Muchas veces nos sorprendemos o nos asustamos cuando vemos una imagen o escuchamos algunas palabras altisonantes; pero dejamos pasar hechos más graves que comprometen la propia existencia. Así, hay muchas personas que se avergüenzan de su pobreza y no quieren hacerse llamar pobres y prefieren pasar de clase media o no llegan a los umbrales de la riqueza y se hacen pasar por ricos.
Pero, hay ocasiones cuando la censura o la represión suele ser más fácil y contundente cuando se hace en la obscuridad, disimuladamente como se suele decir. Algo de esto está sucediendo en Bolivia donde hace una semana dos diarios de circulación nacional fueron intervenidos total y parcialmente y nadie ha dicho nada, ni siquiera los mismos involucrados. ¿Por temor? Nada raro, porque siempre la conspiración, lo oscuro rinde más que lo espectacular y la historia es un amplio muestrario de esta realidad. Partamos, por ejemplo, de la declaratoria, casi por decreto, de la verdad y existencia del llamado holocausto judío que cuando no se le echa incienso y mirra, como quieren los manipuladores del mundo, resulta uno no sólo antiracista sino ampliamente condenado al la proscripción o la reprobación general; no importa que desde hace tiempo hayan historiadores que pongan en duda esos hechos y reclamen más bien la denominación para otros, como la revolución rusa, para decir verbigracia.
Del mismo modo, quien no está de acuerdo con esa amplia manipulación mediática que se practica en todo el mundo, sufre las consecuencias de la marginación, de los "hackers", de la censura franca y cínica y no hay quién diga nada porque, entonces, se arriesga a sufrir igual. Ah, cuánto nos falta para acercarnos, por lo menos, al discurso que oímos diariamente y decimos, incluso, para ornamentar los sistemas de explotación del mundo que nos alejan de la democracia y el bienestar.
La propia manipulación o la existendencia de medios tendenciosos es una forma más atroz que la propia censura; pero nadie se escandaliza cuando tenemos una buena dosis diariamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario