Cuando uno vive en un país donde la tecnología está acaparada por unas cuantas empresas que funcionan como de servicio o cooperativa pero que no son otra cosa que negocios y muchas veces sucios, los percances, las suspenciones, los cortes, los cambios no son inesperados sino todo lo contrario. Aquí un problema que se puede solucionar en minutos tarda días porque no hay ni capacidad técnica ni voluntad de servicio; claro que alguien dirá en todas partes es lo mismo y tiene razón.
Porque hace tiempo que la humanidad, o por lo menos quienes dicen ser sus dirigentes o líderes, actúa de modo inverso a la moral, es decir, sin ética; por eso es que quienes "certifican", por ejemplo, la actividad del narcotráfico en el mundo, pueden criticar y hasta punir a quienes no les simpatizan pero no se andan con chicanas a la hora de hacer lo mismo que critican y a nivel superior. Porque una cosa es que los menores quieran dedicarse al narcotráfico, cuando el negocio no depende exclusivamente de la coca o los llamados precursores y la colaboración de un químico sino de una red que se encarga desde la distribución hasta el lavado de dólares, que es donde el negocio se hace transnacional y ya no responde a leyes o gobernantes locales sino a las conveniencias de las potencias economicistas que controlan todo el ámbito de la economía de mercado legal e ilegal; no nos engañemos.
Pero lo que molesta es que haya nativos; o sea, compatriotas que todavía se hagan eco de las voces de sus amos y se desgarren las vestiduras por esto o lo otro y echan polvos de ignominia a sus propios hermanos.
Pero como el mundo anda así y por eso es que está en retroceso y retirada, nada podemos hacer; al mal tiempo buena cara; total para qué te vas a preocupar, las cosas como vienen se tienen que tomar.
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