscan estar detrás de EEUU o servir de carne de cañón y los que quieren buscar nuevas opciones. Una división que, ciertamente, no favorece sino a los intereses de la desintegración, de la controversia; pero tampoco es para alarmarse pues ha sido el papel que siempre ha tenido la OEA, no como instrumento de integración sino de manipulación por el poder del norte que se acuerda de sus "hermanos" del sur a la hora de buscar algún beneficio pero ni los toma en cuenta en el momento de establecer derechos.
Tampoco es paradójico que mientras se intentaba tratar algunos asuntos de interés hemisférico en Cochabamba, en otro lugar surja un nuevo acuerdo para intentar otro proceso de cooperación como el que han suscrito México, Perú, Chile y Colombia y que toca asuntos eminentemente comerciales del vil metal.
La vida de los latinoamericanos, diferente a la de los "americanos" ha sido siempre así: discriminatoria, manipulada, materialista y en función del espíritu de esclavo que mantienen algunos para servir los intereses de otros.
Habría que revisar toda la historia de la América Latina para reiterar cómo los intereses del Norte se impusieron a las necesidades y aspiraciones del sur y entre esos episodios podemos citar desde la guerra a los gobiernos de Francia o Rosas, y su completa distorsión histórica, hasta los enfrentamientos fronterizos que se han saldado con beneficios para intereses extracontinentales, como los casos de Bolivia o la Argentina en sus guerras del Pacífico y de Las Malvinas.
Este andar dinosáurico de organismos como la OEA ha dado también otro resucitado como es el caso de la renuncia a seguir formando parte del TIAR, por los gobiernos de Nicaragua, Venezuela, Bolivia y otros; que era una verdadera ridiculez que se mantenía en pro de la seguridad de los norteamericanos pero que nunca sirvió para apoyar la reacción ante la agresión del Reino Unido a la Argentina, en el caso Malvinas, donde los del Norte ni se dieron por enterados, es más, colaboraron con los ingleses, comprometiendo también a los chilenos que ayudaron en las tareas de espionaje y apoyo a la aviación inglesa.
Claro que estas cosas no son las que salen en las vitrinas de estas reuniones que tratan de ser aprovechadas por toda clase de oligrofrénicos o de los que no pueden vivir sin el "hermano mayor" y recurren a ellas en busca de refugio o apoyo para hacer quedar mal no sólo a los gobiernos de turno sino al espíritu mismo de la integración latinoamericana.
miércoles, 6 de junio de 2012
NO, NO Y NO
Para la ingenuidad de algunos ciudadanos o la estulticia de "analistas" y opositores la cuestión del mar tuvo el resultado esperado en la 42a. reunión de la OEA. Lo único particular que se vio es que el Canciller de La Moneda. acorralado como estaba, tuvo que revelar que, en verdad, la oligarquía chilena nunca pensó en dar nada, no lo piensa y ni lo va a pensar. Lo que ratifica las palabras de su charretero Koening que afirmó que se habían hecho del Litoral boliviano por lo que valía y que lo sabían antes de la invasión; no hubo pues cuestión de impuestos ni otras monsergas sino la útil intermediación entre la avaricia monárquica y el servilismo oligárquico.
Pero lo que realmente preocupa en la OEA, es su insuficiencia, deficiencia o ineficiencia porque no sabe mirar más allá y proyectar su accionar. Es lo que pasa cuando temas tan cruciales como el del mar boliviano, que no sólo atañe a nuestro país sino que tiene un impacto en toda el área del Pacífico y el Atlántico, y el de Las Malvinas que ya es una suerte de base militar que amenaza la integridad y seguridad subcontinental, se reducen a una declaración lírica que no hace sino sospechar que todavía hay gente con alma de esclavo en esa amplia burocracia que, muchas veces, ha sido impuesta por el sistema de dependencia-corrupción e impunidad que la hegemonía norteamericana ha cargado sobre las espaldas de los latinoamericanos desde el siglo anterior.
Y decimos que son temas cruciales porque de la conexión entre Pacífico y Atlántico, a través de nuestro suelo, depende mucho el comercio y la industria del futuro en el mundo y no podemos ver indiferentes el armamentismo que se expone en las islas argentinas de Las Malvinas sin tener la certeza que por algo están ahí y lo que más se puede esperar es que sea una estrategia, ya en desarrollo, de un reacondicionamiento imperialista en el subcontinente, ante la decadencia no únicamente del líder del vil metal sino de la propia Cultura Occidental.
Esto es lo que habría que reclamarle a la OEA que nunca ha cumplido ni siquiera con su propia carta de intenciones y ha reducido su papel a hacer de bedel de la dependencia, condenando o ungiendo regímenes tiránicos o seudodemocráticos, de acuerdo a las circunstancias y conveniencias del Norte, no de los pueblos al sur del río Bravo.
Lo que confirma dos cosas: De una parte, revela cínicamente la posición de la oligarquía chilena que, incluso, por sobre la opinión de sus pobladores, no piensa revisar nada y quiere que la patente de corso siga vigente y, de otra, la obsolescencia de la OEA, su inutilidad y hasta perjuicio de los intereses latinoamericanos.
Para no ponerse a llorar, mejor es reír con los actores improvisados o crónicos que quisieron aprovechar esa ventana para mostrar su teatro de mala calidad y carente de ideas; igual que la OEA.
Pero lo que realmente preocupa en la OEA, es su insuficiencia, deficiencia o ineficiencia porque no sabe mirar más allá y proyectar su accionar. Es lo que pasa cuando temas tan cruciales como el del mar boliviano, que no sólo atañe a nuestro país sino que tiene un impacto en toda el área del Pacífico y el Atlántico, y el de Las Malvinas que ya es una suerte de base militar que amenaza la integridad y seguridad subcontinental, se reducen a una declaración lírica que no hace sino sospechar que todavía hay gente con alma de esclavo en esa amplia burocracia que, muchas veces, ha sido impuesta por el sistema de dependencia-corrupción e impunidad que la hegemonía norteamericana ha cargado sobre las espaldas de los latinoamericanos desde el siglo anterior.
Y decimos que son temas cruciales porque de la conexión entre Pacífico y Atlántico, a través de nuestro suelo, depende mucho el comercio y la industria del futuro en el mundo y no podemos ver indiferentes el armamentismo que se expone en las islas argentinas de Las Malvinas sin tener la certeza que por algo están ahí y lo que más se puede esperar es que sea una estrategia, ya en desarrollo, de un reacondicionamiento imperialista en el subcontinente, ante la decadencia no únicamente del líder del vil metal sino de la propia Cultura Occidental.
Esto es lo que habría que reclamarle a la OEA que nunca ha cumplido ni siquiera con su propia carta de intenciones y ha reducido su papel a hacer de bedel de la dependencia, condenando o ungiendo regímenes tiránicos o seudodemocráticos, de acuerdo a las circunstancias y conveniencias del Norte, no de los pueblos al sur del río Bravo.
Lo que confirma dos cosas: De una parte, revela cínicamente la posición de la oligarquía chilena que, incluso, por sobre la opinión de sus pobladores, no piensa revisar nada y quiere que la patente de corso siga vigente y, de otra, la obsolescencia de la OEA, su inutilidad y hasta perjuicio de los intereses latinoamericanos.
Para no ponerse a llorar, mejor es reír con los actores improvisados o crónicos que quisieron aprovechar esa ventana para mostrar su teatro de mala calidad y carente de ideas; igual que la OEA.
martes, 5 de junio de 2012
TRATADOS Y DERECHOS
Causa risa la reacción del Canciller chileno sobre que los tratados darían derechos, porque no es necesario recordarle que el del enclaustramiento boliviano fue impuesto a la fuerza sino hacerle ver que ya no existen argumentos razonables para mantener el encierro y la usurpación.
Pero lo que causa preocupación real es que algunos medios bolivianos se hayan dedicado a hacer gran eco de las declaraciones de la diplomacia mapochina y no hayan querido percibir e informar sobre las solicitudes de organizaciones y pueblo en general, entre araucanos y mapuches, que aplauden la reivindicación nacional y aceptan que es hora de reparar la injusticia. Más preocupación todavía la de aquellos "analistas" u "opositores" que quieren hacer una ventana de todo y no se ponen a pensar en el daño que pueden causar a las demandas de justicia, libertad y reivindicación.
Aunque se ha hecho común que los diplomáticos de la "continentalización" de Chile, a expensas de Bolivia, manipulen el Tratado que cesó la beligerancia de la Guerra del Pacífico, no hay duda que es cada vez más difícil contentar incluso a su propia población, que excusar la violación de ese mismo tratado, la política de conseguir compensaciones no territoriales con el anzuelo del mar, recordemos la desviación del río Lauca, la construcción del oleoducto Sica Sica- Arica o la del camino a Pisiga, y el distraccionismo que es ya insostenible.
Decir que los tratados dan derecho es admitir que la patente de corso está aún vigente y que la dependencia de la oligarquía chilena a la hegemonía inglesa pervive. Y, curiosamente, sería la confirmación de la confabulación monárquica que se escondió en la manipulación de los chilenos para apropiarse de recursos y territorios bolivianos y que tan poco se ha estudiado o revelado a cargo de los historiadores de uno y otro lado.
Que sepamos no existen tratados irrevisables y si algunos organismos internacionales no quieren asumir su papel de reparar las injusticias, no es argumento para mantener tales ni menos se puede menoscabar la defensa de los derechos de los pueblos a gozar de los recursos naturales del mundo con amplia libertad; que es lo que la oligarquía intermediaria de Chile siempre ha hecho.
Para cualquier entendido en historia o geopolítica está bien clara la cuestión: La Guerra del Pacífico fue una guerra de conquista y usurpación no sólo por la forma cómo se la gestó y ejecutó sino también por el modo cómo algunos malos bolivianos cooperaron en la tarea por sus vínculos con logias e intereses ajenos. Que hay la necesidad urgente de una reparación es cierto; pero que no nos vengan con eso de la patente de corso.
Pero lo que causa preocupación real es que algunos medios bolivianos se hayan dedicado a hacer gran eco de las declaraciones de la diplomacia mapochina y no hayan querido percibir e informar sobre las solicitudes de organizaciones y pueblo en general, entre araucanos y mapuches, que aplauden la reivindicación nacional y aceptan que es hora de reparar la injusticia. Más preocupación todavía la de aquellos "analistas" u "opositores" que quieren hacer una ventana de todo y no se ponen a pensar en el daño que pueden causar a las demandas de justicia, libertad y reivindicación.
Aunque se ha hecho común que los diplomáticos de la "continentalización" de Chile, a expensas de Bolivia, manipulen el Tratado que cesó la beligerancia de la Guerra del Pacífico, no hay duda que es cada vez más difícil contentar incluso a su propia población, que excusar la violación de ese mismo tratado, la política de conseguir compensaciones no territoriales con el anzuelo del mar, recordemos la desviación del río Lauca, la construcción del oleoducto Sica Sica- Arica o la del camino a Pisiga, y el distraccionismo que es ya insostenible.
Decir que los tratados dan derecho es admitir que la patente de corso está aún vigente y que la dependencia de la oligarquía chilena a la hegemonía inglesa pervive. Y, curiosamente, sería la confirmación de la confabulación monárquica que se escondió en la manipulación de los chilenos para apropiarse de recursos y territorios bolivianos y que tan poco se ha estudiado o revelado a cargo de los historiadores de uno y otro lado.
Que sepamos no existen tratados irrevisables y si algunos organismos internacionales no quieren asumir su papel de reparar las injusticias, no es argumento para mantener tales ni menos se puede menoscabar la defensa de los derechos de los pueblos a gozar de los recursos naturales del mundo con amplia libertad; que es lo que la oligarquía intermediaria de Chile siempre ha hecho.
Para cualquier entendido en historia o geopolítica está bien clara la cuestión: La Guerra del Pacífico fue una guerra de conquista y usurpación no sólo por la forma cómo se la gestó y ejecutó sino también por el modo cómo algunos malos bolivianos cooperaron en la tarea por sus vínculos con logias e intereses ajenos. Que hay la necesidad urgente de una reparación es cierto; pero que no nos vengan con eso de la patente de corso.
lunes, 4 de junio de 2012
DICHOS Y HECHOS
Hay un antiguo refrán que dice que: "del dicho al hecho, hay mucho trecho" y que se podría aplicar abrumadoramente a nuestra realidad mundial. Por ejemplo, si la OEA hubiese cumplido su función y carta orgánica, no sólo que hace tiempo que Bolivia habría regresado a la vecindad del mar o la Argentina a Las Malvinas sino que nos hubiéramos ahorrado una serie oprobiosa de tiranillos que causaron ríos de sangre entre nuestros pueblos; pero no sólo pecó por omisión sino también por acción porque, en determinada época, se nos hizo alinear detrás del capitalismo o del marxismo en una pendulación que la historia ya descubrirá a quién beneficio más y de quiénes debiéramos arrepentirnos más los latinoamericanos en general.
Y mientras nuestros pueblos estaban pendientes de si sus gobernantes eran alienados o alineados, la situación en general no varío en nada porque la intromisión, de unos y otros, condicionó que estuviésemos siempre en una vulnerabilidad que no sólo involucraba la economía sino también la intelectualidad, la cultura en general, lo que no nos permitió encontrar el camino del desarrollo ni por la opción de la derecha ni por la de la izquierda.
Es anecdótico lo que le pasó a Egipto cuando decidió desvincularse de la esfera capitalista y entrar en la soviética. Nada cambió, ni en los precios, ni en el mercado ni con las condiciones de servidumbre.
Así pues hemos dedicado mucho tiempo, demasiado, a los dichos, a los discursos, a la demagogia y nos hemos acostumbrado a estar siempre lejos de los hechos que, por el contrario, era lo que caracterizaba a las corrientes hegemónicas de la supuesta pendulación; mientras no sólo nos arrebatan nuestros mercados sino también nuestras industrias y le poníamos etiqueta extranjera hasta a la producción más tradicional de nuestras tierras y pueblos, para beneficio de los comerciantes. Y sigue así; no por nada todavía hay una gran cantidad de intermediarios en la cadena de producción y consumo, como para alentar un cambio radical que beneficie a los dos extremos de esa cadena: el consumidor y el productor, con todas sus secuelas de especulación, ocultamiento, acaparación y todos los males que caracterizan al materialismo y la avaricia.
Y, como si fuera poco, ha surgido toda una plaga o bandada de predadores, de carroñeros, que se ciernen sobre nuestras empresas deficitarias o en quiebra fraudulenta para crear espejismos y llevarse la bolsa y la vida. Si hacemos un ligero análisis del mercado del transporte aéreo, verbigracia, nos encontraremos con que la competencia es reñida y el espacio está saturado; pero no faltan magos que nos hacen creer en resurrecciones o inversiones que, nada raro, sean sólo el producto de la técnica carroñera que asola las últimas etapas del capitalismo.
La propia democracia, teóricamente, se muestra como la mejor opción para nuestros pueblos; pero los hechos nos muestran su manipulación, su mercantilización, su sectarismo y su distorsión; tanto de lo que se puede llamar oficialismo como de lo que se antoja como oposición.
Por algo los refranes nos hablan de sabiduría.
Y mientras nuestros pueblos estaban pendientes de si sus gobernantes eran alienados o alineados, la situación en general no varío en nada porque la intromisión, de unos y otros, condicionó que estuviésemos siempre en una vulnerabilidad que no sólo involucraba la economía sino también la intelectualidad, la cultura en general, lo que no nos permitió encontrar el camino del desarrollo ni por la opción de la derecha ni por la de la izquierda.
Es anecdótico lo que le pasó a Egipto cuando decidió desvincularse de la esfera capitalista y entrar en la soviética. Nada cambió, ni en los precios, ni en el mercado ni con las condiciones de servidumbre.
Así pues hemos dedicado mucho tiempo, demasiado, a los dichos, a los discursos, a la demagogia y nos hemos acostumbrado a estar siempre lejos de los hechos que, por el contrario, era lo que caracterizaba a las corrientes hegemónicas de la supuesta pendulación; mientras no sólo nos arrebatan nuestros mercados sino también nuestras industrias y le poníamos etiqueta extranjera hasta a la producción más tradicional de nuestras tierras y pueblos, para beneficio de los comerciantes. Y sigue así; no por nada todavía hay una gran cantidad de intermediarios en la cadena de producción y consumo, como para alentar un cambio radical que beneficie a los dos extremos de esa cadena: el consumidor y el productor, con todas sus secuelas de especulación, ocultamiento, acaparación y todos los males que caracterizan al materialismo y la avaricia.
Y, como si fuera poco, ha surgido toda una plaga o bandada de predadores, de carroñeros, que se ciernen sobre nuestras empresas deficitarias o en quiebra fraudulenta para crear espejismos y llevarse la bolsa y la vida. Si hacemos un ligero análisis del mercado del transporte aéreo, verbigracia, nos encontraremos con que la competencia es reñida y el espacio está saturado; pero no faltan magos que nos hacen creer en resurrecciones o inversiones que, nada raro, sean sólo el producto de la técnica carroñera que asola las últimas etapas del capitalismo.
La propia democracia, teóricamente, se muestra como la mejor opción para nuestros pueblos; pero los hechos nos muestran su manipulación, su mercantilización, su sectarismo y su distorsión; tanto de lo que se puede llamar oficialismo como de lo que se antoja como oposición.
Por algo los refranes nos hablan de sabiduría.
domingo, 3 de junio de 2012
¿ÚLTIMA REUNIÓN?
Se acaba de instalar la cuadragésima segunda reunión de la OEA que, para muchos, puede ser también la última porque no ha cumplido su papel para con la comunidad iberoamericana y, por el otro lado, sí para la hegemonía de los EEUU, que no sólo es una gran contradicción sino la expresión de una realidad a la que no podemos escapar ni desconocer.
Si la OEA hubiese cumplido con las naciones latinoamericanas, no habría habido necesidad de crear otros instrumentos de integración como los presentes CAN, ALBA y otros sino, incluso, como los del pasado como el Acuerdo de Cartagena que tampoco supo traducir lo que nuestros pueblos piensan y quieren.
Y, paradógicamente, esta última reunión va a debatir una cuestión que ha pasado desapercibida para el común de la gente como instrumento de intervención e intromisión: la provisión alimentaria o, lo que ahora se tratará, la "seguridad alimentaria" o "soberanía alimentaria". Porque lo primero que ha hecho la dependencia en América Latina ha sido cancelar el autoabastecimiento e infiltrar su propia industria para copar los mercados; el caso de Bolivia es tremendamente patético porque de tener un "Granero de Bolivia" y, por consiguiente, autoabastecimiento seguro, pasamos a depender de la "ayuda norteamericana" que se hizo totalmente hegemónica con nuestra alienación al trigo de "regalo" y el desmantelamiento de toda la agropecuaria de los valles que era donde se asentaba la producción principal y está también la cuestión de la industria brasileña o argentina que pasaron a depender de las patentes o "know how" de las transnacionales para comercializar su producción tradicional.
En el desván de los recuerdos de esta institución títere quedan infinidad de problemas no resueltos, como la reivindicación marítima de Bolivia o la impunidad de una gran serie de gobiernos y gobernantes ilegales que tuvieron todo el apoyo para instalarse en los países respectivos y caracterizarse por lo que, teóricamente, era uno de los objetivos constitucionales: la defensa de los derechos humanos y la igualdad; curiosamente, también de consideración en la presente asamblea.
Si se cancela la OEA los países latinoamericanos ganan, por mucho que el Pentágono y el Departamento de Estado estén ejecutando ya nuevos planes para recuperar su poder coercitivo y hegemónico, lo que no quiere decir tampoco que los Estados Unidos de Norte América quede al margen sino que intervendría en las mismas condiciones que los otros, con paridad de votos, sin veto y sin chantajes.
Estamos pues a las puertas del que puede ser al último acto de un organismo creado como palanca de la hegemonía y no como un instrumento de integración; la historia, la verdadera, ya se encargará de recoger toda esa tramoya que se montó en diferentes escenarios para excusar o justificar intervenciones armadas, invasiones, intromisiones, gobiernos tiránicos, operaciones de conculcación de derechos humanos y usurpación de recursos naturales y hasta humanos.
El futuro dependerá de que los nuevos instrumentos de integración sea eso y no otra cosa; porque sólo donde hay igualdad puede haber respeto y, por tanto, esperanza.
Si la OEA hubiese cumplido con las naciones latinoamericanas, no habría habido necesidad de crear otros instrumentos de integración como los presentes CAN, ALBA y otros sino, incluso, como los del pasado como el Acuerdo de Cartagena que tampoco supo traducir lo que nuestros pueblos piensan y quieren.
Y, paradógicamente, esta última reunión va a debatir una cuestión que ha pasado desapercibida para el común de la gente como instrumento de intervención e intromisión: la provisión alimentaria o, lo que ahora se tratará, la "seguridad alimentaria" o "soberanía alimentaria". Porque lo primero que ha hecho la dependencia en América Latina ha sido cancelar el autoabastecimiento e infiltrar su propia industria para copar los mercados; el caso de Bolivia es tremendamente patético porque de tener un "Granero de Bolivia" y, por consiguiente, autoabastecimiento seguro, pasamos a depender de la "ayuda norteamericana" que se hizo totalmente hegemónica con nuestra alienación al trigo de "regalo" y el desmantelamiento de toda la agropecuaria de los valles que era donde se asentaba la producción principal y está también la cuestión de la industria brasileña o argentina que pasaron a depender de las patentes o "know how" de las transnacionales para comercializar su producción tradicional.
En el desván de los recuerdos de esta institución títere quedan infinidad de problemas no resueltos, como la reivindicación marítima de Bolivia o la impunidad de una gran serie de gobiernos y gobernantes ilegales que tuvieron todo el apoyo para instalarse en los países respectivos y caracterizarse por lo que, teóricamente, era uno de los objetivos constitucionales: la defensa de los derechos humanos y la igualdad; curiosamente, también de consideración en la presente asamblea.
Si se cancela la OEA los países latinoamericanos ganan, por mucho que el Pentágono y el Departamento de Estado estén ejecutando ya nuevos planes para recuperar su poder coercitivo y hegemónico, lo que no quiere decir tampoco que los Estados Unidos de Norte América quede al margen sino que intervendría en las mismas condiciones que los otros, con paridad de votos, sin veto y sin chantajes.
Estamos pues a las puertas del que puede ser al último acto de un organismo creado como palanca de la hegemonía y no como un instrumento de integración; la historia, la verdadera, ya se encargará de recoger toda esa tramoya que se montó en diferentes escenarios para excusar o justificar intervenciones armadas, invasiones, intromisiones, gobiernos tiránicos, operaciones de conculcación de derechos humanos y usurpación de recursos naturales y hasta humanos.
El futuro dependerá de que los nuevos instrumentos de integración sea eso y no otra cosa; porque sólo donde hay igualdad puede haber respeto y, por tanto, esperanza.
sábado, 2 de junio de 2012
INVERSIONES Y CAPITALES
La mayor parte de la gente no sólo ignora el real movimiento de inversionistas y capitales sino que está completamente engañada al respecto. Porque no es ni medianamente cierto que la inversión busque la felicidad o el progreso de la gente común. bastaría recordar que en cierta época, cuando los millones de dólares eran realmente tales, en el Brasil y gracias a las necesidades de los brasileños y la política de atracción de capitales de sus gobernantes, las transnacionales tuvieron a bien invertir en la industria y el comercio alrededor de 36 millones de los verdes; cuando los gobernantes se dieron cuenta de lo que realmente pasaba y les pidieron que se fueran no únicamente que su comercio e industria ya habían sido fuertemente tocados sino que se llevaron más de 750 millones por su "inversión". Hoy mismo lo que se debate en cuanto a YPF de la Argentina llama la atención pues se denuncia que la empresa española lo único que quería era el "vaciamiento" de la entidad argentina que, como ha sucedido muchas veces y a lo largo y ancho del planeta, perdía la soga y el cabrito o la gallina de los huevos de oro sin beneficio alguno. Pero claro, hay otros que se levantan y se desgarran las vestiduras por las "inversiones" y los "inversionistas" y piden "seguridad jurídica" para los depredadores, especialmente cuando los gobiernos dicen basta a la expoliación extranjera.
Todavía no hay los espacios suficientes para hacer conocer todo lo que significa el movimiento del vil metal en el mundo aunque ya apuntan algunas informaciones que ponen, por lo menos, en tela de juicio las formas y modos de explotación de los recursos naturales del planeta y la forma cómo se maneja despectivamente su población. Hablar sencillamente del capitalismo sin profundizar en el tema, es como hablar de la foto de un huracán y otros desastres sin dar a conocer sus efectos y consecuencias para todos.
Por muchas especulaciones que se hagan sobre las culturas anteriores a las actuales, es decir, las previas al nacimiento de Jesús, no deja de sorprender la manera cómo ellas fueron grandes, majestuosas y más equilibradas que las de la "civilización" y su pérdida aunque no se ha descubierto ciertamente por qué se produjo no deja de ser lamentable por su estilo de vida.
Lo malo es que, desde que nacemos, se nos ha criado bajo el espejismo del dinero porque, supuestamente, él da no sólo estatus sino posibilidades de crecer; el que no lo tenga no puede aspirar a nada. Pero si analizamos las cosas podemos llegar a la conclusión que todo es mentira; desde los títulos hasta las posesiones porque su tenencia no asegura nada, ni sabiduría ni inmortalidad ni trascendencia que, subjetivamente, es lo que el hombre busca. Lo mismo sucede con las naciones, los capitales o los inversionistas son apenas sofismas de desarrollo o bienestar, porque la realidad dice todo lo contrario y hace siglos que se viene repitiendo en su males
Todavía no hay los espacios suficientes para hacer conocer todo lo que significa el movimiento del vil metal en el mundo aunque ya apuntan algunas informaciones que ponen, por lo menos, en tela de juicio las formas y modos de explotación de los recursos naturales del planeta y la forma cómo se maneja despectivamente su población. Hablar sencillamente del capitalismo sin profundizar en el tema, es como hablar de la foto de un huracán y otros desastres sin dar a conocer sus efectos y consecuencias para todos.
Por muchas especulaciones que se hagan sobre las culturas anteriores a las actuales, es decir, las previas al nacimiento de Jesús, no deja de sorprender la manera cómo ellas fueron grandes, majestuosas y más equilibradas que las de la "civilización" y su pérdida aunque no se ha descubierto ciertamente por qué se produjo no deja de ser lamentable por su estilo de vida.
Lo malo es que, desde que nacemos, se nos ha criado bajo el espejismo del dinero porque, supuestamente, él da no sólo estatus sino posibilidades de crecer; el que no lo tenga no puede aspirar a nada. Pero si analizamos las cosas podemos llegar a la conclusión que todo es mentira; desde los títulos hasta las posesiones porque su tenencia no asegura nada, ni sabiduría ni inmortalidad ni trascendencia que, subjetivamente, es lo que el hombre busca. Lo mismo sucede con las naciones, los capitales o los inversionistas son apenas sofismas de desarrollo o bienestar, porque la realidad dice todo lo contrario y hace siglos que se viene repitiendo en su males
viernes, 1 de junio de 2012
"INDIGENISTAS"
Hace algunos años, cuando la UDP había triunfado y quería restregárselo en las narices a cualquiera que pudiera, surgió una cantidad importante de "marxistas espontáneos" que puso en labios del personaje desde: "síganme los buenos" hasta "como que estás matador", pasando por un abanico de dichos, hechos, mentiras y ficciones que nadie podía interpretar racionalmente. Por esas mismas fechas surgió un importante movimiento indigenista que reivindicaba la cultura anterior a la llegada de los españoles con buen tino, inteligencia y conocimiento que no tardó también en ser arrinconado por los impostores y oportunistas; de este modo, tenemos hoy "indigenistas" por doquier que, la verdad, no saben dónde están parados y especulan sobre virtudes o defectos del imperio incaico que muy pocos han estudiado exhaustivamente como para dar por ciertas algunas afirmaciones.
Uno de esos investigadores , autor del "Imperio Socialista de los Incas", calificaba a los pobladores del Tawantinsuyu como una "cáfila de hombres felices" y, tomando en cuenta otras investigaciones, tendríamos que aceptar que fue el período de decadencia del Tiwanaku que se habría caracterizado por una sabiduría muy superior que no se ha vuelto a dar en la tierra. En todo caso, hoy las opiniones de los "indigenistas" no hacen otra cosa que distorsionar el poco conocimiento que todavía se tiene sobre la vida anterior al "descubrimiento de América" con suposiciones que dan lástima. Una de ellas, es la que trata de excusar los linchamientos como "justicia comunitaria" que nunca se ha ejercitado de ese modo en estas tierras donde el proceso debido era obligatorio y estaba en manos no únicamente del pueblo reunido sino, particularmente, de los sabios y ancianos que, en cierto modo, eran los que imponían las penas, a juzgar por lo escrito por varios investigadores del área y cuyas obras están al alcance del común de la gente y entre los que podemos citar a Lara, Ponce, Posnaski y otros que escapan a la memoria.
Y, para peor, no faltan los bien asalariados de algunas ONGs que meten la cuchara donde no los llaman y hablan de derechos, reivindicaciones o utopías, cual si se tratara de un circo del más bajo nivel o la excusa más infame para seguir haciendo lo que se critica a los españoles: vivir de la explotación del nativo.
Y no hay nada más criticable que la labor de zapador cuando esta actividad, más que beneficiar a nadie, compromete a todos y denigra ya sea a los mestizos que somos todos o, incluso, a algunos que aún creen en abolengos imperiales, monárquicos o lo que fuere.
Por lo demás, el Tawantinsuyu no fue sino una aristocracia o una teocracia y difícilmente se pueden llevar las aguas hacia una democracia occidental como para tratar de excusar nada como se intenta por los oportunistas e impostores; pero se está haciendo por los supuestos "ideólogos" de un movimiento de reivindicación que añora profundamente a quienes iniciaron la lucha y, tal vez, ven con impotencia el surgimiento de tanto "indigenista" con ropas de marxista, liberal o hasta trotskista que realmente espanta.
Y donde hay impostores todo se distorsiona.
Uno de esos investigadores , autor del "Imperio Socialista de los Incas", calificaba a los pobladores del Tawantinsuyu como una "cáfila de hombres felices" y, tomando en cuenta otras investigaciones, tendríamos que aceptar que fue el período de decadencia del Tiwanaku que se habría caracterizado por una sabiduría muy superior que no se ha vuelto a dar en la tierra. En todo caso, hoy las opiniones de los "indigenistas" no hacen otra cosa que distorsionar el poco conocimiento que todavía se tiene sobre la vida anterior al "descubrimiento de América" con suposiciones que dan lástima. Una de ellas, es la que trata de excusar los linchamientos como "justicia comunitaria" que nunca se ha ejercitado de ese modo en estas tierras donde el proceso debido era obligatorio y estaba en manos no únicamente del pueblo reunido sino, particularmente, de los sabios y ancianos que, en cierto modo, eran los que imponían las penas, a juzgar por lo escrito por varios investigadores del área y cuyas obras están al alcance del común de la gente y entre los que podemos citar a Lara, Ponce, Posnaski y otros que escapan a la memoria.
Y, para peor, no faltan los bien asalariados de algunas ONGs que meten la cuchara donde no los llaman y hablan de derechos, reivindicaciones o utopías, cual si se tratara de un circo del más bajo nivel o la excusa más infame para seguir haciendo lo que se critica a los españoles: vivir de la explotación del nativo.
Y no hay nada más criticable que la labor de zapador cuando esta actividad, más que beneficiar a nadie, compromete a todos y denigra ya sea a los mestizos que somos todos o, incluso, a algunos que aún creen en abolengos imperiales, monárquicos o lo que fuere.
Por lo demás, el Tawantinsuyu no fue sino una aristocracia o una teocracia y difícilmente se pueden llevar las aguas hacia una democracia occidental como para tratar de excusar nada como se intenta por los oportunistas e impostores; pero se está haciendo por los supuestos "ideólogos" de un movimiento de reivindicación que añora profundamente a quienes iniciaron la lucha y, tal vez, ven con impotencia el surgimiento de tanto "indigenista" con ropas de marxista, liberal o hasta trotskista que realmente espanta.
Y donde hay impostores todo se distorsiona.
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