Ahora que Estados Unidos amenaza al mundo nuevamente con supuestos atentados en su territorio y abre una nueva página de intrigas en contra de diversos países; bueno es recordar Pearl Harbor, cuya manipulación le sirvió para entrar en la segunda guerra mundial y en cuya preparación, incluso, no tuvo el menor empacho en complicar la vida de un oficial de las FFAA bolivianas, al hacerlo aparecer como parte de una conspiración internacional en México que sólo buscaba lo mismo: su ingreso interesado en la contienda bélica de los cuarenta.
Lo mismo sucedió hace diez años, cuando o produjo el atentado contra las torres gemelas o, sabiéndolo todo, no hizo nada para detenerlo porque, de esta manera, se estaba comprando su ingreso en la guerra en contra de los países árabes productores de petróleo y poseedores de reservas de agua. La historia de los gobernantes del norte del Continente es rica en situaciones de esta clase, desde su propia independencia hasta el establecimiento de gobiernos dependientes y sumisos en América Latina, hay un amplio abanico que siempre ha usado para sus fines imperialistas y materialistas.
Por esto tampoco extraña que haga aparecer "informes" sobre posibles situaciones de complicidad de miembros del gobierno actual con el narcotráfico; que es una estratega excesivamente usada y que, sin embargo, ni se acordó a la hora de promover el tráfico internacional de drogas para el financiamiento de la Operación Contras de Nicaragua.
Infelizmente, cuenta con la frágil memoria de algunas personas o, lo peor, la estulticia o el espíritu servil de otras que le hacen coro y dan por ciertas sus mentiras, pese a que, de tiempo en tiempo, se sacan a relucir aspectos de su propaganda mentirosa, superior a lo que ellos mismos le achacan a los nazis.
Cada vez que alguien abra la boca en el Norte, hay que abrir las páginas de la historia real del mundo y concluiremos que en boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso.
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